21 de octubre de 2008

El Gobierno nombrará a un diplomático para vigilar la situación en Gibraltar

ABC - 20/10/08

El Gobierno nombrará a un diplomático para vigilar la situación en Gibraltar

Asuntos Exteriores recupera la figura del delegado especial para el Campo de Gibraltar, que no se cubría oficialmente desde comienzos de los 80

Una vieja figura que arranca de los planes de Castiella, ministro de Exteriores de Franco

LUIS AYLLÓN MADRID
Lunes, 20-10-08
El Gobierno quiere seguir más de cerca las actividades que se desarrollan en Gibraltar y las relaciones de la colonia con las localidades de su entorno. Para ello, ha decidido recuperar la figura de delegado especial del Ministerio de Asuntos Exteriores para el Campo de Gibraltar, un cargo para el que será nombrado, en breve plazo, un diplomático, según supo ABC de fuentes solventes. El cargo se instituyó en los últimos años del franquismo, pero desde mediados de los ochenta, en que cesó su entonces titular, Luis Pedroso, no se había cubierto y sus tareas eran desempeñadas por Esteban Bravo, un gran conocedor de la zona pero que no pertenece a la Carrera Diplomática. Bravo, aunque su oficina estaba en Algeciras, tenía, incluso, por razones familiares, una casa en el Peñón.
La decisión del Ejecutivo de elevar de nuevo el rango de la persona que, de facto, se ocupa de las relaciones del día a día, con las fuerzas vivas de la colonia británica, se produce cuando quedan pocas fechas para que se celebre otra reunión del Foro de Diálogo sobre Gibraltar en el que participan representantes de España, del Reino Unido y del Peñón, una iniciativa puesta en marcha en 2004, tras la llegada del PSOE al poder. Está previsto que la reunión, de carácter técnico, se celebre a finales de mes.
El delegado será Julio Montesinos, ahora en la Asesoría Jurídica Internacional del Ministerio
La oficina, fuera del Peñón
Según las fuentes consultadas por este periódico, el diplomático que se hará cargo del puesto será Julio Montesinos, que actualmente se encuentra destinado en la Asesoria Jurídica Internacional del Ministerio. Es, pues, un experto en cuestiones jurídicas, lo que puede resultar de mucha utilidad en su nuevo puesto. Montesinos, gaditano de nacimiento, tendrá su oficina fuera del suelo gibraltareño, en algún punto del Campo de Gibraltar, pero obviamente su tarea estará muy centrada en las cuestiones relacionadas con el Peñón y en conocer todos los asuntos que se refieren a las actividades en la colonia.
El Gobierno, por el contrario, parece haber desistido de una idea que se estuvo barajando, que era la de nombrar a un diplomático como director del Instituto Cervantes que se pretende abrir en la colonia, en cumplimiento de uno de los acuerdos alcanzados en septiembre de 2006 en el Foro de Diálogo tripartito. La idea no gustaba a las autoridades gibraltareñas, que temían que con la presencia de un diplomático, España utilizara las instalaciones para actividades políticas. Según dijo recientemente la directora del Cervantes, Carmen Caffarel, se pretende que la apertura del centro tenga lugar en 2009, un deseo que podría verse truncado por la crisis que se atraviesa.
De haberse llevado a cabo el proyecto de poner al frente a un funcionario de Exteriores, España hubiera contado de nuevo con un diplomático en el interior de Gibraltar 55 años después de que el régimen de Franco decidiera cerrar el Consulado español. Eso ocurrió en el año 1954 en protesta por la visita que la Reina Isabel II de Inglaterra hizo a a la colonia para conmemorar el 250 aniversario de la ocupación de la plaza.
Mientras, continúa adelante el proyecto de construcción de una nueva terminal en el aeropuerto, acordada también en la reunión en la que se decidió el uso conjunto de la base aérea. La terminal, adjudicada a Dragados por un importe de 59 millones de euros, se construirá a pesar de que ahora mismo ninguna compañía aérea hace la línea Madrid-Gibraltar.
Iberia suspendió el 28 de septiembre los vuelos entre Madrid y la Roca porque la línea no resultaba rentable. Los vuelos comenzaron, con periodicidad diaria, en diciembre de 2006, pero ante la falta de demanda, Iberia los redujo a los fines de semana, sin que tampoco así se consiguieran beneficios. En los últimos meses, la ocupación apenas alcanzó un 43 por ciento, muy por debajo de la media nacional, por lo que la compañía se vio obligada a suspender la línea.
Las autoridades españolas reconocen que se trata de una decisión comercial, y confían en que Iberia la revise una vez que esté construida la nueva terminal, con la que se espera queden suprimidas algunas molestias existentes ahora y que hace que muchos viajeros que podrían ir al Campo de Gibraltar prefieran seguir utilizando los aeropuertos de Málaga y Jerez, que además tienen mayor frecuencia de vuelos.