30 de junio de 2008

Felipe González: «La UE no es reversible, pero vive una crisis de la que hay que salir»

ABC - 30/6/2008

Felipe González: «La UE no es reversible, pero vive una crisis de la que hay que salir»

JOSEFINAL DEL ÁLAMO. MADRID
En diciembre de 2007, a instancias de Nicolas Sarkozy, Felipe González fue propuesto como presidente del «Grupo de Reflexión sobre el futuro de la Unión Europea», más conocido como el «comité de sabios de la UE». Un grupo compuesto por el presidente, dos vicepresidentes -la ex presidenta letona Vaira Vike-Freiberga y el ex presidente de Nokia Jorma Ollila- y seis miembros, todo ellos expertos y cargados de experiencia. Y elegidos con la esperanza de que diagnostiquen los males de Europa y encuentren las posibles soluciones para el horizonte 2020-2030. El comité deberá concluir sus reflexiones y presentar su informe en septiembre de 2010. Justamente cuando España asumirá la Presidencia de la Unión. Todos desean que para entonces, la crisis puesta de manifiesto por el «no» de Irlanda se haya superado.
-¿Cree usted que la Unión Europea tiene garantizado su futuro?
-Sí. Creo que no es reversible. Pero creo también que vive una crisis de la que tenemos que salir. Y probablemente tardará en conseguirlo, porque no somos suficientemente conscientes de su calado. Europa pierde relevancia para sus ciudadanos, y para el mundo. Siendo así que es casi un regalo del cielo que seamos un espacio de 500 millones de personas en un mundo globalizado, donde hay que competir con millones de ciudadanos chinos y millones de estadounidenses. ¿Qué nos está pasando? Pues que no tenemos conciencia del instrumento que nos supone nuestra unión.
-¿Cómo se supera?
-En el informe estratégico que presentaré en 2010, he establecido cinco prioridades. Aunque será un esfuerzo que me conducirá probablemente a la melancolía, porque no se aplicarán.
-¿Qué prioridades?
-Primero: ¿por qué ha fracasado la agenda de Lisboa y no somos una potencia económico-tecnológica de primer orden, cuando pensábamos que en el 2010 seríamos la primera? ¿Por qué no somos una potencia capaz de competir en la globalización? La segunda prioridad es resolver el problema energético de Europa, de acuerdo con los desafíos que se ha impuesto a sí misma la Unión Europea: un 20 por ciento de ahorro energético para el 2020 y la disminución de los gases de efecto invernadero. Para alcanzar esos objetivos en el 2020, Europa tiene que hacer una revolución energética: cambiar el modelo, invertir en nuevas tecnologías, invertir en la lucha contra el cambio climático... Lo que supone un problema serio.
-¿Y la tercera?
-Plantearse seriamente qué hacer con los flujos migratorios. ¿Cómo es posible no tener una política común cuando las fronteras ya no existen en Europa, y quien entra por Berlín puede llegar a Cádiz sin obstáculos? Es necesaria una política europea de fronteras y una política exterior de acompañamiento para saber cuál es la ruta de un inmigrante. Desde el momento en que decide irse de su aldea, hasta el momento en que, mediante el tráfico de personas, llega ilegalmente a Europa. Y Europa tiene que actuar coordinadamente en origen, en recorridos y en destino. Después, las políticas de inserción pueden ser locales, pero las de inmigración tienen que ser generales. Porque cuando se expulse a un ilegal de cualquier país europeo, ¿lo van a expulsar a su país de origen, donde a menudo no los acogen, o simplemente los llevan a la frontera para que se vaya a otro país?
-¿Y deberá ser una inmigración regulada, con controles, seguridad laboral y social?
-Sí. Pero no sólo. Hay que mejorar toda la base de datos, el control de las fronteras externas, la coordinación de las acciones policiales.... Pero además, hay que mejorar la coordinación con los países de origen en la lucha contra la pobreza. Y no se trata sólo de inversiones caritativas, que también, sino de inversión en empleo en el país de origen. Le pondré un ejemplo: si la palma africana produce energía renovable, ¿por qué no invertimos en el cultivo de palma africana, dando trabajo y oportunidades a millones de africanos? Y así, exportamos además energía renovable.
La cuarta pregunta es, ¿qué amenazas pesan sobre Europa? Ya no existen amenazas territoriales; no nos va a atacar Alemania del Este, ni la Rusia Soviética. Ahora nuestros enemigos son la criminalidad organizada y el terrorismo internacional. Y Europa debe dar una respuesta ordenada a las amenazas a su seguridad. Si tiene un millón y medio de hombres en sus ejércitos, ¿por qué no tiene, con el mismo coste presupuestario, 150.000 hombres en un cuerpo operativo, enganchado o desenganchado de la OTAN, para operaciones de paz?
-¿Y la última prioridad?
-La quinta prioridad, que envuelve todas las anteriores, se refiere a cómo ir avanzando en una política interior de seguridad. Si no se establecen esas cinco prioridades, no hay Europa. Después, existen otros requerimientos: ¿Por qué los ciudadanos no nos entienden como europeos? Porque no nos explicamos bien. Los ciudadanos no tienen una información rigurosa sobre la Unión. Habría que cambiar incluso la redacción de los informes, porque a veces reflejan más los estados de ánimo de los jefes de Gobierno que sus decisiones. Cada solución consta de 70, de 120 puntos..., y casi todas empiezan diciendo «el Consejo Europeo manifiesta su preocupación...», o «manifiesta su satisfacción...». Si está usted preocupado váyase a tomar una copa; y si está satisfecho, ¡pues baile en su casa esta noche! Pero su estado de ánimo por el deterioro de la situación en tal tema o lugar no es relevante para mi vida diaria. Mejor dígame lo que va hacer.
-¿Es usted partidario de la adhesión de Turquía?
-No era partidario cuando estaba en el Gobierno. Cuando, hace diez años, vino el presidente Suleimán Demirel en visita oficial a España y me lo preguntó, le contesté: ¿Quiere usted mi opinión políticamente conveniente o prefiere saber lo que pienso? Mire, presidente, en el horizonte que un político occidental prevé, que es él de los próximos 20 años -ahora ya no prevemos más allá de cuatro-, le digan lo que le digan mis colegas europeos, Turquía no será parte de la Unión. Entonces, ¿por qué frustrar a la opinión pública turca y a la europea antes de madurar ese proceso? Da pena que se haya cometido ese error. Pero también creo que «pacta sunt servanda», y que si se dijo, «Turquía es candidata», tenemos la obligación de negociar.
-¿Pero considera que Turquía está preparada para integrarse?
-No. Es evidente que todavía no cumple las condiciones. ¿Que las cumplirá en el futuro? Puede ser. El problema es la definición de Europa. La respuesta a la pregunta de qué es Europa tiene tres mil años. A mí me preocupa más qué es la Unión Europea. Porque no me cabe duda de que los suizos y los noruegos son europeos, y no quieren estar en la Unión. Forma parte de la UE quien quiere... y puede. Las dos cosas: querer es un ejercicio de voluntad; poder es un ejercicio de cumplimiento de las condiciones para pertenecer al club. Irlanda, un país que puede, parece que no quiere. Y habrá que buscar fórmulas para que los irlandeses quieran seguir.
-Dicen que Sarkozy le ha propuesto para presidente de la Unión Europea.
-Eso dicen.
-¿Le gustaría?
-Me horrorizaría.
-¿Y si el candidato fuera Tony Blair?
-Lo rechazarían los demás.