Los ataques de lobos a ganaderías se duplican nuevamente en un año
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De los 66 registrados en 2012 se ha pasado a los 137 del año pasado. Siguen siendo menos que en 2011, algo que los sindicatos atribuyen al hartazgo de los ganaderos por la pasividad de la Administración
El año 2012 fue del todo atípico en esta cuestión porque los servicios de Agricultura y Ganadería de la delegación territorial de Burgos registraron un descenso de denuncias del 74,3% con respecto a 2011. Es decir, se pasó de 257 cabezas muertas a 66 en solo doce meses y ahora, con los datos de 2013 cerrados, se constata un nuevo incremento de muertes y, por lo tanto, de ataques. ¿Qué provoca que haya tantas oscilaciones en la estadística oficial?
El responsable de COAG en Burgos, Javier Gómez, explicó que por las Merindades, «se ven más pisadas de lobo y creemos que la población es mayor de lo que era», pero considera que las fluctuaciones en los registros oficiales se deben más al mayor o menor hartazgo de los ganaderos. «Mucha gente ya no lo denuncia porque no merece la pena», señaló, aludiendo a que no se pagan indemnizaciones. «Solo se les paga a quienes han ido al juzgado, y esos son cuatro», afirmó, comentando que un potro o un carnero cuestan entre 300 y 400 euros e iniciar un procedimiento judicial no baja de 1000 euros. El gerente de Asaja, Rafael Díaz, explica los incrementos y descensos de las estadísticas más o menos con las mismas palabras que el responsable de COAG. Díaz recordó que el hecho de dar parte del ataque en la Junta podría compensar al ganadero porque tiene un seguro que le permitiría ser indemnizado, pero, al igual que indican otros sindicatos, a la hora de la verdad cuesta probar que haya sido un lobo. «El veterinario acude tras el ataque y certifica que hay mordida, pero no especifica si ha sido lobo o perro silvestre», dijo. Y también recordó que los ganaderos cada vez invierten más en medidas de seguridad para evitar ataques.
en canicosa. Como suele ser habitual, la Sierra de la Demanda es la zona más afectada con 93 animales muertos: 84 ovejas, cinco cabras y dos vacas. Y ya por localidades concretas, los ganaderos de Canicosa de la Sierra han sido los más perjudicados al acaparar un total de 45 reses muertas, sobre todo durante el pasado otoño. Les siguen los de Palacios de la Sierra con 15. El resto de muertes se han producido en ganaderías o domicilios repartidos en otros pueblos de la comarca. Sin embargo, y a pesar del incremento con respecto a los datos del año pasado, nada tiene que ver con las 208 muertes denunciadas en 2011.
Llama la atención que en las Merindades, otra de las zonas de la provincia con más tradición ganadera, apenas se hayan registrado tres ataques en todo el año:en Arija, en abril (dos vacas muertas y una tercera herida o desaparecida); en Espinosa de los Monteros, en junio (cuatro caballos atacados, uno de ellos muerto); y en Alfoz de Bricia, en octubre, donde murieron tres vacas. En este caso, la pérdida de reses es inferior a la de los dos años anteriores, cuando fallecieron 27 y 26 cabezas en 2011 y 2012, respectivamente. Yeso que, según afirman residentes de la zona como el responsable de COAG en Burgos, Javier Gómez, cada vez hay más evidencias del incremento de la población de lobos en esas zonas. «En las Merindades sigue habiendo ganado en el monte, por lo que los lobos no tienen necesidad de acercarse a zonas pobladas», afirmó, matizando que, sin embargo, cada vez encuentran más pisadas o más pruebas de la presencia de estos cánidos en los alrededores.
Y a esto hay que añadir las muchas muertes de animales a causa de los ataques de aves depredadoras como los buitres, muy frecuentes durante la pasada primavera en puntos de la provincia como la comarca del Arlanza. De hecho, en Pradoluengo los ganaderos afirmaron haber perdido más de cuarenta cabezas de ganado a cuenta de los ataques de los buitres en apenas tres semanas entre abril y mayo.
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