Miércoles, 14 de Octubre de 2009
Madrid
España
Terrorismo
Otegi, detenido nuevamente hoy en San Sebastián / ABC
Otegi salía esposado de la sede de LAB / EFE
El histórico dirigente de Batasuna, Rufino Etxeberria, también detenido/ EFE
La ex tesorera de PCTV-EHAK Sonia Jacinto es escoltada por efectivos policiales/EFE
Miren Zabaleta, hija de Patxi Zabaleta, coordinador general de Aralar
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La tercera desarticulación
Con las detenciones de hoy, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han desarticulado hasta en tres ocasiones la cúpula de la ilegalizada Batasuna en poco más de dos años, concretamente desde octubre de 2007 con la operación de Segura (Guipúzcoa) en la que fueron detenidos 23 dirigentes abertzales, el primer gran golpe policial al llamado brazo político desde la ruptura de la tregua por parte de ETA en junio de ese mismo año.
D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA | MADRID
La Policía frustró ayer el tercer intento de reorganización de Batasuna desde su ilegalización al detener a los cabecillas que formaban parte de la nueva «mesa nacional» , que había sido bautizada con el nombre de «Bateragune» o «comisión de dirección», para seguir cumpliendo las directrices de ETA. Entre los arrestados figura Arnaldo Otegi, que en los últimos meses acató las órdenes de la banda para no formar un nuevo partido desmarcado del terror al recibir la consigna de que «la izquierda abertzale debe prepararse para afrontar un largo período de confrontación». La operación confirma la estrategia del Gobierno de cortar la cabeza del reptil proetarra cada vez que la asome.
Desde febrero, la Policía seguía los pasos dados por los restos de Batasuna para reorganizarse de forma clandestina. La investigación condujo ayer hasta la sede que el sindicato LAB tiene en San Sebastián, lugar que en los últimos meses ha utilizado la «izquierda abertzale» para mantener reuniones estratégicas. Por este mismo motivo de «instrumentalización», Baltasar Garzón ordenó el cierre de la sede que el PCTV, partido ya ilegalizado, tenía en Usúrbil (Guipúzcoa). Por ello, fuentes de la lucha antiterrorista consideran muy relevante el hecho de que «la nueva Batasuna» se estuviera «cocinando» en LAB, único entramado del «complejo ETA» que, junto Askapena, no es ilegal.
Allí, en la base logística del sindicato, fueron detenidos, además de Otegi, su ex dirigente Rafael Díez Usabiaga; Arkaitz Rodríguez Torres, exportavoz de la plataforma Gelditu; la ex tesorera del PCTV Sonia Jacinto, y el cabecilla Rufino Etxeberria, que el pasado 7 de septiembre salió de la cárcel tras ser arrestado en la operación de Segura.
Miren Zabaleta, hija del coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, y José Luis Moreno Sagües fueron arrestados en Pamplona. Mientras, en Hernani la Policía detuvo a Amaia Esnal Martiarena, vinculada a Askatasuna, y José Manuel Serra Ugarte. A estas detenciones hay que sumar la de Ainara Oiz Elgorriaga, que fue sorprendida en el portal de la casa de Miren Zabaleta cuando sacaba documentación.
Los detenidos, excepto ésta última, habían constituido una «comisión de dirección» a la que llamaban «Bateragune» («todos juntos» en castellano) y que sustituiría a la «mesa nacional».
Durante el tiempo que estuvieron sometidos a seguimiento, la Policía observó que adoptaban numerosas medidas de seguridad cuando se reunían en la sede de LAB. Entraban de forma escalonada para no levantar sospechas y las mismas precauciones adoptaban en el momento de abandonarla.
En el transcurso de la «Operación Batea», en la que han participado las Brigadas de Información del País Vasco y Navarra, así como la Comisaría General de Información, fueron registrados los domicilios de los detenidos y la sede de LAB en San Sebastián.
Además de los seguimientos policiales, la investigación que ha conducido a la decapitación de Batasuna ha tenido como uno de sus pilares la documentación incautada a Ekaitz Sirvent, detenido el pasado mes de abril en París. A este cabecilla se le encontraron los «planes políticos».
Pero los cabecillas etarras prohibieron a Otegi impulsar un partido que se desmarcara del terror. A principios de este año, sectores «duros» de Batasuna se unieron a los pragmáticos Otegi y Usabiaga para pedir a ETA, no que abandonara la «lucha armada», pero sí que la relegara a la «lucha política» a fin de que la «izquierda abertzale» constituyera un «polo soberanista». Como objetivo se planteaba también la presencia en las urnas con siglas propias para regresar a los parlamentos del País Vasco y Navarra.
ETA receló y sus cabecillas interpretaron que detrás había un intento de crear un nuevo partido con vocación de acomodarse en la vía política. A principios del pasado septiembre se detectó que la banda había lanzado una clara advertencia a Otegi para que no se lanzara a la «aventura».