28 de junio de 2012
Zapatero: “La religión no puede monopolizar todos los aspectos de la vida”
La mañana ha empezado con aplausos y abucheos en el Palacio de Congresos de Ávila. Aplausos para el cardenal Antonio Cañizares y abucheos para el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, convocados en ese recinto por la Universidad Católica de Ávila y el diario La Razón para debatir sobre el humanismo en el siglo XXI. El cardenal exigió respeto a los asistentes. "Pido que nos dejen hablar a los dos. Quienes no nos dejen hablar a los dos, se han equivocado de lugar. Hemos venido a hablar de humanismo, y el humanismo exige respeto a las personas", ha advertido.
Más de mil personas han asistido a un debate esperado con gran expectación por tratarse de una de las primeras apariciones públicas de Zapatero tras dejar la presidencia. También porque enfrenta a dos personalidades con puntos de vista muy diferentes sobre el humanismo y la religión. No obstante, el expresidente ha empezado su alocución admitiendo que el cristianismo ha ejercido una influencia decisiva sobre Europa en los últimos 1.000 años y reconociendo la necesidad de que los poderes públicos colaboren con las distintas confesiones. “El debate entre laicos y religiosos tiene un punto importante en aquel debate entre Jurgen Habermass y el actual Benedicto XVI. En aquel diálogo se establece un modelo de respeto, neutralidad del Estado y aprendizaje a través del diálogo. Y eso viene por la importancia histórica del cristianismo en Europa”, ha dicho Zapatero.
El primer punto de debate se ha establecido en torno a los privilegios de la Iglesia. "A veces parece que la Iglesia recibiese una serie de beneficios, pero no es así. Toda sociedad, aunque sea laica, necesita de valores no manipulables, válidos para todos. Y la crisis viene precisamente porque se ha perdido ese grupo de valores, sin los cuales no podemos conducir esta sociedad", ha subrayado Cañizares. En respuesta, el expresidente ha opinado que "la religión debe abandonar ese intento de monopolizar todos los aspectos de la vida”.
El siguiente tema ha sido la crisis, introducido por el moderador del debate, Francisco Marhuenda, director de la La Razón. El cardenal ha insistido en que detrás de la crisis económica hay una crisis de valores. "Cuando la vida no es respetada, cuando la familia no está lo suficientemente protegida (…), no hay un futuro para esta Europa. La juventud hoy no sabe qué es lo bueno y qué es lo malo”, ha recalcado. Zapatero le ha replicado que no pueden olvidarse los avances sociales, científicos y políticos logrados en los últimos 50 años, y ha considerado que, “sea crisis de valores o solo económica, Europa saldrá adelante".
El debate ha continuado ahondando en el desarrollo de la democracia y la libertad en Europa. "La gran cuestión es si Europa va a ser capaz de dar los pasos que tiene que dar a tiempo. ¿Qué nos enseña lo peor de la historia europea? Que las afirmaciones cerradas, las ideologías cerradas, absolutas, son, antes o después, destructoras. La democracia asume sus límites, los límites de la convivencia. El humanismo sabe que vale más defender la libertad que cualquier promesa tentadora, y en eso es clave la aportación del cristianismo. (...) Europa debe obtener por sí misma el respeto que se merece por sus logros, igual que nuestro país. Y sin duda la mejor manera de afirmar la identidad de Europa y de España es ver cómo nos ven desde fuera, y siempre nos han reconocido por defender los valores de la dignidad, las libertades políticas, y así debemos seguir", ha opinado el cardenal. Y ha añadido: "Estamos entre demócratas, pero no hay democracia sin conciencia, sin asentamiento en principios del bien y del mal, sean del credo que sean".
En este asunto Zapatero se ha mostrado muy próximo: "Estoy de acuerdo en lo de la democracia sin conciencia, porque democracia es conciencia, conciencia en los valores del respeto. Esa conciencia, en definitiva, se traduce en un núcleo esencial de principios, de derechos y de valores que tienen una plasmación normativa en las constituciones. Pero ese núcleo, que ha costado históricamente esfuerzos, sangre y sueños, debemos mantenerlo. Y eso solo se logra con la deliberación, el diálogo, la palabra, el discurso y el respeto, que es la palabra más bonita del castellano".
La alusión de Zapatero a los sueños ha despertado una cascada de buenos sentimientos al cardenal. "Ha utilizado una palabra que comparto: soñadores. Hacen falta soñadores, quijotes. Hablar de ensoñación me trae a la cabeza la juventud, el futuro de nuestra sociedad (...) Uno de los retos principales es una vida bella, una civilización del amor, una paz diariamente construida... y un trabajo, claro está", ha admitido Cañizares.
Para cerrar el debate, Marhuenda ha planteado la cuestión del diálogo. Cañizares ha apostado por el diálogo interreligioso. "Aceptamos al otro y que esa fe que vive el otro nos es común. Si alcanzamos ese diálogo interreligioso en la cuenca del Mediterráneo habrá paz". El expresidente se ha manifestado totalmente de acuerdo. "De la doctrina de Benedicto XVI, lo más audaz de su pontificado es ese diálogo interreligioso. Y eso a España le sienta bien, pues siempre ha sido el gran puente de diálogo con el Mediterráneo, con América Latina. Hay muy pocas naciones que tengan la posición para el diálogo que tiene España", ha concluido Zapatero.
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