30 de noviembre de 2009
España intenta salvar la división de Iberoamérica ante la crisis de Honduras
ELPAIS
España intenta salvar la división de Iberoamérica ante la crisis de Honduras
Zapatero evita pronunciarse sobre la legitimidad de las elecciones y llama a un "gran acuerdo nacional"
MIGUEL GONZÁLEZ / FRANCESC RELEA - Estoril - 30/11/2009
España intenta nadar entre dos aguas y salvar la división de América Latina ante la crisis hondureña. En el desayuno que el Rey y el presidente del Gobierno han mantenido esta mañana en Estoril con los mandatarios centroamericanos asistentes a la Cumbre Iberoamericana que comezó ayer en la localidad portuuesa, Zapatero ha soslayado el reconocimiento de los resultados de las elecciones del domingo y ha hecho un llamamiento a los hondureños para que lleguen a "un gran acuerdo nacional" que cuente con el "consenso centroamericano, latinoamericano y europeo".
Patricia Rodas, canciller de Zelaya, presente en el desayuno, ha intervenido antes que Zapatero, por lo que no ha podido responder a su propuesta, según fuentes españolas, pero ha restado cualquier legitimidad al resultado electoral y ha instado a no reconocer al Gobierno salido de las urnas, como ya hizo el domingo en la reunión de ministros iberoamericanos de Exteriores.
España, que hasta ahora se había alineado con el frente de la firmeza, encabezado por Brasil y los países del ALBA, ha comenzado a despegarse del mismo y ha adoptado una posición conciliadora hacia quienes, como Perú, Costa Rica o Panamá, reconocen el triunfo de Porfirio Lobo. Fuentes oficiales españolas insistieron ayer en la necesidad de que la cumbre de Estoril apruebe "una resolución [sobre Honduras] que sea apoyada por todos", lo que sólo será posible si se soslaya el escollo de la legitimidad de las elecciones.
El secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, dijo ayer que la participación había sido "similar" a la de anteriores comicios y fuentes gubernamentales añadieron que "la situación tiene ahora otros protagonistas [en alusión a Lobo] que deben trabajar por la recuperación de la institucionalidad democrática". El Gobierno no se ha pronunciado sobre el reconocimiento del nuevo presidente y está a la espera de acontecimientos; como la reunión el 2 de diciembre del Parlamento hondureño, que debe decidir si restituye a Zelaya en unas condiciones que éste rechaza.
España intenta salvar la división de Iberoamérica ante la crisis de Honduras
Zapatero evita pronunciarse sobre la legitimidad de las elecciones y llama a un "gran acuerdo nacional"
MIGUEL GONZÁLEZ / FRANCESC RELEA - Estoril - 30/11/2009
España intenta nadar entre dos aguas y salvar la división de América Latina ante la crisis hondureña. En el desayuno que el Rey y el presidente del Gobierno han mantenido esta mañana en Estoril con los mandatarios centroamericanos asistentes a la Cumbre Iberoamericana que comezó ayer en la localidad portuuesa, Zapatero ha soslayado el reconocimiento de los resultados de las elecciones del domingo y ha hecho un llamamiento a los hondureños para que lleguen a "un gran acuerdo nacional" que cuente con el "consenso centroamericano, latinoamericano y europeo".
Patricia Rodas, canciller de Zelaya, presente en el desayuno, ha intervenido antes que Zapatero, por lo que no ha podido responder a su propuesta, según fuentes españolas, pero ha restado cualquier legitimidad al resultado electoral y ha instado a no reconocer al Gobierno salido de las urnas, como ya hizo el domingo en la reunión de ministros iberoamericanos de Exteriores.
España, que hasta ahora se había alineado con el frente de la firmeza, encabezado por Brasil y los países del ALBA, ha comenzado a despegarse del mismo y ha adoptado una posición conciliadora hacia quienes, como Perú, Costa Rica o Panamá, reconocen el triunfo de Porfirio Lobo. Fuentes oficiales españolas insistieron ayer en la necesidad de que la cumbre de Estoril apruebe "una resolución [sobre Honduras] que sea apoyada por todos", lo que sólo será posible si se soslaya el escollo de la legitimidad de las elecciones.
El secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, dijo ayer que la participación había sido "similar" a la de anteriores comicios y fuentes gubernamentales añadieron que "la situación tiene ahora otros protagonistas [en alusión a Lobo] que deben trabajar por la recuperación de la institucionalidad democrática". El Gobierno no se ha pronunciado sobre el reconocimiento del nuevo presidente y está a la espera de acontecimientos; como la reunión el 2 de diciembre del Parlamento hondureño, que debe decidir si restituye a Zelaya en unas condiciones que éste rechaza.