18 de noviembre de 2009

El nuevo «catastrazo» que se avecina

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Miércoles, 18 de Noviembre de 2009

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El nuevo «catastrazo» que se avecina

SARA MEDIALDEA I MADRID
Lunes , 16-11-09
El nuevo «catastrazo» ya está en marcha: la ley nacional obliga a los ayuntamientos a actualizar los datos catastrales cada diez años: a la capital le toca en 2012. El Ayuntamiento ha iniciado ya los trabajos previos para esta modernización, y se compromete a establecer mecanismos para que la subida no tenga impacto extra en el recibo del IBI.
La última subida de valores catastrales se aprobó en Madrid en 2002. En pleno «boom» inmobiliario, la actualización -aunque sólo reflejaba un 50 por ciento del auténtico valor de mercado- incrementó astronómicamente los valores, y eso se reflejó en el IBI. El Gobierno local, que entonces capitaneaba José María Álvarez del Manzano, se inventó un sistema de «colchones» para aminorar el golpe, que desapareció al llegar Ruiz-Gallardón a la Alcaldía. Las subidas se han aplicado en tramos del 10 por ciento cada año.
Sin «boom» inmobiliario
Ahora, el nuevo «catastrazo» llega en condiciones diferentes. De momento, recuerdan en el área de Hacienda, el mercado inmobiliario no es ahora el mismo de hace diez años, y lo será aún menos dentro de año y medio, que será cuando se haga la valoración de los inmuebles.
Pero además, el Gobierno municipal no quiere que le lluevan más críticas por asuntos tributarios, después de la polémica organizada con la tasa de basuras. De hecho, el concejal de Hacienda, Juan Bravo, se comprometió públicamente en el pleno a establecer mecanismos para que la actualización catastral no caiga como un peso muerto sobre el recibo del IBI.
Recordó además que así aparece, por escrito, en el plan de saneamiento económico del Ayuntamiento que presentó en junio de este mismo año: el Ayuntamiento articulará medidas en 2012 para que el catastrazo no suponga un impacto extra en el recibo del IBI.
¿Qué mecanismos son esos?: un IBI en el que se puedan aplicar tipos progresivos, de manera que se pague con bonificaciones -de hasta el 50%- en función de la capacidad económica del contribuyente. Estas posibilidades se han solicitado al Ministerio de Hacienda y se supone que estarán incluidas en el nuevo modelo de financiación local, que, en lo que se refiere a los tributos, debería estar aprobado y en marcha en 2011.
La Ley del Catastro fija que los municipios pueden pedir la revisión catastral en sus municipios cada 5 años, y que están obligados a realizarla cada 10. Éste es el caso de Madrid. La Dirección Nacional del Catastro ha solicitado al Ayuntamiento su ayuda en los trabajos previos para esa actualización.
Los trabajos, que durarán al menos un año y medio, ya se han iniciado. Al Ayuntamiento este ejercicio le sirve además para actualizar datos, corregir errores -como en los usos de los inmuebles, ya que no pagan lo mismo los comerciales o los dedicados a residencia; o en las titularidades de las propiedades-.
Basuras no se altera
El valor catastral también se aplica para calcular la tasa de basuras. En este sentido, para tranquilidad de los contribuyentes, el concejal de Hacienda también se comprometió a que «su cuantía no se vea alterada» por la actualización catastral en marcha.
Ante las críticas de los socialistas por esta nueva amenaza al bolsillo de los madrileños, el concejal Juan Bravo recordó la obligatoriedad legal de revisar los valores, y también la propia filosofía del PSOE en el tema: «Si hubiera sido por el PSOE, la revisión catastral se habría producido ya en 2007, a los 5 años, y otra más en 2012, ya que su portavoz en el Congreso de los Diputados presentó una enmienda en 2002, que proponía para municipios de más de 25.000 habitantes, una revisión catastral cada cinco años».
Dos millones de pisos
Los trabajos técnicos que ahora realiza el Ayuntamiento madrileño con vistas a calcular los nuevos valores catastrales en vigor desde 2012 revisan los datos sobre los casi dos millones de inmuebles urbanos que existen en la capital.
Por un lado, están depurando las bases de datos catastrales alfanumérica y gráfica, haciendo concordar sus datos. Por otro, se hace un análisis comparativo de la fotografía aérea de Madrid con la cartografía catastral y la información de licencias urbanísticas, para detectar construcciones omitidas en el catastro o con alteraciones físicas no declaradas.