9 de noviembre de 2011
Hartos de la impunidad criminal
ABC - Día 09/11/2011
«La situación actual es extrema. Hemos alcanzado un límite insoportable. Hemos superado ya el récord de criminalidad que supuso 2010 para nuestro sector». Así de contundente se manifestaba ayer Armando Rodríguez, secretario general del Gremio de Joyeros de Madrid. No lo hacía solo. Le acompañaban, además del coordinador de Seguridad del Ayuntamiento, Javier Conde, buena parte del resto de sectores azotados por los estragos de la delincuencia reincidente en el sector: representantes de policías, guardias civiles y comerciantes en general. Las cifras hablan por sí solas, y eso que el Ministerio del Interior, según Rodríguez, hace lo imposible por que no salgan a la luz. Entre 2007 y 2010, la criminalidad en el sector de la joyería creció un 55% en el conjunto nacional; esa subida en la Comunidad de Madrid se disparó hasta el 78%. Y, como adelantó ABC, existe una lista de 60 delincuentes que acumulan 3.500 detenciones policiales: a 50 antecedentes de media. Nuestra región ocupa el primer puesto en delitos contra el patrimonio, pues aglutina el 23% del total nacional.
Los joyeros saben que cuando termine 2011, habrán sufrido más de dos centenares de robos e intentos. «Si los políticos o alguien del poder judicial sufriese 200 siniestros en sus propias carnes, cambiarían la ley inmediatamente», sentenció Armando Rodríguez. Porque esa es su reivindicación desoída: el paso a prisión preventiva para aquellos delincuentes reincidentes, por mucho que se trate de delitos contra el patrimonio.
Fue el propio secretario general de CEIM, Alejandro Couceiro, representando a todos los empresarios de Madrid, quien lanzó la petición. Porque la situación «dramática, vergonzante y bochornosa» no la viven sólo los joyeros, sino el comercio en general. El presidente de Cocem, Hilario Alfaro, fue claro: «Seguimos igual o peor que hace diez años. Esta semana abro otra tienda y lo que me quita el sueño es que a las cuatro de la madrugada me despierten porque están vaciándola».
La polémica se ha acentuado después de que ABC revelara esta semana pasada que una banda de seis aluniceros expertos quedara en libertad después de pasar a disposición judicial el Ministerio Fiscal no solicitó que entraran en la cárcel hasta que se celebre el juicio; entiende que los delitos que se les imputan no son de la suficiente gravedad.
Con estos mimbres, otros que están que no salen de su asombro son los sindicatos y asociaciones policiales. En el acto de ayer, representantes de la CEP, SPP y la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO) exigieron la «prisión provisional clara y contundente» para este tipo de delincuentes. Y criticaron «la fama que se está dando en el exterior de España. Aquí, delinquir sale barato». Todo ello provoca la «desmoralización de los Cuerpos de Seguridad del Estado». «Nuestro trabajo diario cae en un cubo de basura, porque la ley es tibia y obsoleta», añadió la UO.
Estas declaraciones se producían apenas unas horas después de que la Policía detuviese a otra peligrosa banda reincidente. Su líder se llama Gregorio R. G., pero toda el Cuerpo le conoce como «Goyito» por su escasa estatura y porque lleva desde los 12 años pegando «palos» por todo Madrid. Siendo adolescente, ya manejaba coches y motos a lo loco en Vallecas como si hubiese nacido con el carné de conducir en la boca. Empezó robando motocicletas a los «pizzeros» y antes de cumplir los 18 años atesoraba más de 200 detenciones, ya borradas de su historial. Pasó por varios centros de menores, de algunos se escapó, hasta el punto de que lo trasladaron a Murcia y Navarra, para que estuviera fuera de su entorno.
Ahora, a sus 19 años, «Goyito», cuando dirigía su propia banda de aluniceros, acaba de protagonizar una peligrosísima persecución policial que ha acabado con su detención y la de tres de sus compinches.
Los agentes de la UDEV madrileña les seguían la pista. El clan está detrás de 33 robos a tiendas de telefonía por el método del mazazo. «Goyito» ha llegado a cometer tres golpes en una noche y a reventar el mismo bar tres veces en una semana. Los investigadores sabían que iba a pegar un «palo» de manera inminente. A la 1.15 de la madrugada del lunes, un coche «zeta» notó algo extraño en un Volvo que se encontraba en la avenida de la Gavia (Villa de Vallecas), cerca del centro comercial del mismo nombre. El vehículo sospechoso apagó las luces, intentando esquivar la vigilancia policial. Y echó a correr. Dentro iban «Goyito» y tres de sus compinches: Francisco C. R., de 26 años; Omar R. C., de 23, y Samira M. D., de 21, todos con antecedentes. Tomaron la M-45, donde chocaron con un vehículo de la Guardia Civil, a la altura de la carretera de Toledo (A-42).
Lejos de pararse, siguieron la escapada, esta vez, saliendo a la M-40. En ese punto se unieron varios indicativos de la Policía Nacional. Siguieron a los delincuentes, que cambiaron de sentido hacia la avenida de Andalucía. De ahí, tomaron la salida de la M-40 hacia Mercamadrid. Y terminaron empotrándose con un coche patrulla en el Camino del Malecón.
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