14 de julio de 2008
Las redes de ETA recaudan unos 15.000 euros al día en huchas instaladas en bares
ABC - 14/07/08
Las redes de ETA recaudan unos 15.000 euros al día en huchas instaladas en bares
JAVIER PAGOLA. SAN SEBASTIÁN.
Las Fuerzas de Seguridad calculan que las tramas de apoyo a ETA recaudan al día cerca de 15.000 euros sólo a través de la extensa red de huchas que han conseguido colocar en unos 450 establecimientos del País Vasco, entre los que se incluyen no sólo las «herriko tabernas», sino también bares cuyos propietarios son más o menos afines a la llamada «izquierda abertzale». Las rifas ilegales y la venta de objetos -chubasqueros, camisetas, mecheros...- sin control legal completan una emergente y próspera economía sumergida que compensa el revés que para las finanzas del complejo ETA supuso la ilegalización de Batasuna y su desalojo de las instituciones.
Los investigadores han detectado, sobre todo en los últimos tres años, un progresivo incremento del número de bares, hasta llegar a la cifra de unos 300, distribuidos por los tres territorios históricos del País Vasco, cuyos propietarios han permitido de una manera más o menos voluntaria la instalación de las huchas. A estos establecimientos se añadirían las cerca de 150 «herriko tabernas» contabilizadas. La mayoría de ellas, aunque sometidas a administración judicial, siguen en plena actividad sin control alguno, según ha podido constatar ABC.
Ausencia de escenografía
De esta forma, en los tres últimos años al menos tres bares ubicados en las calles Nagusia y Cardaberaz, en pleno casco viejo de Hernani, han instalado las huchas sin que en ninguno de ellos aparezca más escenografía proetarra. Sólo en uno se observan pequeñas fotografías de presos. Es decir, de un primer vistazo se desprende que sus propietarios pueden simpatizar con la denominada «izquierda abertzale», pero no se trata de locales «oficialmente» batasunos. En un cuarto local, aparentemente una cafetería convencional cercana al Ayuntamiento, se venden camisetas con el águila negra utilizada por Batasuna en algunas de sus enseñas. ¿Se han prestado estos hosteleros a instalar las huchas de manera voluntaria o han recibido presiones para acoger lo que puede ser una nueva modalidad de «impuesto revolucionario» camuflado? ¿Sustituyen en algunas zonas las huchas a los tradicionales sobres que los proetarras dejaban en los bares para recoger fondos para los presos, con el aviso de que vendrían a recogerlos pasados unos días?
«Bares limpios»
Los medios consultados por ABC no descartan que, al menos en algunos casos, se trate de «bares limpios» en un intento de eludir el control que podría ejercerse sobre la recaudación en las «herriko tabernas». Una estrategia trampa, similar a que que ha venido desplegando ETA-Batasuna en las últimas citas electorales con candidaturas «blancas» para sortear la acción de la Justicia. En la parte vieja de San Sebastián se ha detectado una evolución parecida a la observada en Hernani. Al menos tres bares que no integran el tradicional censo de «herriko tabernas» acogen huchas para recabar dinero con destino a los presos y a la «juventud». En Oyarzun se han contabilizado al menos dos, situadas en calles próximas al Ayuntamiento; y en Mondragón, otras tantas, al igual que en Pasajes, Vergara y Rentería.
Las fuentes consultadas reconocen las dificultades para cifrar la cantidad de dinero que las tramas proetarras pueden obtener de este modo. Pero añaden que no es muy aventurado considerar que, si cada establecimiento tiene como media tres huchas -algunos tienen dos y otros hasta seis- y si al día cada una de ellas recibe diez euros, el balance pueda ser de 13.500 euros diarios.
Este dinero tiene como destino la financiación de actividades desplegadas por las diferentes tramas proetarras. Desde el pago de visitas y regalos a presos, hasta actos de «kale borroka», pasando por las «akampadas» de Segi para intercambiar experiencias con grupos afines, fianzas para terroristas callejeros, conciertos organizados para enaltecer el terrorismo, movilizaciones destinadas a «parar» el Tren de Alta Velocidad a su paso por el País Vasco y otro tipo de eventos en los que se combina «jaia» (fiesta) y «borroka» (lucha). Eventos como la manifestación convocada ayer en Amorebieta por Askatasuna, pese a que había sido prohibida, y que terminó con cargas policiales.
Las huchas, con la forma de las tradicionales vasijas de barro aunque pintadas con diferentes colores, llevan escrito el destino que se pretende dar a la colecta: amnistía, presos, euskera, juventud... Deben ser elevadas las cantidades de dinero que reciben, ya que están encadenadas entre sí y, a su vez, a la barra del bar para que nadie pueda llevárselas.
«Cajas comunes»
Las fuentes citadas creen que periódicamente -tal vez una vez al mes- una red de colaboradores se dedica a recoger la recaudación para trasladarla a varias «cajas comunes». Todo de la manera más rudimentaria para evitar rastros que favorezcan la labor de los investigadores. «Prefieren guardar el dinero en un calcetín antes que ingresarlo en alguna cuenta bancaria», comentan los medios consultados.
A lo que se recolecta en estas huchas hay que añadir el dinero de la venta, en estos mismos establecimientos, de objetos con leyendas, mensajes o emblemas relacionados con ETA-Batasuna: chubasqueros (45 euros), camisetas con el aguilucho de batasuna (30 euros), mecheros (3 euros), banderines (4 euros)...
En Navarra se da un fenómeno similar, pero limitado a determinadas zonas -Echarri-Aranaz, Goizueta, Leiza y algunos puntos de Alsasua- donde la influencia de la «izquierda abertzale» sigue siendo fuerte.
