3 de noviembre de 2009
María Teresa Álvarez: «No hay memorias de Sabino; lo que dijo en vida es lo único que se sabrá»
ABC.es - Noticias de España y del mundo 02/11/09
España
María Teresa Álvarez: «No hay memorias de Sabino; lo que dijo en vida es lo único que se sabrá»
ERNESTO AGUDO
Fallece Sabino Fernández Campos
Su vida en imágenes
«Ni está ni se le espera»
«A mi marido le faltaban piezas del rompecabezas del 23-F»
-ABC ha recuperado la tercera que su marido escribió en 2000 sobre el golpe, que termina con un enigmático: «El que busca afanosamente la verdad, corre el riesgo de encontrarla». ¿Se ha llevado a la tumba el secreto del 23-F?
-No, no, no. A él le faltaban muchas piezas de ese rompecabezas.
-¿Se sintió traicionado por Alfonso Armada, que fue su amigo, y al que sucedió en el cargo?
-Con Armada lo pasó mal, porque le quería y dentro de lo que cabe intentó siempre ayudarle y de hecho se saludaban cuando se veían en los últimos tiempos.
-¿Se identificó con la serie de TV que recreaba su papel en esas horas cruciales?
-Le resultó extraño ver a Emilio Gutiérrez Caba, que lo hizo muy bien, hacer de él, y eso que imitaba perfectamente sus gestos. A Sabino le sorprendió que nadie hablara con él para asesorarse. Y yo le decía que habrían tirado de hemeroteca, que tendrían buenos asesores. Él reía.
MAYTE ALCARAZ | MADRID
Un abrazo y unas lágrimas privadas certificaron el cariño de Fernández Campo por el Rey. La testigo de la escena, María Teresa Álvarez (Asturias, 1945), rememora para ABC, al sur de la semana en que perdió a su marido, el día que Sabino, ya anciano, enterró a una hija:
-Cuando yo vi claramente lo mucho que quería Sabino a Su Majestad es cuando lloró con el Rey al morir su hija. Y eso lo haces cuando sientes a alguien muy cerca.
-¿Y la relación era cotidiana, prolongada en el tiempo?
-Claro. Tú piensa que al mes de casarnos, los Reyes nos invitaron a almorzar en Zarzuela. De vez en cuando salíamos a comer con ellos y por supuesto nos veíamos en Navidad, Reyes y cumpleaños y era una relación no muy frecuente pero sí constante y de hecho cuando yo le organicé la fiesta de los 90 años a mi marido el Rey no faltó a la cita.
-Sin embargo, la leyenda habla de que el ex jefe de la Casa se ha llevado a la tumba la caja negra del reinado de Don Juan Carlos...
-No existe caja negra.
-¿Ni memorias?
-Te aseguro que no existen ningunas memorias; que no van a existir; que no hay cajas negras... Pediría por favor que respeten la memoria de Sabino. Que él dijo lo que tenía que decir cuando estaba aquí. Lo que dijo en vida es lo único que se sabrá. No hay nada más, que no se hagan especulaciones. Y yo creo que lo harán porque los medios lo querían mucho y él a ellos.
-Me hablaba de abrazos en la intimidad. Pero hay otros conmovedores que sí han sido públicos en estos días de duelo entre la Familia Real y la suya...
-La Familia Real se ha volcado. La Reina estuvo a los dos días de operar a Sabino más de una hora conmigo en la sala de juntas del hospital Rúber, de Madrid; y el Rey me llamaba todos los días y...
-¿Y la Princesa Letizia? Se la vio emocionada en el Rúber...
-Fue muy cariñosa. Yo no la conocía antes de ser Princesa pero piense que soy muy amiga de su abuela y de su padre. Su abuela Menchu es una profesional de la comunicación estupenda, era un referente para todas las periodistas que comenzábamos. Yo siempre me sentí muy cercana a ella por su abuela y por su padre.
-¿Qué dijo Sabino del compromiso de los Príncipes?
-Le gustó y a mí me encantó que fuera periodista y asturiana. Luego me alegré porque estaban muy enamorados. Lo está haciendo muy bien, sabe muy bien cómo comportarse.
-¿La salida de su marido de la Casa fue expeditiva?
-Fue traumática pero prefiero no hablar de este tema. Yo siempre intenté que Sabino no tuviera traumas. Siempre intenté que olvidara.
-Le escuché decir a Fernández Campo que en la vida además de recordar hay que olvidar...
-Las cosas que hacen sufrir hay que olvidarlas. Hay que ser pragmático.
-El entierro resucitó el espíritu de la transición: todas las sensibilidades políticas desfilaron ante su esposo. ¿Echó en falta a alguien?
-No.
-Felipe González, coprotagonista de aquellos años, no fue...
-Quizá no estaba en España
-¿Pero le ha llamado?
-No, aunque tengo dos sacas de telegramas por ver.
-¿Y a Zapatero no lo echó de menos?
-No. Creo que hay que moverse por el corazón y ellos no se conocían y aunque Sabino es un personaje importante, el presidente a lo mejor tenía otras cosas que hacer o no consideró oportuno ir. A mí me hubiese dolido que Santiago [Carrillo] no fuera. Porque tenía relación con mi esposo. Pero Zapatero no.
-Aunque fue De la Vega...
-Con ella estaba perfectamente representado.
