11 de noviembre de 2011
«Si voy con traje, alguien va a morir»
ABC - Día 11/11/2011
En la guerra desatada entre mafias por el «negocio» de los porteros de discoteca, asegurándose con ello el control del tráfico de drogas y la seguridad, la de «Ivo y los rompecostillas» ha sido la que ha reinado en la última década las noches madrileñas, en íntima conexión con la de los «boxeadores» y los «miami-iraníes».
La violencia y la extorsión eran su santo y seña. Hasta el punto de que uno de los cabecillas de la banda de «Ivo» convirtió en célebre una frase:«Si voy con traje, alguien va a morir». Era el modo de avisar a sus secuaces de la que se avecinaba, indicó ayer un mando policial. Se trata de un ex miami, que se encargaba de dar salida a la droga en Madrid. Estos, eran empleados por la red para hacer los trabajos más sucios. También desalojaban viviendas a la fuerza y extorsionaban a los clientes adinerados que acudían a los locales de ocio que dirigían. Por su parte, el «clan de los boxeadores» se encargaba de «trabajos más finos», centrándose en el cobro de deudas por retrasos en los pagos y en dar palizas a grupos rivales, a través de su particular «oficina de cobros».
Este entramado delictivo operaba en España desde hace más de una década. Durante las distintas operaciones policiales efectuadas desde entonces —Ébano, Edén, Vampiro, Azalea, Telecoca, Colapso, Linares— se han conseguido cifras de récords en nuestro país, entre ellas la de los 150 detenidos, las 11 empresas intervenidas judicialmente y los 93 domicilios y establecimientos registrados. Es una de las operaciones más importantes contra el crimen organizado en España, en la que se ha detenido a sus máximos exponentes durante los últimos 15 años, subrayó ayer el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Serafín Castro.
Pero, además, hay que destacar otra cuestión: «En esta red se ha podido detener a gente intocable, hasta ahora, porque aunque estaban pringados hasta las cejas, no se podía llegar a ellos porque lo tenían todo muy bien organizado», explican otras fuentes policiales. «Se trata de delincuentes que están en primera línea: media docena ha participado en homicidios y, o han cumplido condena, o están bajo sospecha».
Los últimos golpes policiales a este complejo entramado se asestaron este años con un rosario de detenciones. Las últimas, 49, 27 de ellas del «clan de los búlgaros» y 22 del de «los boxeadores». La macro operación comenzó en enero de 2009, con el asesinato de uno de los porteros del «clan de los búlgaros», Catalin Stefan Cracion, en un tiroteo a las puertas de la discoteca Heaven. A partir de ahí se constituyó un grupo de trabajo conjunto para tratar de saber qué se «cocía» en la noche madrileña. Y no era poco.
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