23 de noviembre de 2011
El colectivo de presos de ETA expulsa a Idoia López Riaño, 'La Tigresa'
El colectivo oficial de presos de ETA (EPPK en sus siglas en euskera) ha expulsado de la banda a Idoia López Riaño, La Tigresa, una de las históricas de la banda, presa en Nanclares de Oca (Álava) junto a una veintena de disidentes que han rechazado la violencia. En la última lista de internos asumidos como propios por la organización, de fecha 21 de noviembre, no aparecen ya ni ella ni su novio, Joseba Arizmendi, también preso en Nanclares.
Uno a uno, todos los disidentes internos en esta prisión han ido desapareciendo del listado de reclusos de ETA en distintos momentos. Para el colectivo de presos, ya solo uno de los internos de Nanclares sigue siendo de los suyos. Se trata de Txus Martín Hernando, que no está en el País Vasco por haber rechazado la violencia sino por motivos de salud.
La Tigresa está condenada a más de 2.000 años de cárcel por asesinar a 23 personas. El verano de 2010 firmó el documento que exige Interior a los presos de la banda que quieren acogerse a las medidas individualizadas que permiten progresar de grado, optar a beneficios penitenciarios y ser acercados al País Vasco a cambio de cumplir con lo que exige la ley para los presos por terrorismo: que pidan perdón a las víctimas, que rechacen la violencia y que asuman las reparaciones económicas para las víctimas. Los últimos en salir habían sido Aitor Bores, Koldo Carrasco y Rafael Caride Simón, quien ha enviado una carta reconociendo el daño y sufrimiento causados a una de las víctimas del atentado de Hipercor, en el que murieron 21 personas y otras 40 resultaron heridas.
La expulsion de López Riaño llega más de un año y medio después de su traslado a Nanclares, un mes después de que ETA anunciara el“cese definitivo” de la violencia y una semana después de que el colectivo oficial de reclusos informara, a través del diario Gara, de que los presos enfermos y los que pudieran pedir la libertad condicional, empezarían a hacerlo individualmente –aunque dentro de una estrategia concertada-. La expulsion de La Tigresa del colectivo supone, una vez más, el rechazo explícito de la vía Nanclares y de los reclusos que se han acogido a estas medidas porque lo han decidido de manera individual.
López Riaño, de 47 años, ingresó en la banda terrorista en 1984. Conocida por sus ojos verdes, su pelo rizado y sus 180 centímetros de estatura, con fama de fría y calculadora, los 23 asesinatos con los que cuenta a sus espaldas, la han convertido en la etarra más sanguinaria. Entre sus atentados más atroces se encuentra el coche bomba de la plaza de la República Dominicana de Madrid que en 1986 mató a 12 guardias civiles, por el que fue condenada a 1.572 años de cárcel.
Durante ese juicio, celebrado en 2002, La Tigresa espetó al tribunal: "Mientras ustedes se empecinen en que nos van a asimilar con este engendro de Estado, nosotros seguiremos enfrente hasta que dejéis Euskal Herria en paz”. Se marchó de la sala esposada gritando “Gora ETA”. Este comportamiento, del que ahora reniega, y las amenazas a los jueces ha sido habitual en todos los juicios que ha protagonizado.
Siempre se mostró irredenta y su falta de disciplina continuó en prisión donde era habitual de los partes disciplinarios
La Tigresa fue detenida en Francia en 1994 desde donde fue extraditada el 9 de mayo de 2001. López Riaño conoció a Arizmendi, de 39, en 2006 en la cárcel de Badajoz donde ambos cumplían condena. (Él por el asesinato de Raúl Suárez en 1991 y por el intento de asesinato de José Ignacio Lago).
Aunque hace un año que firmó el documento en el que renegaba de la banda, el malestar con la organización terrorista comenzó en 2006 a raíz del atentado de la T-4. Hasta entonces siempre se mostró irredenta y su falta de disciplina, que ya evidenció cuando formó parte del comando Madrid -varios de cuyos miembros con los que coincidió, como Santi Potros, también se han desvinculado de ETA- continuó en prisión donde era habitual de los partes disciplinarios, de hecho ha llegado a las manos con funcionarios de prisiones.
En estos últimos años en prisión, La Tigresa se ha matriculado en periodismo y ha hecho cursos de valenciano y cerámica. Incluso ha expuesto esculturas y cuadros pintados por ella fuera de la cárcel.
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