16 de noviembre de 2017
La reserva de agua del Duero y del Miño, en mínimo histórico
La reserva de agua del Duero y del Miño, en mínimo
histórico
EL
PAIS - Madrid / Ourense 15 NOV 2017 - 08:41 BRST
El
embalse de Entrepeñas (Guadalajara). JAIME VILLANUEVA
La sequía que padece España tras tres años
consecutivos con menos lluvias de lo normal golpea especialmente al noroeste de
la Península. Los embalses de las cuencas del Duero y el Miño nunca
—desde que comienzan en 1990 los registros fiables del Ministerio de
Agricultura— habían tenido un nivel tan bajo. En concreto, el Duero está al
29,8% y el Miño al 38,6%. El conjunto de la reserva peninsular está al 37,2%,
según los datos difundidos este martes por el ministerio. Hay que remontarse
hasta 1995 para encontrar una reserva más baja en estas mismas fechas.
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La sequía obliga a seguir abasteciendo con camiones cisterna a pueblos de
al menos cinco autonomías
Tres años seguidos con lluvias por debajo de la
media y un arranque de otoño de nuevo seco acentúan la mala situación de los
embalses peninsulares, que están al 37,2% de su capacidad. Desde 1990, solo ha
habido dos ocasiones en los que estas reservas estaban peor en la semana 46 del
año: 1995 y 1994. A mediados de los noventa, España sufrió una de las grandes
sequías que periódicamente afectan al país.
También hay que remontarse hasta 1995 para
encontrar un mes de octubre tan seco como el de este 2017, según los datos de
la red de pluviómetros peninsulares de la Agencia Estatal de Meteorología
(Aemet). Este octubre se han registrado dos veces y medio menos de lluvias que
en de la media de la serie histórica, que abarca desde 1971 hasta 2000.
Pero, en esta ocasión, la sequía está golpeando
especialmente al noroeste peninsular, menos acostumbrado a estos
periodos y con una menor capacidad de embalse que el sur. Según los datos del
Ministerio de Agricultura, nunca desde 1990 los embalses de estas dos cuencas
habían acumulado tan poca agua en estas mismas fechas: los de la cuenca del Duero
están al 29,8% —más de siete puntos menos que en aquel 1995— y las del Miño al
38,6% —cuatro puntos y medio menos—.
La escasez en los pantanos no solo afecta a los
regadíos, que en algunas comunidades ya tienen restricciones. También a la
generación de electricidad a través de las centrales hidroeléctricas.
Más carbón y gas
En lo que llevamos de 2017, la generación
hidroeléctrica —que no emite dióxido de carbono (CO2) y se considera por lo
tanto una fuente renovable— ha caído un 49,2% respecto al mismo periodo de
2016, según los datos de Red Eléctrica de España (REE). Ese hueco se ha
cubierto con carbón (con un incremento del 27,9%) y gas natural (un 30,7% más
que en 2016). Ello repercute en la factura y también en las emisiones
contaminantes. Este 2017 solo el 32,8% de la electricidad está procediendo de
fuentes renovables, libres de CO2, frente al 40,8% de 2016.
El Gobierno ha declarado la situación de sequía
prolongada en tres cuencas: la del Duero, la del Júcar (cuyos embalses están al
25%) y la del Segura (13,4%).
A través de un real decreto ley aprobado en junio
se pusieron en marcha varias medidas urgentes, centradas en gran medida en los
agricultores. Entre otras actuaciones, incluía “exenciones al pago de la tarifa
de utilización del agua” y “del canon de regulación y de la tarifa de
conducción” del trasvase Tajo-Segura. La organización ecologista WWF criticó
ayer estas medidas, al considerar que las autoridades apoyan “económicamente a
unos usuarios de riego frente a otros”. En su opinión, las exenciones tienen
“el efecto perverso de no estimular un mejor uso del agua”.
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