14 de febrero de 2014

“La novatada es vejatoria, aunque no te toquen un pelo”

“La novatada es vejatoria, aunque no te toquen un pelo”

El director de un colegio mayor de Madrid pide más implicación de las autoridades

Enrique Fuentes, director del colegio mayor Pío XII de Madrid. / BERNARDO PÉREZ
Enrique Fuentes se pone en alerta cada septiembre. Durante mes y medio destina a un fin las 24 horas del día: detectar y combatir novatadas. Su objetivo es acabar con ellas. Sin paliativos. No entiende que se consideren bromas, que provoquen risas, que se desarrollen a la vista de todos. “A principio de curso, si sales a comprar tabaco te encuentras con cuatro o cinco filas de novatos y novateadores por el campus a la vista de todos”.
Fuentes dirige el colegio mayor Pío XII, ubicado en la Universidad Complutense de Madrid. Ocupó el puesto hace tres años. “Llegué aquí y me encontré con el pastel”, resume este licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Desde entonces disecciona el fenómeno con celo de investigador. Instaló cámaras de seguridad, separó a los novatos de los veteranos en dos edificios. Él duerme en el de los nuevos. “Tienen que pasar por delante de mi habitación si quieren hacer novatadas en el colegio”. El asunto no le es ajeno. Sufrió acoso escolar en su infancia y confiesa que eso le ha hecho desarrollar una sensibilidad especial.
Él fue uno de los directores que impulsó el texto conjunto que lanzaron el pasado septiembre más de un centenar de colegios españoles. Clamaban por el fin de estas prácticas atávicas que ya aparecían en los escritos de Platón hace 25 siglos. “No son bromas, es maltrato”, repite.
El asunto volvió a primera página de forma dramática. En diciembre, la policía portuguesa asoció a una novatada la muerte de seis jóvenes de la Universidad Lusófona de Lisboa. “Casos como este son muy excepcionales y entran por los ojos”, señala el director. “Pero lo que hay que entender es que la novatada implica una humillación y es vejatoria siempre, aunque no te toquen un pelo”.
Explica con cierto desencanto que, tras tres años en su particular cruzada, solo ha habido una familia que habló y combatió el asunto abiertamente. “La madre reclamó que tenía derecho a que se tratara bien a su hijo y colaboramos para que así fuera”. Aprovecha la cita para pedir más colaboración externa. “Me consta que hay muchos directores que están en esta pelea como yo, pero hace falta implicación de las instituciones, de la policía”. Los abusos se producen normalmente fuera del colegio, con la participación de excolegiales que emborrachan a los nuevos y les someten a todo tipo de pruebas vejatorias. “Es un problema de orden público que la policía debería perseguir de oficio, como la trata de blancas o el tráfico de personas”.
La aplicación de medidas legales para combatir el fenómeno le convence a medias. Francia incluyó las novatadas en el Código Penal y eso no las ha erradicado. Él regularía “arquitectónicamente” los colegios mayores para que los alumnos nuevos y los veteranos estuvieran siempre separados, como ocurre en el suyo. Fuentes también es partidario de instaurar la contratación de perfiles más profesionalizados para hacerse cargo de la dirección de los colegios, con la ayuda de educadores sociales que reciban a los estudiantes. El director del Pío XII añade que la concienciación y el trabajo de campo, en cualquier caso, debe empezar mucho antes. “Se necesita una cultura de los derechos humanos a todos los niveles ya desde los alumnos de secundaria. ¿Cómo es posible que nos riamos de las humillaciones a otros?”.

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