18 de noviembre de 2017
El peligroso espejismo del califato
El
peligroso espejismo del califato
Al-Andalus, como tierra arrebatada al islam,
resurge en el imaginario extremista
Abu Lais el
Cordobés, terrorista del ISIS, asegura en que Al Andalus volverá a ser tierra
de califato. EFE
Poco después de las once de la mañana del
13 de marzo de 2015, Eva, nombre ficticio con el que la sentencia de la
Audiencia Nacional quiso preservar su identidad, inició una cadena de tuits de
amenaza a España, a la que acusaba de haberse atrevido a conquistar tierra de
musulmanes. En el hilo, sin duda apasionado, Eva dice lo siguiente: “Quizá en
España no habéis escuchado sobre ataques yihadistas desde los ataques en los
trenes de Madrid. Pero os juramos por Alá que
pronto tendréis miedo hasta de pasear solos por vuestras callescomo dijo Alfonso [también nombre ficticio].
Así que dejaros [sic] de tonterías y más represión contra los musulmanes,
porque al final los que perderéis sois vosotros. ¿Acaso creéis que hemos
olvidado nuestro Andalus?”.
Eva es Soukaina Aboudrar, marroquí de 20
años detenida en Pájara
(Fuerteventura) el 8 de diciembre de 2015 por sus vínculos con el Estado
Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). El tal Alfonso es Marouan ben
Nacer, marroquí de 33 años detenido en Mataró (Barcelona) el mismo día que la
joven Aboudrar y por el mismo motivo. Los dos fueron condenados en julio a tres
años de cárcel por integración en organización terrorista. Ambos formaron un entramado en
Twitter en el que promocionaban al ISIS y en el que, además, marcaban un objetivo: el
regreso de al-Andalus, en referencia al territorio de la península Ibérica bajo dominio
árabe en la Edad Media. Un anhelo constante del yihadismo desde la primera mención a
al-Andalus hecha por Osama bin Laden en 1994 hasta los atentados de
Cataluña de agosto.
Aquella primera vez del jeque saudí era,
aunque resulte paradójico, menos beligerante que cualquiera de los mensajes de
Aboudrar. En otro tuit, del 12 de diciembre de 2014, dice: “El Estado Islámico
permanece y se extiende desde al-Andalus. Estado Islámico. Permanece y se
extenderá”. No lo dice la sentencia, pero si en algún momento hubo duda de la
adhesión de esta joven marroquí al ISIS, ese mensaje la disipaba. Es lo que se denomina
en árabe baqiya(permanencia),
una de las cualidades que el grupo yihadista se arroga, tanto en sus medios
como en los panfletos que reparte por el califato, hoy en horas bajas.
Proclamas al margen, el caso de estos dos marroquíes —presos y condenados por
la Audiencia— ejemplifica sin duda lo que
aún hoy representa al-Andalus y España para el yihadismo. La pregunta es si esta obsesión supone
una amenaza. “[Los yihadistas] no solo utilizan al-Andalus de un modo
metafórico”, señala Manuel R. Torres, profesor de la Universidad Pablo de
Olavide de Sevilla y experto en ciberseguridad y yihadismo, “es una meta de un
horizonte muy lejano”. El razonamiento es lógico: el ISIS o Al Qaeda practican
la violencia y usan esta referencia histórica para legitimarla. “Cualquier
atentado en España”, prosigue Torres, autor del ensayo Al Andalus 2.0, “tiene
un plus de legitimidad”.
Lo tuvieron sin duda los atentados que
cometió la célula de Ripoll en Cataluña entre el 17 y 18 de
agosto, que causaron la muerte de 15 personas. Cinco días después, tras varios
comunicados del ISIS poco precisos en los que
asumía los ataques, la filial mediática del grupo yihadista en Deir Ezzor (provincia
oriental siria) difundió un vídeo en el que
Abu Lais al Qurdubi, El Cordobés, decía lo siguiente: “Con el permiso
de Alá. Al-Andalus volverá a ser lo que fue: tierra de califato”.
“[Los yihadistas] no solo utilizan el término en
sentido metafórico; es una meta de un horizonte muy lejano”, señala el experto
Manuel Torres
El Cordobés nació hace 22 años bajo el
nombre de Muhammad Yasin Ahram Pérez, de madre malagueña y padre marroquí.
Detrás de él, la grabación mostraba a otro miembro del ISIS, Abu Salman al
Andalusi, con un dominio muy pobre del español. Entre los expertos extrañó que,
si bien los ataques en Cataluña tuvieron un gran eco mediático, el grupo yihadista
no fuera capaz de contar con buenos portavoces españoles para sacar partido
propagandístico. Sirva de comparación Francia,
objetivo del yihadismo, que ha sufrido el eco de decenas de vídeos en los que jóvenes
franceses llaman a sus compatriotas a hacer la misma “héjira” que ellos.
Al-Andalus es un referente, y España, un
habitual de las proclamas yihadistas; entre ellas, la realizada por el actual líder
de Al Qaeda Central, el egipcio Ayman al Zawahiri —el más prolijo en estos mensajes,
según el recuento del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI)—, el
pasado 5 de enero. El número dos de Bin Laden instó a hacer la yihad contra la
“usurpación” de tierras de musulmanes como “Ceuta y Melilla”. A pesar de ello,
la importancia de España o los españoles tanto en las actuales filas del
yihadismo como en el listado de objetivos terroristas no se corresponde con esa
obsesión por el imperio perdido. El número de españoles o residentes en España
que han hecho en tiempos del ISIS esa héjira, algo más de 200, no es uno de los
más significativos entre los yihadistas no árabes.
No se tiene constancia de que alguno haya
accedido a puestos notables de la organización. Precisamente al auto de condena
de Ben Nacer y Aboudrar se le escapa un nombre sin proteger: Achraf. Se trata
de Achraf Jouied, con nombre de guerra Abu Anas Achraf al Andalusi. Es
considerado una suerte de responsable desde el califato de difundir la línea de
operación del ISIS en España para que actúen sus acólitos. Pero no es español,
es marroquí.
En los últimos 30 años contamos tres
atentados de corte yihadista: el del 12 de abril de 1985 en el restaurante El
Descanso (Madrid), frecuentado por militares estadounidenses (18 muertos); las
bombas en los trenes del 11-M
de 2004 en Madrid (192 muertos), y los ataques de Barcelona y
Cambrils del pasado agosto(15 muertos). “Al-Andalus mantiene todavía
una importancia simbólica [para los yihadistas]”, señala Amarnath Amarasingam,
experto del Instituto para el Diálogo Estratégico, con sede en Londres “El
hecho de que no haya habido muchos ataques en España se puede atribuir a las
fuerzas de seguridad, que han detenido células y tramas antes de que
maduraran”. Es lo que el Ministerio del Interior español denomina “arrestos en
fases tempranas”, practicados especialmente desde que en junio de 2015 se
elevase a 4 el nivel de alerta (208 arrestos).
En 2016 se registró un número récord de menciones a
al-Andalus en la propaganda radical. También se han disparado desde agosto
El GESI registró un número récord de
menciones a al-Andalus en la propaganda yihadista en 2016, debido, según
explica el profesor Torres, a la hiperactividad propagandística del ISIS en
todos los frentes. Hasta los atentados de Cataluña, 2017 era un año con pocas
referencias a España, pero los ataques de la célula de Ripoll las dispararon.
Torres matiza, no obstante, que estas menciones no tienen que ir forzosamente
acompañadas de terrorismo. “No tienen una lectura agresiva necesariamente”,
apunta, “[España] no está en el marco de las prioridades [yihadistas]”.
Etiquetas:
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