8 de febrero de 2014

Los recortes a los que no vayan al Ejército desatan la protesta en Israel

Los recortes a los que no vayan al Ejército desatan la protesta en Israel

Los ultraortodoxos se manifestan contra la suspensión de las ayudas a las escuelas religiosas

EL PAIS -  Jerusalén 6 FEB 2014 - 20:13 CET169
Un judío ultraortodoxo señala a un policía durante una protesta en Jerusalén. / EFE
Miles de judíos ultraortodoxos se han manifestado este jueves en diversas ciudades de Israel para protestar contra el recorte de ayudas a sus yeshivot, las escuelas de Torá y Talmud, ordenado por una sentencia de la Corte Suprema del pasado martes que el Gobierno ya está comenzando a aplicar. Según el fallo, decidido por ocho votos a favor y uno en contra, el Ejecutivo del primer ministro Benjamín Netanyahu tiene que dejar de financiar los estudios de los alumnos que se han negado a ser reclutados para el obligatorio servicio militar. Desde su nacimiento, Israel renovaba sin apenas debate la llamada Ley Tal, que eximía a los haredim de incorporarse a filas pero hace año y medio se decidió que era momento de “compartir la carga” entre todos, religiosos incluidos.
Se han producido importantes cortes de carreteras en Jerusalén, Modiin Illit, Ashdod, Beit Shemesh y Bnei Brak, en los que los jóvenes han cargado contra los antidisturbios con piedras y palos. En todo el país se han registrado 35 detenciones y dos agentes han resultado heridos leves, según informa el gabinete de prensa de la policía.
La sentencia conocida esta semana obliga al Estado a cortar los fondos a los jóvenes de entre 18 y 20 años llamados a filas desde que se cambió la norma en agosto de 2012, pero el ministro de Finanzas, el centrista Yair Lapid (Yesh Atid), ha decidido ir más allá y congelar los fondos para las yeshivot a todos los eternos estudiantes con edad de hacer el servicio militar, esto es, hasta los 24 años, que es el periodo máximo en el que pueden demorar su incorporación. Lapid llevaba como tema central en su programa electoral la igualdad de los israelíes a la hora de servir, bien en el Ejército, bien en el servicio civil sustitutorio.
La rápida actuación del ministro, líder del primer aliado de Netanyahu en el gabinete, ha chocado con la del segundo socio en importancia, Casa Judía, un partido de amplia base religiosa que ya logró en enero que no se ejecutase el recorte de 230 millones de shekels (4,8 millones de euros) aprobado el año pasado para las escuelas talmúdicas. Otras formaciones, como Judaísmo de la Torá, han afirmado que la sentencia y la actuación consiguiente del Estado son una “declaración de guerra” a los ultraortodoxos; el Shas ha acusado a los jueces de promover la “persecución de la Torá”.
La medida forzada por la Corte Suprema afectará a unos 10.000 ultraortodoxos, que perderán más de 25 millones de shekels (5,2 millones de euros) en ayudas cada año. Hoy, el Ministerio de Educación destina el 60% de sus fondos a escuelas públicas a estas aulas religiosas, según consta en el argumentario presentado por las ONG y asociaciones israelíes –casi una decena- que se aliaron para exigir la igualdad real en las Fuerzas Armadas. “El Supremo ha dejado claro que la paciencia tiene un límite, que no está dispuesto a permitir que el dinero se entregue a yeshivot que violan la ley”, sostiene Uri Regev, rabino portavoz de la asociación por la libertad religiosa Hiddush, en declaraciones al diario Haaretz.
Más allá del recorte, el fallo judicial reclama al Gobierno que aclare ya por completo los términos del reclutamiento de los haredim. Hasta en tres ocasiones lo ha demorado el Ministerio de Defensa pero el Supremo ha decido que es momento de acelerar su alistamiento y presionar donde más duele, en su formación. Los grupos parlamentarios están estas semanas debatiendo en la Knesset los detalles de esta llamada al servicio y se espera que esté finalizada y clara en marzo. Si no fuera así, los jueces considerarán “lo que tienen que hacer” al respecto. El diarioYedioth Ahronot ha informado de que se está llevando a cabo una negociación muy lenta para que no haya roces entre los socios de Gobierno de Netanyahu, que tienen que determinar, por ejemplo, si además de sanciones económicas se impone algún tipo de condena penal a quien se niegue a hacer el servicio militar.
Las manifestaciones de esta tarde, ya disueltas, han provocado serios problemas de tráfico en la hora punta de la salida del trabajo en los principales accesos a Jerusalén, en la zona industrial del centro del país a la que da salida la carretera número 4 y en la entrada del puerto de Ashdod. En esta ciudad costera los disturbios han sido aún más violentos ya que, además de por el recorte de ayudas, los ultraortodoxos protestaban por la detención de Yitzhak Zer, un joven de 18 años que recibió su carta de alistamiento hace semanas pero decidió no presentarse en su base. Ahora se le juzgará como desertor. En diciembre se produjeron dos arrestos similares en Jerusalén. En los tres casos, el afectado pertenecía a una rama haredi de origen lituano, muy crítica con el fin de la Ley Tal. Varios amigos de Zer han atacado una comisaría y han prendido fuego a un coche patrulla.

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