20 de junio de 2012

Dívar dicta en el bicentenario un discurso institucional sin aludir a su futuro


Dívar dicta en el bicentenario un discurso institucional sin aludir a su futuro

El presidente del Supremo perfila un discurso de loa a la Constitución de Cádiz

Vocales del Poder Judicial buscan ya un sustituto para cuando caiga Dívar

El presidente del Consejo del Poder Judicial, Carlos Dívar, ha pronunciado un discurso netamente institucional y sin alusiones a su situación personal próxima a la dimisión, en la ceremonia del bicentenario del Tribunal Supremo, presidida por el Príncipe de Asturias,don Felipe de Borbón.
Al acto no han asistido ni el vocal promotor de la denuncia contra Dívar,José Manuel Gómez Benítez, ni la vocal Margarita Robles. Si lo han hecho otros críticos con Dívar, como Carles Cruz y Margarita Uría. A la ceremonia, que no se ha salido de sus cauces institucionales y con un salón abarrotado de magistrados e invitados, han asistido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
Durante la ceremonia, un grupo de funcionarios que protestan contra los recortes se han concentrado en un lateral del palacio de Justicia, frente al Tribunal Superior de Madrid, y han proferido gritos y pitidos contra los recortes y en contra de Dívar: “Dívar, dimite, Justicia no te admite”, han coreado.
En su discurso, el presidente del Supremo ha hecho un repaso del recorrido de Poder Judicial desde la Constitución de Cádiz hasta hoy y ha dicho que conmemorar 200 años del Tribunal Supremo supone que, pese a todas las vicisitudes históricas, “ha mantenido su función en cuanto a juzgar y hacer ejecutar lo juzgado”. Además, ha señalado que "un Estado que socave la posición institucional del Poder Judicial dificulta o hace inexistente el estado de Derecho".
Por su parte, don Felipe ha trasladado “un afectuoso saludo” del Rey a los presentes y ha destacado la “importancia fundamental” del Tribunal Supremo “en el marco del principio de separación de poderes en el seno de la estructurad el nuevo Estado liberal. Todo ello fue esencial para el establecimiento de un Estado de Derecho moderno en el que los ciudadanos puedan defender sus libertades y derechos ante las eventuales intromisiones de otros poderes del Estado”.

La frialdad del acto escenifica la soledad del presidente

La celebración del bicentenario del Tribunal Supremo, proyectado como un acto cumbre en su carrera por su presidente, Carlos Dívar, que llevaba meses preparando el evento, ha sido la escenificación de la soledad que le acompaña desde el escándalo de los 32 viajes que realizó a cargo del erario público. 
No solo el discurso meramente institucional de Dívar ha sido recibido con frialdad, hasta el punto de que muchos de los asistentes ni siquiera le han aplaudido; sino que las imágenes evidencian el escaso interés de los principales invitados por aparecer junto al todavía presidente del Poder Judicial. 
El propio Dívar apenas ha permanecido más de 15 minutos en el cóctel posterior a la ceremonia. A su marcha, preguntado por Efe Televisión sobre si este sería su último acto como presidente del Supremo, ha contestado: "No lo sé, no lo sé".
"Es momento para celebrar, pero también para reflexionar serenamente". Con estas palabras, pronunciadas en el discurso de apertura de los actos del bicentenario del Tribunal Supremo, el príncipe de Asturias ha apelado a los valores establecidos por las disposiciones de la Constitución de Cádiz que recogen la "creación, la composición y las competencias" de este órgano judicial.

La recta final de Dívar

La conmemoración del bicentenario ha arrancado la recta final del mandato del presidente del Tribunal Supremo,Carlos Dívar.  El también presidente del Consejo General del Poder Judicial ha perdido el apoyo de buena parte de los vocales por la polémica en la que se ha visto envuelto en el último mes. Si la decisión "contundente" que tomará el próximo jueves -anunciada el sábado en la reunión del pleno del Consejo General del Poder Judicial- consiste, como parece evidente, en que abandona la institución, la celebración del bicentenario del Tribunal Supremo es el primero de sus últimos cuatro días en el cargo. 
Dívar se ha visto envuelto desde principios de mayo en un escándalo, provocado por no haber explicado suficientemente los 32 viajes con cargo al erario público que realizó por todo el país, aunque la mayoría de las veces visitó hoteles y restaurantes de lujo en Marbella, y que le llevó a cargar unos 30.000 euros al Consejo. Pese a que recibió el apoyo de 11 de los 15 vocales que integran la Sala de lo Penal del Supremo, que no admitieron la querella contra él de una asociación de abogados, sí ha recibido la reprobación de todas las asociaciones judiciales17 jueces decanos y más de 20.000 personas.
Sin embargo, el todavía presidente del Supremo mantiene hoy en una entrevista en El Mundo que se ha "orquestado una campaña" en su contra, aunque admite que no puede continuar en el cargo con la oposición de los vocales.
Mientras, han comenzado los primeros escarceos para buscarle sustituto a Dívar, a los que ya se vienen entregando desde hace días magistrados y consejeros judiciales. Con Dívar todavía de cuerpo presente, las propuestas varían para situar al frente del Consejo General del Poder Judicial desde un presidente de Sala del Supremo a un magistrado de prestigio cercano a la jubilación o mantener la situación de bicefalia el tiempo que le queda a este Consejo, es decir, hasta octubre de 2013.

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