1 de septiembre de 2008
Desastre en Matemáticas en la prueba de nivel de 3º de la ESO
ABC.es - Sábado 30, agosto 2008 - Últ. actualización 15:19h
Desastre en Matemáticas en la prueba de nivel de 3º de la ESO
SARA MEDIALDEA MADRID
Sábado, 30-08-08
Los adolescentes españoles no saben más que un niño de primaria. Así se desprende de las notas de su primera prueba de conocimientos, realizada este mes de mayo sobre alumnos de 3º de la ESO -en torno a los 14 años-. Los resultados son desoladores: un 5,87 de nota media en lengua, y un 3,64 en matemáticas. Casi un 70 por ciento han suspendido las pruebas de esta última materia. Sus compañeros de 6º de Primaria obtuvieron medias más altas en ambas asignaturas, y un nivel de matemáticas sensiblemente mejor.
La muestra de alumnos que se ha enfrentado a esta primera prueba de nivel en la ESO es, precisamente, la que estrenó, en 2005, estos exámenes de conocimientos básicos. Entonces estudiaban 6º de Primaria, y a juzgar por los resultados de la prueba, sus conocimientos en matemáticas han ido para atrás.
La consejera de Educación, Lucía Figar, presentó ayer los resultados de esta prueba de nivel en 3º de la ESO, en la que se evaluó a 50.893 alumnos de 750 centros -305 institutos, 345 colegios concertados y 100 colegios privados-. La población que se utiliza como prueba -descontados los alumnos extranjeros, y los que vienen de programas de diversificación o están en grupos de enseñanza compensatoria- son 45.241.
El examen consistió en dos pruebas: una de lengua y otra de matemáticas. La de lengua se dividía en un dictado y una prueba de comprensión lectora -con 14 cuestiones a responder-. Para evaluar las matemáticas, había una prueba con 10 ejercicios, y otra con 10 problemas.
Lo relativo a la lengua se saldó con una nota media de 5,87, que en la definición clásica de las calificaciones no llega al «bien». Pese a ello, la consejera no dudó en definirlo como «un buen nivel», sin duda por comparación con el desastre de las matemáticas.
No más de cinco faltas
El dictado consistió en un texto de unas 225 palabras, sobre la anorexia y la bulimia. La nota media aquí subió hasta un 5,38, y un 64 por ciento de los alumnos cometió menos de cinco faltas de ortografía.
Por lo que respecta al texto literario, es un fragmento de «Nuevo retablo de don Cristobita», de Camilo José Cela, dedicado a «Las orejas del niño Raúl». En este ejercicio, se obtuvo una media de 6,03 puntos.
Los chavales respondieron incorrectamente en porcentajes altos a cuestiones relacionadas con el texto: un 42,15 por ciento no supo dar el significado de «depresión», «conmiseración» y «remota»; un 21 por ciento fue incapaz de transformar una oración en pasiva; a más del 43 por ciento se les atascó el análisis morfológico y sintáctico de una frase, y un 49,3 por ciento no supieron conjugar dos formas verbales: el pretérito perfecto simple del verbo «crecer» y el presente de indicativo del «coger».
Suspenso sin paliativos
La prueba de matemáticas fue mucho peor: la nota media es un suspenso sin paliativos, un 3,64. En los ejercicios se obtuvo de media un 4,61, y consiguieron aprobar un 49 por ciento del total de los alumnos. La resolución de problemas, con sólo un 19,6 por ciento de aprobados, puso a la vista un fiasco aún más estrepitoso: un 2,68 fue la nota media obtenida.
La falta de conocimientos en matemáticas es sangrante: de los diez ejercicios, hay uno que acumuló un 83,4 por ciento de respuestas incorrectas; cuatro tuvieron más del 50 por ciento de fallos, y tres, más del 40 por ciento. Casi uno de cada tres de los alumnos no fueron capaces de transformar euros en dólares.
Los problemas resultaron, para los examinados, un auténtico «ídem». Un ejemplo: Antonio da a sus sobrinos 936 euros para que se lo repartan, pero «este año les ha dado un 4 por ciento más que el pasado. ¿Cuántos euros dio en total Antonio a sus sobrinos el año pasado?» El 90,88 por ciento de los examinados no encontró la respuesta.
Y para un 79,20 por ciento, fue imposible conocer cuánto tiempo estudia Andrés los jueves, «expresado en horas y minutos», sabiendo previamente que el tal Andrés «distribuye las 24 horas del día de la siguiente forma: estudia la mitad de lo que duerme y todavía le sobran 10 horas para el resto de sus actividades».
En el mismo examen, el precio del gasoil también dio más de un quebradero de cabeza: en realidad, se los dio a más del 85 por ciento de los alumnos, que no supieron averiguar el volumen de un depósito de este combustible, según unas medidas señaladas, ni cuánto habría de pagar por llenarlo un cliente.
La consejera Lucía Figar se mostró preocupada por los resultados. De hecho, prevé un plan de mejora del aprendizaje de las matemáticas que incluya fijar y concretar los contenidos mínimos para 1º, 2º y 3º de la ESO en esta asignatura.
Además, la Consejería de Educación facilitará la formación de grupos de estudio flexibles en 1º de la ESO, en función de los resultados obtenidos por los alumnos en la prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables realizada en 6º de Primaria, lo que permitirá ajustar mejor las enseñanzas a las necesidades de los alumnos y dar más apoyo a aquellos que precisen más ayuda.
