PERISCOPIO
25/11/2017
Si hay alguien que sabe de injerencia rusa
en el Parlamento Europeo es Sandra Kalniete, vicepresidenta del Grupo Popular
desde 2014. Nació en un gulag de Siberia en 1952, al que sus padres fueron
trasladados como esclavos. No vio su país, Letonia, hasta que tenía siete años.
Hoy tiene un mensaje muy claro para España: la amenaza rusa es real y hay que
tomarla muy en serio.
Rusia quiere mostrar que es muy fuerte y que puede interferir en los asuntos
internos de todos los países, que puede conseguir sus objetivos y que no
podemos hacer nada para impedírselo. Para
ella lo importante no es ser la mejor desde un punto de vista económico o social,
sino que los demás países le tengan miedo. Tiene una estrategia muy elaborada
para debilitar la unidad europea, porque es mucho más fácil enfrentarse a una
UE fragmentada. La gente debe darse cuenta del cambio que vivimos. Las amenazas
directas que reciben los Estados bálticos por ser sus vecinos ya no son más
reales que las que recibe España, estando detrás de los Pirineos. En el mundo
digital las montañas ya no desempeñan un papel defensivo. (El País, 8/11/2017)
Por su parte Estados Unidos se muestra muy preocupado
por esa injerencia en el conflicto catalán mientras que el jefe de los espías
rusos acusa al Gobierno español de represión violenta en Cataluña, ¡ellos, que
han provocado millones de víctimas en todo el mundo!
Para colmo, el fiscal Maza, que se atrevió
a interponerse en las aspiraciones de los secesionistas catalanes, muere inesperadamente
de una infección en un momento oportunísimo para sus intereses, en la misma
ciudad donde fue asesinado el fiscal Nisman, y a pesar de resultar
sospechosísimo no se investiga...
Efectivamente, la amenaza rusa hay que tomarla
muy en serio.
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