30 de noviembre de 2017

Puigdemont, un mes en Bruselas sin conseguir «internacionalizar» la quimera independentista

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat - AFP

Puigdemont, un mes en Bruselas sin conseguir «internacionalizar» la quimera independentista

El expresidente de la Generalitat de Cataluña ha tenido todo tipo de intervenciones desde que abandonó España

BruselasActualizado:
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont y cuatro de sus exconsellers cumplen este jueves un mes de estancia en Bélgica pretendiendo «internacionalizar» su caso, pero con escaso éxito.
El interés que despertaba conocer dónde residían en sus primeros días en Bélgica se ha evaporado por completo y en la actualidad los medios están pendientes del próximo día 4 de diciembre, fecha en la que deberán comparecer ante la Cámara del Consejo, tribunal de primera instancia belga, después de que el pasado 17 de noviembre el juez decidiera posponer la vista.
El juez belga a cargo de la euro-orden sobre los miembros del Govern de la Generalitat cesados pospuso hasta el próximo lunes la puesta en marcha del procedimiento judicial, tras escuchar las alegaciones de la defensa y la Fiscalía.
La nueva comparecencia judicial de Puigdemont, Antoni Comín (Salud), Clara Ponsatí (Enseñanza), Lluís Puig (Cultura) y Meritxell Serret (Agricultura) se celebrará un día antes del comienzo de la campaña de las próximas elecciones autonómicas catalanas, y allí deberán hacer sus alegatos, que deben elaborarse por escrito.

Llamamiento a Bruselas

En estos treinta días se ha visto un poco de todo, desde apariciones fugaces de Puigdemont en la presentación de un libro sobre Cataluña en Bruselas, con salida del acto por la puerta de atrás para evitar a la prensa, hasta su incomparecencia en un domingo lluvioso en una concentración en el Parque del Cincuentenario, pasando por la presentación rotunda de su lista «Junts per Catalunya» (JpCat) en un hotel de la localidad de Brujas.
La prensa flamenca ha puesto de relieve que la presencia de Puigdemont en Bélgica ejerce presión tanto en las relaciones con España como entre los partidos coaligados en el Gobierno del primer ministro, Charles Michel, ya que la N-VA, partido flamenco mayoritario, nunca ha ocultado su simpatía por los nacionalistas catalanes.
En medio, afirmaciones como que está dispuesto a ser candidato a las elecciones del 21-D, incluso desde el extranjero; que está preparado para ser extraditado y que tanto él como sus exconsellers son conscientes de que pueden acabar en cárceles españolas; o la creación de una «estructura estable» para coordinar las acciones del «legítimo Govern» desde Bélgica.
Y día sí y el otro también insistiendo en la necesidad de que Bruselas «reaccione» y tome cartas en el asunto para resolver el contencioso catalán y presione a Madrid en tal sentido.

Asunto interno

La respuesta de las instituciones europeas ha sido desde el principio inequívoca y en ningún momento se han planteado mediar en esta cuestión, que consideran un asunto interno español, ya que su relación con los países miembros es solo con los Estados.
Tal como auguró el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, si se abriera la puerta al escenario que pretende Puigdemont, en diez años la Unión Europea (UE) no estaría compuesta por Veintisiete países, sino por casi un centenar de miembros, lo que la haría ingobernable.
La contundencia de la respuesta de las instituciones europeas cogió con el paso cambiado a Puigdemont, quien el pasado domingo llegó a decir a un medio de comunicación israelí que los catalanes «deberían votar si desean pertenecer a la Unión Europea, ya que quizá no hay mucha gente que quiera formar parte de una UE insensible al atropello de los derechos humanos y democráticos de una parte del territorio».
Aunque luego matizó sus declaraciones, al indicar que apostaba por un «catalanismo indudablemente europeísta», lo cierto es que la CE le respondió al indicarle que la UE es «una unión de democracias, basada en el Estado de Derecho» y «el mayor mercado interno mundial». «Preferimos ver la UE como una unión de democracias», dijo un portavoz.
Visto lo visto, parece que algunos han caído en la cuenta de que deben variar la estrategia y quizá por eso ayer tarde se presentó en Bruselas una plataforma de diálogo UE-Cataluña, impulsada por un grupo de eurodiputados preocupados «por el punto crítico al que ha llegado la situación».

Mientras tanto y a la espera de la comparecencia judicial del próximo lunes, Carles Puigdemont dosifica sus apariciones públicas. Anoche en la Ópera de Gante se dejó ver al asistir a una obra sobre el Duque de Alba, y el próximo sábado será entrevistado en Amberes por el periódico flamenco «De Standaard», ante una audiencia previsible de unas 800 personas, en el marco del festival «La Noche del Standaard».

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