-¿Qué decía Sabino del fin del espíritu de la transición, del cortoplacismo de la España actual?
-A Sabino le dolía mucho España.
España
María Teresa Álvarez: «No hay memorias de Sabino; lo que dijo en vida es lo único que se sabrá»
ERNESTO AGUDO
Fallece Sabino Fernández Campos
Su vida en imágenes
«Ni está ni se le espera»
«A mi marido le faltaban piezas del rompecabezas del 23-F»
-ABC ha recuperado la tercera que su marido escribió en 2000 sobre el golpe, que termina con un enigmático: «El que busca afanosamente la verdad, corre el riesgo de encontrarla». ¿Se ha llevado a la tumba el secreto del 23-F?
-No, no, no. A él le faltaban muchas piezas de ese rompecabezas.
-¿Se sintió traicionado por Alfonso Armada, que fue su amigo, y al que sucedió en el cargo?
-Con Armada lo pasó mal, porque le quería y dentro de lo que cabe intentó siempre ayudarle y de hecho se saludaban cuando se veían en los últimos tiempos.
-¿Se identificó con la serie de TV que recreaba su papel en esas horas cruciales?
-Le resultó extraño ver a Emilio Gutiérrez Caba, que lo hizo muy bien, hacer de él, y eso que imitaba perfectamente sus gestos. A Sabino le sorprendió que nadie hablara con él para asesorarse. Y yo le decía que habrían tirado de hemeroteca, que tendrían buenos asesores. Él reía.
MAYTE ALCARAZ | MADRID
Un abrazo y unas lágrimas privadas certificaron el cariño de Fernández Campo por el Rey. La testigo de la escena, María Teresa Álvarez (Asturias, 1945), rememora para ABC, al sur de la semana en que perdió a su marido, el día que Sabino, ya anciano, enterró a una hija:
-Cuando yo vi claramente lo mucho que quería Sabino a Su Majestad es cuando lloró con el Rey al morir su hija. Y eso lo haces cuando sientes a alguien muy cerca.
-¿Y la relación era cotidiana, prolongada en el tiempo?
-Claro. Tú piensa que al mes de casarnos, los Reyes nos invitaron a almorzar en Zarzuela. De vez en cuando salíamos a comer con ellos y por supuesto nos veíamos en Navidad, Reyes y cumpleaños y era una relación no muy frecuente pero sí constante y de hecho cuando yo le organicé la fiesta de los 90 años a mi marido el Rey no faltó a la cita.
-Sin embargo, la leyenda habla de que el ex jefe de la Casa se ha llevado a la tumba la caja negra del reinado de Don Juan Carlos...
-No existe caja negra.
-¿Ni memorias?
-Te aseguro que no existen ningunas memorias; que no van a existir; que no hay cajas negras... Pediría por favor que respeten la memoria de Sabino. Que él dijo lo que tenía que decir cuando estaba aquí. Lo que dijo en vida es lo único que se sabrá. No hay nada más, que no se hagan especulaciones. Y yo creo que lo harán porque los medios lo querían mucho y él a ellos.
-Me hablaba de abrazos en la intimidad. Pero hay otros conmovedores que sí han sido públicos en estos días de duelo entre la Familia Real y la suya...
-La Familia Real se ha volcado. La Reina estuvo a los dos días de operar a Sabino más de una hora conmigo en la sala de juntas del hospital Rúber, de Madrid; y el Rey me llamaba todos los días y...
-¿Y la Princesa Letizia? Se la vio emocionada en el Rúber...
-Fue muy cariñosa. Yo no la conocía antes de ser Princesa pero piense que soy muy amiga de su abuela y de su padre. Su abuela Menchu es una profesional de la comunicación estupenda, era un referente para todas las periodistas que comenzábamos. Yo siempre me sentí muy cercana a ella por su abuela y por su padre.
-¿Qué dijo Sabino del compromiso de los Príncipes?
-Le gustó y a mí me encantó que fuera periodista y asturiana. Luego me alegré porque estaban muy enamorados. Lo está haciendo muy bien, sabe muy bien cómo comportarse.
-¿La salida de su marido de la Casa fue expeditiva?
-Fue traumática pero prefiero no hablar de este tema. Yo siempre intenté que Sabino no tuviera traumas. Siempre intenté que olvidara.
-Le escuché decir a Fernández Campo que en la vida además de recordar hay que olvidar...
-Las cosas que hacen sufrir hay que olvidarlas. Hay que ser pragmático.
-El entierro resucitó el espíritu de la transición: todas las sensibilidades políticas desfilaron ante su esposo. ¿Echó en falta a alguien?
-No.
-Felipe González, coprotagonista de aquellos años, no fue...
-Quizá no estaba en España
-¿Pero le ha llamado?
-No, aunque tengo dos sacas de telegramas por ver.
-¿Y a Zapatero no lo echó de menos?
-No. Creo que hay que moverse por el corazón y ellos no se conocían y aunque Sabino es un personaje importante, el presidente a lo mejor tenía otras cosas que hacer o no consideró oportuno ir. A mí me hubiese dolido que Santiago [Carrillo] no fuera. Porque tenía relación con mi esposo. Pero Zapatero no.
-Aunque fue De la Vega...
-Con ella estaba perfectamente representado.
-¿Qué decía Sabino del fin del espíritu de la transición, del cortoplacismo de la España actual?
-A Sabino le dolía mucho España.