10 de noviembre de 2008

Tres mandos militares irán a la cárcel por vejar a un soldado que hacía de prisionero

EL MUNDO - 10/11/2008


LOS CONDENA LA SALA DE LO MILITAR DEL TRIBUNAL SUPREMO

Tres mandos militares irán a la cárcel por vejar a un soldado que hacía de prisionero

§ Un tribunal militar había absuelto previamente a los tres mandos militares
§ Los hechos ocurrieron en octubre de 2000 en Canarias, durante unas maniobras
§ La víctima sufrió un trastorno ansioso-depresivo que lo inhabilitó para su trabajo
MARÍA PERAL
MADRID.- El Tribunal Supremo ha condenado por un delito de abuso de autoridad a tres mandos militares que, durante unas prácticas de captura de enemigos trataron "de manera degradante e inhumana" a un soldado al que eligieron para el papel de 'prisionero'.
La sentencia, según publica hoy el diario EL MUNDO, revoca la absolución que emitió en 2007 el Tribunal Militar Central, que juzgó en primera instancia al comandante (capitán en el momento de los hechos) Guillermo C.; al capitán (entonces teniente) Francisco F.; al sargento primero Luis Miguel C.; al cabo (entonces soldado) Salvador S. y al ex soldado Yerai Z. Todos ellos estaban destinados en un batallón de ingenieros del Ejército de Tierra.
El Tribunal Militar Central les absolvió tanto del delito de trato inhumano y degradante por el que les acusó el fiscal, como del delito de maltrato de obra a un inferior que les imputó la acusación particular, ejercida por el soldado que fue víctima de los hechos, Víctor Manuel F., hoy fuera del Ejército.
Ahora, según lo dispuesto por la Sala de lo Militar del Supremo, los tres mandos deberán ingresar en la cárcel para cumplir cinco, cuatro y tres meses de prisión, respectivamente. Además, deberán indemnizar con 75.000 euros al soldado. Sólo se mantiene la absolución de todos los acusados por maltrato de obra, y también la de los soldados Salvador y Yerai.
La sentencia también advierte de que algunas normas de la Alianza Atlántica sobre cómo tratar enemigos capturados 'no son conformes a Derecho'.
Los hechos sucedieron en la madrugada del 4 de octubre de 2000 en la Playa del Cabrón en las Islas Canarias. A consecuencia de los hechos, el joven sufrió un trastorno ansioso-depresivo que, finalmente, determinó que fuera declarado no apto para el servicio de armas y rescindido su contrato como militar profesional de tropa.
El soldado permaneció maniatado, descalzo y con los ojos vendados durante todo el ejercicio, que se llevó a cabo por la noche y a lo largo de una hora y media.
"El inferior debe respeto y obediencia a su superior, pero también el superior tiene el inexcusable deber de respetar la dignidad del inferior", subraya la Sala de lo Militar del Supremo en una sentencia que anuncia tolerancia cero respecto a extralimitaciones contrarias a los Derechos Humanos en el desarrollo de maniobras militares destinadas a 'endurecer' a la tropa para que esté preparada ante situaciones bélicas reales.