14 de junio de 2008
Asalto a la mansión-fortaleza
ABC - 14/6/2008
Asalto a la mansión-fortaleza
POR C. M./P. M. MADRID.
A las seis de la mañana, la calle Portals Vells de la Urbanización Sol Mallorca de Calviá fue escenario de escenas de película. A esa hora, agentes de elite de la Guardia Civil, armados con metralletas, irrumpían en el chalé de lujo del jefe de la organización mafiosa, Gennadios Petrov, situada en el número 5 de la citada vía. El asalto, para evitar las decenas de cámaras de seguridad de la mansión-fortaleza, se realizó desde una casa colindante que está en obras, con el apoyo de un helicópero. En un par de minutos, el siniestro Petrov, investigado por las policías de medio mundo, su mujer y su hijo, que en ese momento dormían, quedaban reducidos y sobre todo para el primero comenzaba una larga temporada a la sombra... A partir de entonces, y en operaciones simultáneas, policías y guardias civiles comenzaron a realizar detenciones en cascada, hasta alcanzar los diecinueve arrestos, todos «limpios»; es decir, sin violencia. A partir de ese momento, y en un trabajo no menos delicado, se produjeron 28 registros que se prolongaron durante horas.
Los jefes de la organización Tambovskaya-Malyshevskaya llevaban un altísimo nivel de vida, disponían de chalés de lujo y viajaban constantemente para dar órdenes directas a sus subordinados en distintos países de la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos. Luego, regresaban a sus mansiones para seguir disfrutando de sus multimillonarios beneficios, que blanqueaban en buena parte en España. Y siempre tenían la sensación de actuar con cierta impunidad, sin sospechar que la Udyco Central de la Comisaría General de Policía Judicial y el Servicio de Información de la Guardia Civil ya estaban tras ellos.
Gennadios Petrov disponía de dos mansiones contiguas en la misma calle. El nivel era evidente pero, sin embargo, la decoración interior puede calificarse de destartalada y un punto hortera, muy del gusto de este tipo de individuos. Lo mismo puede decirse de buena parte del resto de las viviendas de los implicados.
Los datos concretos de la operación, aún provisionales al estar abierta, pueden dar una idea de la importancia de la organización desmantelada. Se han intervenido más de doce millones de euros en cuentas bancarias; se han confiscado decenas de automóviles de lujo -entre ellos Ferrari, Mercedes, Masserati y Bentley- y también yates e, incluso, un cuadro que se atribuye a Dalí (escondido en un armario) y que tiene su certificado de autenticidad, además de decenas de obras de arte, armas de fuego y 200.000 euros en efectivo.
La organización descabezada estaba formada por un grupo de individuos bastante homogéneo que, incluso, habían sido compañeros de pandilla en su juventud. Se reparten los papeles, los segmentos de poder y tienen capacidad para corromper a políticos y a jueces en su país, lo que les permitía hasta ahora vivir sin problemas, borrar su pasado criminal y seguir aumentando su riqueza. Además, auxiliaban a aquellos miembros de su organización con problemas.
Ahora, su buena suerte ha terminado y los mafiosos saben además que cada día que pasen entre rejas pierden parte de su poder e influencia. Por eso intentarán reaccionar.
Asalto a la mansión-fortaleza
POR C. M./P. M. MADRID.
A las seis de la mañana, la calle Portals Vells de la Urbanización Sol Mallorca de Calviá fue escenario de escenas de película. A esa hora, agentes de elite de la Guardia Civil, armados con metralletas, irrumpían en el chalé de lujo del jefe de la organización mafiosa, Gennadios Petrov, situada en el número 5 de la citada vía. El asalto, para evitar las decenas de cámaras de seguridad de la mansión-fortaleza, se realizó desde una casa colindante que está en obras, con el apoyo de un helicópero. En un par de minutos, el siniestro Petrov, investigado por las policías de medio mundo, su mujer y su hijo, que en ese momento dormían, quedaban reducidos y sobre todo para el primero comenzaba una larga temporada a la sombra... A partir de entonces, y en operaciones simultáneas, policías y guardias civiles comenzaron a realizar detenciones en cascada, hasta alcanzar los diecinueve arrestos, todos «limpios»; es decir, sin violencia. A partir de ese momento, y en un trabajo no menos delicado, se produjeron 28 registros que se prolongaron durante horas.
Los jefes de la organización Tambovskaya-Malyshevskaya llevaban un altísimo nivel de vida, disponían de chalés de lujo y viajaban constantemente para dar órdenes directas a sus subordinados en distintos países de la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos. Luego, regresaban a sus mansiones para seguir disfrutando de sus multimillonarios beneficios, que blanqueaban en buena parte en España. Y siempre tenían la sensación de actuar con cierta impunidad, sin sospechar que la Udyco Central de la Comisaría General de Policía Judicial y el Servicio de Información de la Guardia Civil ya estaban tras ellos.
Gennadios Petrov disponía de dos mansiones contiguas en la misma calle. El nivel era evidente pero, sin embargo, la decoración interior puede calificarse de destartalada y un punto hortera, muy del gusto de este tipo de individuos. Lo mismo puede decirse de buena parte del resto de las viviendas de los implicados.
Los datos concretos de la operación, aún provisionales al estar abierta, pueden dar una idea de la importancia de la organización desmantelada. Se han intervenido más de doce millones de euros en cuentas bancarias; se han confiscado decenas de automóviles de lujo -entre ellos Ferrari, Mercedes, Masserati y Bentley- y también yates e, incluso, un cuadro que se atribuye a Dalí (escondido en un armario) y que tiene su certificado de autenticidad, además de decenas de obras de arte, armas de fuego y 200.000 euros en efectivo.
La organización descabezada estaba formada por un grupo de individuos bastante homogéneo que, incluso, habían sido compañeros de pandilla en su juventud. Se reparten los papeles, los segmentos de poder y tienen capacidad para corromper a políticos y a jueces en su país, lo que les permitía hasta ahora vivir sin problemas, borrar su pasado criminal y seguir aumentando su riqueza. Además, auxiliaban a aquellos miembros de su organización con problemas.
Ahora, su buena suerte ha terminado y los mafiosos saben además que cada día que pasen entre rejas pierden parte de su poder e influencia. Por eso intentarán reaccionar.