Las redes de ETA recaudan unos 15.000 euros al día en huchas instaladas en bares
JAVIER PAGOLA. SAN SEBASTIÁN.
Las Fuerzas de Seguridad calculan que las tramas de apoyo a ETA recaudan al día cerca de 15.000 euros sólo a través de la extensa red de huchas que han conseguido colocar en unos 450 establecimientos del País Vasco, entre los que se incluyen no sólo las «herriko tabernas», sino también bares cuyos propietarios son más o menos afines a la llamada «izquierda abertzale». Las rifas ilegales y la venta de objetos -chubasqueros, camisetas, mecheros...- sin control legal completan una emergente y próspera economía sumergida que compensa el revés que para las finanzas del complejo ETA supuso la ilegalización de Batasuna y su desalojo de las instituciones.
Los investigadores han detectado, sobre todo en los últimos tres años, un progresivo incremento del número de bares, hasta llegar a la cifra de unos 300, distribuidos por los tres territorios históricos del País Vasco, cuyos propietarios han permitido de una manera más o menos voluntaria la instalación de las huchas. A estos establecimientos se añadirían las cerca de 150 «herriko tabernas» contabilizadas. La mayoría de ellas, aunque sometidas a administración judicial, siguen en plena actividad sin control alguno, según ha podido constatar ABC.
Ausencia de escenografía
De esta forma, en los tres últimos años al menos tres bares ubicados en las calles Nagusia y Cardaberaz, en pleno casco viejo de Hernani, han instalado las huchas sin que en ninguno de ellos aparezca más escenografía proetarra. Sólo en uno se observan pequeñas fotografías de presos. Es decir, de un primer vistazo se desprende que sus propietarios pueden simpatizar con la denominada «izquierda abertzale», pero no se trata de locales «oficialmente» batasunos. En un cuarto local, aparentemente una cafetería convencional cercana al Ayuntamiento, se venden camisetas con el águila negra utilizada por Batasuna en algunas de sus enseñas. ¿Se han prestado estos hosteleros a instalar las huchas de manera voluntaria o han recibido presiones para acoger lo que puede ser una nueva modalidad de «impuesto revolucionario» camuflado? ¿Sustituyen en algunas zonas las huchas a los tradicionales sobres que los proetarras dejaban en los bares para recoger fondos para los presos, con el aviso de que vendrían a recogerlos pasados unos días?
«Bares limpios»
Los medios consultados por ABC no descartan que, al menos en algunos casos, se trate de «bares limpios» en un intento de eludir el control que podría ejercerse sobre la recaudación en las «herriko tabernas». Una estrategia trampa, similar a que que ha venido desplegando ETA-Batasuna en las últimas citas electorales con candidaturas «blancas» para sortear la acción de la Justicia. En la parte vieja de San Sebastián se ha detectado una evolución parecida a la observada en Hernani. Al menos tres bares que no integran el tradicional censo de «herriko tabernas» acogen huchas para recabar dinero con destino a los presos y a la «juventud». En Oyarzun se han contabilizado al menos dos, situadas en calles próximas al Ayuntamiento; y en Mondragón, otras tantas, al igual que en Pasajes, Vergara y Rentería.
Las fuentes consultadas reconocen las dificultades para cifrar la cantidad de dinero que las tramas proetarras pueden obtener de este modo. Pero añaden que no es muy aventurado considerar que, si cada establecimiento tiene como media tres huchas -algunos tienen dos y otros hasta seis- y si al día cada una de ellas recibe diez euros, el balance pueda ser de 13.500 euros diarios.
Este dinero tiene como destino la financiación de actividades desplegadas por las diferentes tramas proetarras. Desde el pago de visitas y regalos a presos, hasta actos de «kale borroka», pasando por las «akampadas» de Segi para intercambiar experiencias con grupos afines, fianzas para terroristas callejeros, conciertos organizados para enaltecer el terrorismo, movilizaciones destinadas a «parar» el Tren de Alta Velocidad a su paso por el País Vasco y otro tipo de eventos en los que se combina «jaia» (fiesta) y «borroka» (lucha). Eventos como la manifestación convocada ayer en Amorebieta por Askatasuna, pese a que había sido prohibida, y que terminó con cargas policiales.
Las huchas, con la forma de las tradicionales vasijas de barro aunque pintadas con diferentes colores, llevan escrito el destino que se pretende dar a la colecta: amnistía, presos, euskera, juventud... Deben ser elevadas las cantidades de dinero que reciben, ya que están encadenadas entre sí y, a su vez, a la barra del bar para que nadie pueda llevárselas.
«Cajas comunes»
Las fuentes citadas creen que periódicamente -tal vez una vez al mes- una red de colaboradores se dedica a recoger la recaudación para trasladarla a varias «cajas comunes». Todo de la manera más rudimentaria para evitar rastros que favorezcan la labor de los investigadores. «Prefieren guardar el dinero en un calcetín antes que ingresarlo en alguna cuenta bancaria», comentan los medios consultados.
A lo que se recolecta en estas huchas hay que añadir el dinero de la venta, en estos mismos establecimientos, de objetos con leyendas, mensajes o emblemas relacionados con ETA-Batasuna: chubasqueros (45 euros), camisetas con el aguilucho de batasuna (30 euros), mecheros (3 euros), banderines (4 euros)...
En Navarra se da un fenómeno similar, pero limitado a determinadas zonas -Echarri-Aranaz, Goizueta, Leiza y algunos puntos de Alsasua- donde la influencia de la «izquierda abertzale» sigue siendo fuerte.