1 de octubre de 2008
Aumentan las agresiones de hijos a padres y abuelos
ABC - Martes 30, septiembre 2008 - Últ. actualización 16:50h
Aumentan las agresiones de hijos a padres y abuelos
Martes, 30-09-08
J. A.
MADRID. La Fiscalía General del Estado expresó en la Memoria Anual de 2007 su preocupación por la elevada cifra de casos de violencia doméstica en los que los hijos atacan a alguno de sus progenitores o de sus abuelos. En concreto, según este informe, durante el año pasado se produjeron 1.627 delitos protagonizados por vástagos -menores y mayores de edad- que agredieron a sus familiares.
Este tipo de atentados contra la integridad física dentro del núcleo familiar constituyeron el 8,7 por ciento de un total de 18.655 delitos relacionados con la violencia doméstica que se registraron el año 2007.
Según el citado informe del Ministerio Fiscal, esta elevada existencia de agresiones intrafamiliares en las que los autores son los hijos está determinada por factores como el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol, así como que el agresor se encuentre excluido socialmente.
La Fiscalía califica la cifra de estas agresiones como «alarmante» y resalta la complejidad de imponer una medida punitiva adecuada y conveniente para el interés del menor «ya que se trata de menores que sólo delinquen en el ámbito familiar y además suelen ser primarios».
Por ello, desde algunas Fiscalías provinciales se reclaman más medidas, porque en ocasiones su ausencia puede acarrear que el hijo agresor quede en libertad «en el seno familiar que está dañado» o internarlo en un centro de menores lo que, según la Fiscalía de Ciudad Real, «es un recurso generalmente no adecuado para este tipo de menores, que no suelen cometer más delitos que los de maltrato en el ámbito familiar» y que además «puede contaminar la personalidad del menor y agravar el problema», informa Ep.
Convivencia en grupos educativos
Por ello, algunas fiscalías han optado en ocasiones por imponer al acusado la medida de convivencia con un grupo educativo, pues «permite extraer al menor del hogar familiar a fin de evitar la reiteración de conductas y lograr la protección de las víctimas, así como una orden de alojamiento».
En este sentido, la Fiscalía de Sevilla propone recurrir a otros parientes del agresor para que lo acojan «a fin de evitar la institucionalización del menor maltratador». Si esta medida no fuera posible porque ningún familiar acepta hacerse cargo, entonces se utilizaría el recurso de los pisos de convivencia y en aquellos casos más extremos se solicitaría el internamiento en un centro de reforma.
Aumentan las agresiones de hijos a padres y abuelos
Martes, 30-09-08
J. A.
MADRID. La Fiscalía General del Estado expresó en la Memoria Anual de 2007 su preocupación por la elevada cifra de casos de violencia doméstica en los que los hijos atacan a alguno de sus progenitores o de sus abuelos. En concreto, según este informe, durante el año pasado se produjeron 1.627 delitos protagonizados por vástagos -menores y mayores de edad- que agredieron a sus familiares.
Este tipo de atentados contra la integridad física dentro del núcleo familiar constituyeron el 8,7 por ciento de un total de 18.655 delitos relacionados con la violencia doméstica que se registraron el año 2007.
Según el citado informe del Ministerio Fiscal, esta elevada existencia de agresiones intrafamiliares en las que los autores son los hijos está determinada por factores como el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol, así como que el agresor se encuentre excluido socialmente.
La Fiscalía califica la cifra de estas agresiones como «alarmante» y resalta la complejidad de imponer una medida punitiva adecuada y conveniente para el interés del menor «ya que se trata de menores que sólo delinquen en el ámbito familiar y además suelen ser primarios».
Por ello, desde algunas Fiscalías provinciales se reclaman más medidas, porque en ocasiones su ausencia puede acarrear que el hijo agresor quede en libertad «en el seno familiar que está dañado» o internarlo en un centro de menores lo que, según la Fiscalía de Ciudad Real, «es un recurso generalmente no adecuado para este tipo de menores, que no suelen cometer más delitos que los de maltrato en el ámbito familiar» y que además «puede contaminar la personalidad del menor y agravar el problema», informa Ep.
Convivencia en grupos educativos
Por ello, algunas fiscalías han optado en ocasiones por imponer al acusado la medida de convivencia con un grupo educativo, pues «permite extraer al menor del hogar familiar a fin de evitar la reiteración de conductas y lograr la protección de las víctimas, así como una orden de alojamiento».
En este sentido, la Fiscalía de Sevilla propone recurrir a otros parientes del agresor para que lo acojan «a fin de evitar la institucionalización del menor maltratador». Si esta medida no fuera posible porque ningún familiar acepta hacerse cargo, entonces se utilizaría el recurso de los pisos de convivencia y en aquellos casos más extremos se solicitaría el internamiento en un centro de reforma.