18 de noviembre de 2011
Cargue su coche eléctrico con el sol
17NOV2011
La primera fotolinera de España ya está en marcha. Se trata de una estación de recarga para vehículos eléctricos alimentada con placas solares. Aporta electricidad limpia, procedente de una fuente renovable, y permite llenar las pilas de cuatro coches y cinco bicicletas. Funciona desde el pasado siete de noviembre en la Universidad de Álcala, en Madrid, concretamente en el Real Jardín Botánico Juan Carlos I. De los equipos y la instalación se ha ocupado la empresa española Sendekia.
Con un potencial energético de 5.600 kWh anuales, la fotolinera puede abastecer a los vehículos eléctricos de la Universidad y también a los de los conductores particulares. La estación de recarga es, por tanto, de uso mixto, tanto interno como público. Cuenta con 15 placas solares y nueve tomas totales.
De las cuatro tomas para coches, que sirven también para motos y otros vehículos eléctricos, dos son inteligentes y permiten controlar a distancia (desde un teléfono móvil, por ejemplo) el proceso de recarga. Las otras dos son convencionales. Las dos inteligentes están formadas por un acoplador Schuko, o de enchufe normal, y otro Mennekes. Las dos convencionales son Schuko. Ahora, todas otorgan una potencia máxima de recarga de 3,6 kw (230 voltios por 16 amperios), por lo que recuperar los 24 kWh de las baterías de un Nissan Leaf llevaría unas siete horas, ocho teniendo en cuenta fluctuaciones en la tensión y otros factores que puedan reducir el rendimiento de la conexión.
Sin embargo, la toma Mennekes tiene una capacidad superior, y puede funcionar también en modo trifásico (en vez de monofásico, como los Schuko) y alcanzar 400 voltios y 32 amperios, lo que otorga una potencia de carga semi rápida de 22 kw. Así, el tiempo de espera se reduce a poco más de una hora en el caso del Leaf.
Rosendo Elvira, Director del Jardín Botánico y promotor de la fotolinera, señala que la “instalación está ya lista” para funcionar en modo trifásico, aunque faltaría el poste correspondiente. El objetivo es ir ampliando la instalación paso a paso.
El proyecto inicial consistía en poner 15 placas y dos tomas inteligentes, aunque Elvira decidió completar la instalación con otras dos tomas más para coches y otras cinco para bicis. El director añade que espera poder colocar una “placa solar más para las cinco tomas de bicicletas", e incluso reforzarla con unos “acumuladores” para almacenar energía.
La estación fotovoltaica está pensada para recargar vehículos eléctricos, pero cuando esté vacía, la energía se derivará directamente al Jardín, que de esta forma podrá reducir su factura energética.
Las placas solares aportan 3,6 kw con buena radiación solar. Aunque como no se puede depender de las condiciones climatológicas, la fotolinera está también conectada a la red eléctrica, que le aporta otros 10 kw. Estos solo se utilizarán para compensar la falta de sol o los excesos de demanda puntuales.
Elvira indica que la estación de recarga abastecerá a los “vehículos eléctricos que circulen por el recinto universitario”: desde los “servicios de limpieza y seguridad” hasta el “servicio de correo interno”. Pero cualquiera podrá ir a recargar su coche, moto o bicicleta. El objetivo es que todos los jardines botánicos del territorio nacional terminen incorporando puntos eléctricos de recarga y ofrezcan, además, entrada gratuita a los visitantes que acudan en un vehículo eléctrico.
El coste total de la instalación ha sido “inferior a 20.000 euros”,abunda Elvira. Parece barato. Un solo poste Chademo de carga rápida (50 kw), conectado a la red, sale también por unos 20.000 euros. Aunque eso sí, las placas solares son fijas, en vez de móviles, porque “se iban de presupuesto”, concluye el Director del Jardín.
Las placas móviles van orientándose hacia el sol y aportan un rendimiento superior. Oscar Suárez, especialista en microgeneración de Sendekia, la empresa española responsable de los equipos y la instalación, explica que las placas móviles “con un eje de rotación” mejoran el rendimiento en torno a un “10%”, mientras que las de doble eje pueden superar “el 30%” de mejora.
Son más caras por el sistema mecánico de rotación y, también, porque para poder moverse “deben estar separadas entre si”, dice Suárez, lo que obliga a aumentar las dimensiones de la instalación para alcanzar la misma potencia que con placas fijas. En el caso de la fotolinera del Jardín Botánico alcalaíno, Suárez asegura que con placas móviles habría que poner dos estaciones del tamaño de la actual.
Las placas móviles no aumentan la potencia final, pero proporcionan un rendimiento superior y permiten disponer de esta potencia “durante más tiempo y de una forma más estable”, indica Suárez.
El especialista de la compañía española concreta que las “placas fijas deben mirar siempre al sur”. Y añade que la inclinación ideal “sería la latitud menos unos 10 grados”. Por tanto, para la fotolinera de la Universidad lo suyo serían unos 30 grados. Sin embargo, esta inclinación “afea la estética e incrementa mucho la altura de la instalación”. Sendekia recomienda a sus clientes optar por 15 grados, que es como se han colocado los paneles solares de la estación del Real Jardín.
En vez de conectarse a la red, la fotolinera podría haberse asociado a acumuladores, que cumplirían la misma función de cobertura ante radiaciones solares insuficientes y excesos de demanda de electricidad. Pero Suárez cree que esta solución no compensa “salvo que la instalación esté muy alejada de la red”. Además, poner unas baterías de soporte puede “doblar el coste”.
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