15 de octubre de 2009

Desarticulada en Miami-Playa una banda dedicada al tráfico de mujeres en España y Francia

ELPAÍS.com 15/10/2009

Desarticulada en Miami-Playa una banda dedicada al tráfico de mujeres en España y Francia

La operación ha culminado con la detención de ocho personas, cuatro de ellas en la localidad tarraconense


La Policía Nacional ha detenido a la cúpula de una banda dedicada al tráfico y la explotación de mujeres que operaba en Francia y España. La operación, realizada de forma simultánea en ambos países, ha culminado con la detención de ocho personas, cuatro de ellos en la localidad tarraconesa de Miami-Playa y otros cuatro en París y Saint Mondé. Los arrestados en España son los presuntos cabecillas de la red, que había situado su base logística en la citada población.

La organización criminal traficaba con mujeres de Europa del Este, en su mayoría extracomunitarias, para después explotarlas sexualmente. Se estima que hay más de 20 víctimas, cuatro de ellas localizadas en nuestro país. Los miembros de este grupo las dotaban de documentaciones falsificadas de la Unión Europea o realizaban matrimonios de conveniencia para burlar las legislaciones en materia de extranjería.

Según apuntan fuentes policiales, la investigación se inició el pasado mes de marzo tras recibir la solicitud de colaboración policial por parte de la Oficina Central para la Represión del Tráfico de Seres Humanos (OCTREH) de la Policía Nacional Francesa. Esta unidad policial llevaba tiempo investigando a este grupo organizado de origen albanés y sospechaba que su cúpula se había desplazado a España.

Desde ese momento, la Policía Nacional ubicó a los responsables de la red en la localidad tarraconense de Miami-Playa, en donde habían situado su base logística de actuación y explotaban sexualmente a varias mujeres que eran obligadas a prostituirse en la Nacional 340. Además, desde esta población dirigían la explotación de mujeres en Francia y el funcionamiento de su organización en dicho país.

La banda usaba al menos cuatro domicilios distintos en la zona. En ellos habitaban tanto los proxenetas como las víctimas, aunque solían variar su residencia para no levantar sospechas entre la policía y los vecinos. Además, los detenidos adoptaban rigurosas medidas de seguridad con el fin de dificultar así una posible actuación policial.