Desastre en Matemáticas en la prueba de nivel de 3º de la ESO
SARA MEDIALDEA MADRID
Sábado, 30-08-08
Los adolescentes españoles no saben más que un niño de primaria. Así se desprende de las notas de su primera prueba de conocimientos, realizada este mes de mayo sobre alumnos de 3º de la ESO -en torno a los 14 años-. Los resultados son desoladores: un 5,87 de nota media en lengua, y un 3,64 en matemáticas. Casi un 70 por ciento han suspendido las pruebas de esta última materia. Sus compañeros de 6º de Primaria obtuvieron medias más altas en ambas asignaturas, y un nivel de matemáticas sensiblemente mejor.
La muestra de alumnos que se ha enfrentado a esta primera prueba de nivel en la ESO es, precisamente, la que estrenó, en 2005, estos exámenes de conocimientos básicos. Entonces estudiaban 6º de Primaria, y a juzgar por los resultados de la prueba, sus conocimientos en matemáticas han ido para atrás.
La consejera de Educación, Lucía Figar, presentó ayer los resultados de esta prueba de nivel en 3º de la ESO, en la que se evaluó a 50.893 alumnos de 750 centros -305 institutos, 345 colegios concertados y 100 colegios privados-. La población que se utiliza como prueba -descontados los alumnos extranjeros, y los que vienen de programas de diversificación o están en grupos de enseñanza compensatoria- son 45.241.
El examen consistió en dos pruebas: una de lengua y otra de matemáticas. La de lengua se dividía en un dictado y una prueba de comprensión lectora -con 14 cuestiones a responder-. Para evaluar las matemáticas, había una prueba con 10 ejercicios, y otra con 10 problemas.
Lo relativo a la lengua se saldó con una nota media de 5,87, que en la definición clásica de las calificaciones no llega al «bien». Pese a ello, la consejera no dudó en definirlo como «un buen nivel», sin duda por comparación con el desastre de las matemáticas.
No más de cinco faltas
El dictado consistió en un texto de unas 225 palabras, sobre la anorexia y la bulimia. La nota media aquí subió hasta un 5,38, y un 64 por ciento de los alumnos cometió menos de cinco faltas de ortografía.
Por lo que respecta al texto literario, es un fragmento de «Nuevo retablo de don Cristobita», de Camilo José Cela, dedicado a «Las orejas del niño Raúl». En este ejercicio, se obtuvo una media de 6,03 puntos.
Los chavales respondieron incorrectamente en porcentajes altos a cuestiones relacionadas con el texto: un 42,15 por ciento no supo dar el significado de «depresión», «conmiseración» y «remota»; un 21 por ciento fue incapaz de transformar una oración en pasiva; a más del 43 por ciento se les atascó el análisis morfológico y sintáctico de una frase, y un 49,3 por ciento no supieron conjugar dos formas verbales: el pretérito perfecto simple del verbo «crecer» y el presente de indicativo del «coger».
Suspenso sin paliativos
La prueba de matemáticas fue mucho peor: la nota media es un suspenso sin paliativos, un 3,64. En los ejercicios se obtuvo de media un 4,61, y consiguieron aprobar un 49 por ciento del total de los alumnos. La resolución de problemas, con sólo un 19,6 por ciento de aprobados, puso a la vista un fiasco aún más estrepitoso: un 2,68 fue la nota media obtenida.
La falta de conocimientos en matemáticas es sangrante: de los diez ejercicios, hay uno que acumuló un 83,4 por ciento de respuestas incorrectas; cuatro tuvieron más del 50 por ciento de fallos, y tres, más del 40 por ciento. Casi uno de cada tres de los alumnos no fueron capaces de transformar euros en dólares.
Los problemas resultaron, para los examinados, un auténtico «ídem». Un ejemplo: Antonio da a sus sobrinos 936 euros para que se lo repartan, pero «este año les ha dado un 4 por ciento más que el pasado. ¿Cuántos euros dio en total Antonio a sus sobrinos el año pasado?» El 90,88 por ciento de los examinados no encontró la respuesta.
Y para un 79,20 por ciento, fue imposible conocer cuánto tiempo estudia Andrés los jueves, «expresado en horas y minutos», sabiendo previamente que el tal Andrés «distribuye las 24 horas del día de la siguiente forma: estudia la mitad de lo que duerme y todavía le sobran 10 horas para el resto de sus actividades».
En el mismo examen, el precio del gasoil también dio más de un quebradero de cabeza: en realidad, se los dio a más del 85 por ciento de los alumnos, que no supieron averiguar el volumen de un depósito de este combustible, según unas medidas señaladas, ni cuánto habría de pagar por llenarlo un cliente.
La consejera Lucía Figar se mostró preocupada por los resultados. De hecho, prevé un plan de mejora del aprendizaje de las matemáticas que incluya fijar y concretar los contenidos mínimos para 1º, 2º y 3º de la ESO en esta asignatura.
Además, la Consejería de Educación facilitará la formación de grupos de estudio flexibles en 1º de la ESO, en función de los resultados obtenidos por los alumnos en la prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables realizada en 6º de Primaria, lo que permitirá ajustar mejor las enseñanzas a las necesidades de los alumnos y dar más apoyo a aquellos que precisen más ayuda.