28 de junio de 2008

El Gobierno consigue unir a Guardia Civil y Policía por incumplir su promesa salarial

ABC - 28/6/2008

El Gobierno consigue unir a Guardia Civil y Policía por incumplir su promesa salarial

C. MORCILLO/P. MUÑOZ. MADRID.
«De dinero no vamos a hablar. Pasamos al siguiente punto». Más o menos literales esas fueron las palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a los representantes sindicales de la Policía en abril. La mecha estaba prendida porque de las cinco cuestiones que los policías llevaban en la cartera la prioritaria era y es la equiparación salarial. Hace dos semanas las consignas se repitieron, esta vez en boca del director general de Policía y Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, y los agentes decidieron plantarse. Ayer fue el primer día de la «huelga de celo» o trabajo a reglamento, secundado por los cinco sindicatos policiales (SUP, CEP, UFP, SPP y Sindicato de Comisarios) a los que se han sumado las asociaciones de la Guardia Civil, éstas últimas aún sin calendario de protesta fijado.
El punto de partida es el siguiente: cumplimiento estricto del reglamento. Salvo los servicios urgentes, así como las primeras gestiones en todos los delitos graves, los policías decidieron cumplir estrictamente las órdenes que se reciban y nada más solicitando por escrito a sus jefes los cometidos y dando cuenta del trabajo también por escrito.
No es fácil concretar qué seguimiento tuvo la «huelga», aunque las organizaciones dieron algunos datos orientativos. El 97 por ciento de los policías están afiliados a algún sindicato. En Madrid, el 80 por ciento de los agentes entregaron sus partes de actuación en blanco, dado que se redujeron las identificaciones a iniciativa propia, las detenciones por causas pendientes o reclamaciones judiciales y por residencia ilegal. En los trámites de DNI o denuncias se pidió a los denunciantes documentos para formalizarla.
Los sindicatos denunciaron la actuación de algunos mandos. Las situaciones más conflictivas se vivieron en el aeropuerto de Málaga donde el jefe de UCOP ordenó de forma verbal que se abrieran los filtros ante las colas que se estaban formando y que llegaban hasta las pistas. AENA desmintió esa información aunque reconoció retrasos de hasta una hora en muchos vuelos. Un inspector de la Seo de Urgell obligó a los agentes de control de entrada al país la misma medida y durante un tiempo accedieron extranjeros libremente. En la Línea de la Concepción (Cádiz) se envió a siete funcionarios para sustituir a otros tantos y maquillar las cifras «en blanco».
«La idea del primer día de trabajo a reglamento es que al final de la jornada, cuando el ministro reciba las estadísticas, empiece a notarse», señala el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet. La semana próxima, con dos días de «huelga», el objetivo es centrar la presión en los puertos y aeropuertos. Ahí el tapón puede ser histórico. Todos los sindicatos y las asociaciones de la Guardia Civil insisten en que no pretenden perjudicar a los ciudadanos, pero la falta de diálogo y los reiterados incumplimientos les han abocado a esta situación.
Las diferencias salariales entre el CNP y los miembros del Instituto Armado con respecto a los policías autonómicos y locales son abismales. Como media, sin tener en cuenta las especificidades de cada destino y unidad, un mosso gana unos diez mil euros brutos más al año que un policía y unos catorce mil más que un guardia civil; un ertzaina cobra siete mil más que un miembro del CNP y once mil más que un guardia. «No tenemos las mismas competencias ni se nos exigen las mismas responsabilidades, por ejemplo a la hora de un juicio», concretan los agentes.
Un mando policial de Madrid lo expresa así: «Hace unos años una huelga encubierta como ésta se habría tenido por una barbaridad; hoy se comprende aunque todo el mundo se cuide de apoyarla en público». «Que me digan dónde hay que firmar para que mi gente gane más, aunque a mí me congelen el sueldo. En eso deben batirse el cobre las asociaciones», señala un oficial de la Benemérita. Las escalas básicas obviamente son las más perjudicadas, pero las diferencias se dan en todos los niveles. Un policía municipal de Madrid con siete años en el Cuerpo -o uno de Coslada- gana más que un comisario responsable de drogas con 25 años de servicio a sus espaldas.
El Gobierno, que por primera vez se siente amenazado por el plante, ha tratado de colar el mensaje de «insolidaridad» de los policías en época de vacas flacas. «No pretendemos quitar ni un euro de ayudas sociales o prestaciones a los ciudadanos, queremos justicia salarial», señalan los sindicatos. Comunidades autónomas y ayuntamientos han cifrado su exigencia de fondos al Ejecutivo en 7.000 millones de euros. Rubalcaba ya advirtió a los negociadores policiales que ninguna Consejería iba a marcar al Gobierno cuánto tenía que cobrar un agente suyo.
La Guardia Civil, a una
En el caso de las asociaciones de la Guardia Civil la situación es aún más sangrante. Legalizadas el año pasado, Interior ni siquiera ha recibido a sus representantes y la promesa de Zapatero de que ésta sería la legislatura de la equiparación salarial les suena cada vez más lejana a la vista de por dónde han ido las conversaciones con los sindicatos del CNP. La huelga de celo la apoyan AUGC, UO, UGC Y ASES de forma conjunta y CEGC y ASIGC Profesional en otro manifiesto. Todos a una ante una reivindicación histórica. Interior se revuelve y pide «responsabilidad» por boca del secretario de Estado. Los sindicatos le responden con la misma medicina. «Nosotros no le hemos dicho a ETA en qué falla al colocar explosivos (declaraciones de Camacho sobre el cordón detonante usado en un atentado); el secretario de Estado sí lo ha hecho. ¿Quién es el irresponsable?»