¿Qué tenía que pasar para que falangistas y comunistas se pusieran de acuerdo y
decidieran protestar juntos contra algo? Tal supuesto imposible lo han conseguido
PP y PSOE, tras aprobar, con el apoyo de CiU y PNV, la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) para obligar a las formaciones
sin representación parlamentaria a recoger las firmas del 0,1% del censo electoral en cada provincia para poder concurrir a las
elecciones generales y europeas. En la práctica, una traba casi insuperable para un montón de formaciones minoritarias que hasta ahora venían llenando de color y diversidad los colegios electorales españoles.
Formaciones de este tenor son la Unificación Comunista de España y la histórica Falange Española de las JONS, que, a pesar de estar situadas en las antípodas ideológicas la una de la otra, han comparecido hoy juntas para, junto a otra docena de partidos políticos, manifestar su rechazo a una reforma legislativa que, según dicen, han pactado los grandes partidos a escondidas. En el comunicado que han hecho público hoy y que suscriben asociaciones tan dispares como Coalición Hartos.org, Los Verdes-Grupo Verde, el Partido Humanista o el Partido Pirata, han denunciado que la modificación de la ley constituye “un auténtico ataque a la democracia”, porque “el pluralismo político que consagra la Constitución se ha puesto en cuestión”.
En 20 días, 40.000 firmas
La imposición de la recogida de avales supone, según los cálculos de esta nueva modalidad de indignados con el bipartidismo, que un partido que quiera presentarse en toda España tendrá que conseguir 40.000 firmas en el escaso plazo de 20 días. Estiman en más de 3.300 las horas que necesitarían para ello formaciones cuyos militantes no son profesionales de la política y dedican en muchas ocasiones su tiempo libre a contribuir a las iniciativas cívicas en las que creen.
Las críticas a lo que consideran un nuevo dique de contención erigido por los partidos instalados en el poder ante nuevas formas de participación ciudadana trazan una clara línea de afinidad con la que viene siendo una de las quejas recurrentes del movimiento 15-M, la denuncia de un sistema electoral que, según sus tesis, sirve para cimentar un bipartidismo excluyente que adultera la esencia de la democracia. Norberto Pico, dirigente falangista, no tiene reparo en subrayar que “desde PSOE y PP no hacen más que lanzar guiños al 15-M desde que salió a la luz, pero luego de espaldas a la opinión pública, legislan en contra de sus demandas”.
No descartan movilizaciones
Las catorce entidades que suscriben el comunicado no descartan echarse a la calle para hacer oír sus reivindicaciones y dicen que ya están dialogando para emprender “acciones unitarias”. Lo que sí están haciendo ya casi todas ellas es litigar en diferentes instancias, desde las Juntas Electorales provinciales hasta el Tribunal Constitucional, para que se reconozca su derecho a participar en los comicios. Y los resultados que están obteniendo son dispares, añadiendo un factor de confusión. Afirman que diferentes resoluciones judiciales se están pronunciando en sentido divergente ante idénticos argumentos jurídicos, dándose el caso de candidaturas a las que se les ha eximido de la presentación de ningún aval.
Son algo más de dos semanas las que faltan para que los españoles acudan a las urnas. Para los muchos de ellos que como ciudadanos anónimos se empeñan en proyectos políticos alternativos, la campaña de este año será diferente. La campaña será... para poder hacer campaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario