21 de noviembre de 2011
Los obispos ofrecen su «específica y humilde» colaboración al nuevo Gobierno
ABC - Día 21/11/2011 - 15.02h
EFE
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Antonio María Rouco Varela, culminó esta mañana su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, deseando al nuevo presidente de Gobierno, «elegido para gobernar, en tiempos tan difíciles, acierto, serenidad y espíritu de servicio en su noble y decisiva tarea».
En su mensaje, el cardenal también ofreció a Mariano Rajoy la«específica y humilde colaboración» de los obispos españoles.Como ejemplo de buen hacer, Rouco Varela recordó «la modélica cooperación de todas las instancias concernidas del Estado, de uno u otro color político, con diversos sectores de la sociedad -no solo con la Iglesia-, puesta de manifiesto con ocasión de llevar a buen puerto la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud».
«Ojalá que pueda repetirse en el futuro, no solo para las ocasiones extraordinarias, sino también en la vida de cada día», aseguró el arzobispo de Madrid en su discurso leído este mediodía ante los prelados y el Nuncio de Su Santidad, Renzo Fratini, en la sede de la Conferencia Episcopal.
Las raíces cristianas de España y su larga tradición católica fue otro de los argumentos a los que apeló Rouco Varela para explicitar el concepto de «progreso» que defiende la Iglesia y por el que está dispuesta a ofrecer su colaboración al nuevo Gobierno.
Para ello, recordó sendas citas de Benedicto XVI durante su viaje a Madrid en agosto. En la primera, rememoró la frase del Papa a su llegada a Barajas, en la que atribuyó el afán de superación y el dinamismo de los españoles a sus hondas raíces cristianas. En la segunda, el cardenal apeló al discurso de despedida del Santo Padre antes de partir a Roma y en la que dijo: «España puede ser una gran nación (...) y sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica».
«Ese progreso es el que, con el Papa, los obispos españoles deseamos para nuestra patria y por el que rogamos a Dios. Ofrecemos con ese fin nuestra específica y humilde colaboración»,aseguró el cardenal al concluir su discurso.
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