12 de octubre de 2009

«En ocasiones el asesinato es una causa justa; es nuestro deber seguir a Bin Laden»

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Lunes, 12 de Octubre de 2009

Madrid

Internacional


«En ocasiones el asesinato es una causa justa; es nuestro deber seguir a Bin Laden»

«Al Andalus fue en el pasado una de las piezas fundamentales de nuestra historia y por ello debemos recuperarla, sea como sea, de los infieles», advierte a ABC el líder del principal centro islámico de Yemen, país originario de la familia Bin Laden

«Una correcta lectura del Corán garantiza la curación del sida»

En la avenida «At Tahir» de Saná un edificio destaca sobremanera. Es la universidad «Al Iman», principal centro religioso de Yemen y en el que Abdul Majeed al Zindani ejerce de líder espiritual. Un lugar —refugio moral para más de 6.000 islamistas venidos de cerca de 50 países— en el que son frecuentes los llamamientos a la yihad y a la conversión de los infieles, así como al estudio de prácticas pseudocientíficas.

«El sida es un castigo de Alá ante la homosexualidad y la depravación sexual de nuestra actual sociedad. Sin embargo, una correcta lectura del Corán, así como la ayuda de maestros de islam como Al Zindani, garantiza al cien por cien su curación», nos asegura Sale al Sanabani, uno de los profesores del centro.
EDUARDO S. MOLANO | YEMEN
«¿Real Madrid o Barcelona?» Tras permanecer custodiado durante horas por islamistas armados, la pregunta no puede resultar más cómica. Quien nos inquiere con esta singular duda metafísica es el sheikh Abdul Majeed al Zindani, un ciudadano yemení que ronda los 70 años y que ha accedido a nuestros deseos de convertirnos en «rectos musulmanes» en su centro islámico de Saná, capital de Yemen, país originario de la familia Bin Laden.
De carácter risueño, amplia sonrisa y barba anaranjada por el uso de la «henna», lo cierto es que Al Zindani parece ciertamente alejado del tópico de talibán iletrado.
Pero basta con que el líder religioso comience a adoctrinarnos con su diatriba extremista -«es nuestro deber convertir al Islam, cueste lo que cueste, a esa lacra cristiana y judía que vierte mentiras sobre el profeta»- para comprobar que se trata de uno de los líderes islamistas más peligrosos de la actualidad.
Porque al margen de sus conocimientos futbolísticos, el currículo del sheikh no puede ser mas elocuente. Al Zindani está considerado como uno de los principales ideólogos de Al Qaida, así como el guía espiritual de Osama Bin Laden. De igual modo, una de sus «fatwas» -decisión sobre una cuestión jurídica- contribuyó de forma directa al atentado contra el destructor estadounidense «USS Cole» que en octubre de 2000 causó la muerte de diecisiete estadounidenses en aguas del Golfo de Adén. Por estos motivos EE.UU. incorporó al sheikh en 2004 a su lista de «terroristas globales».
Éste es un extracto de las numerosas conversaciones que ABC mantuvo con el líder islamista en su residencia de Yemen durante varios días de convivencia.
-¿Cuál es su valoración sobre el líder de Al Qaida, Bin Laden?
-Osama era y es un buen hombre como el resto de maestros suníes. En la década de los ochenta combatí junto a él en Afganistán contra las tropas soviéticas [sólo unos meses antes de viajar al país asiático, ambos líderes se conocieron en la universidad saudí «Rey Abdul Aziz» cuando Al Zindani era catedrático y Bin Laden, un simple estudiante] y su discurso a favor del Islam no ha cambiado mucho. La mayor parte de las acusaciones vertidas desde Occidente son informaciones que han sido manipuladas por los estadounidenses. Pero es nuestro deber como musulmanes seguir con atención sus palabras y llevarlas a la práctica.
-Pero el Islam es una religión donde la paz y el respeto son dos de sus principales pilares. ¿La actitud de Bin Laden y su red Al Qaida no contradice esto?
-Nuestro deber es extender la palabra del profeta al resto del mundo y, si fuera necesario, dar nuestra vida por Alá. Por ello, en ocasiones, el asesinato es una causa justa. Pese a las mentiras de Occidente, el maestro Bin Laden -así como los hermanos musulmanes que combaten en Irak, Afganistán, el norte de Yemen o Indonesia- sólo está poniendo en práctica estas palabras.
-¿Cuál es el papel que debe jugar España en esta cruzada a favor del Islam?
-Gracias a la acciones que desde Europa, y especialmente España, se han llevado a cabo para extender la palabra del profeta, creo que vamos en el buen camino hacia la construcción de un mundo donde impere la lógica del islam. Al Andalus fue en el pasado una de las piezas fundamentales de nuestra historia y por ello debemos recuperarla, sea como sea, de los infieles.
Durante su oratoria, plagada de numerosos silencios para la reflexión, es frecuente la parábola: «Si cuando compramos unos simples zapatos, siempre elegimos los mejores. ¿No debemos hacer lo mismo con la religión? ¿No debemos tirar a la basura aquellos productos que no nos gustan y conservar los adecuados». Aunque, al referirse al pueblo judío su mensaje suele ser más directo.
-¿Cuál es la actitud que debemos tener hacia el resto de religiones? ¿Está a favor de la yihad?
-El pueblo judío es el más mentiroso de la Historia. A lo largo de los años sólo se ha dedicado a verter injurias contra el profeta. Esta actitud es la que les llevará a pudrirse en el infierno. De este modo, nuestro deber es que cumplan la pena por los pecados cometidos. Algo que ya están haciendo nuestros hermanos de Hamás [la entrada de la vivienda de Al Zindani está decorada con imágenes de líderes del grupo palestino como Jaled Meshal], una cruzada antijudía que elogio, porque es también una lucha en favor del islam. De igual modo, el cristianismo ha continuado de forma consciente las falacias iniciadas por el pueblo judío. Por ello, son también cómplices del maltrato histórico que la figura del profeta Mahoma ha sufrido. Pero tranquilidad, algún día el islam será la única religión que hable el mundo.
-¿Está a favor de un Estado donde impere la sharia (la ley islámica)?
-La Edad Media demostró en Europa que un Estado dictaminado bajo los preceptos religiosos del cristianismo es inaplicable. Esta situación es similar a la que ocurre actualmente en Estados Unidos donde el cristianismo y el «lobby» judío se han hecho con el poder. Desde el Islam planteamos una alternativa que garantice la correcta convivencia entre Estado y religión, y que además permita que gocemos de los preceptos de paz que inició nuestro profeta. Pero para ello, nuestra lucha debe continuar.