14 de junio de 2012
EL PAIS - ISABEL LAFONT Madrid 14 JUN 2012 - 14:56 CET1036
No por previsible la reacción ha sido menor. Anoche, la agencia de calificación Moody's rebajó tres escalones la nota de la deuda soberana de España, desde A3 (notable bajo) hasta Baa3 (aprobado bajo), y la situó en "perspectiva negativa". La razón que argumenta es que el rescate europeo —hasta 100.000 millones de euros— que España recibirá para sanear los bancos impulsará la deuda hasta el 90% del PIB y por eso la reacción en el mercado secundario de bonos emitidos por el Estado no se ha hecho esperar: la prima de riesgo ha subido hasta 552 puntos básicos y el tipo del bono a 10 años de referencia (emisión con cupón 5,85% y vencimiento en 2022) ha tocado el 6,998%, un máximo desde que entró en vigor la moneda única en 1999.
Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha hecho un llamamiento a la calma frente al repunte de la tensión en los mercados que ha llevado el acoso contra la deuda de España a un nivel que no es "sostenible". "El Gobierno quiere transmitir un mensaje de calma. Tenemos el apoyo de nuestros socios europeos", ha asegurado tras reunirse con el presidente, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y su colega al frente de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la comisión delegada de asuntos económicos del Congreso, que se ha prolongado durante más tiempo de lo previsto. "El Gobierno está encima de los asuntos, está encima de los temas, está tomando medidas y va a continuar tomando medidas", ha añadido Guindos.
El pasado martes, el nono a 10 años ya rompió un máximo anterior y su rendimeinto alcanzó el 6,8% próximo al 7%, nivel de extremo riesgo que encarecería tanto el coste de la deuda española que, en la práctica, la expulsaría del mercado. Grecia pidió su primer rescate (mayo de 2010) cuando llegó al 8,5%, idéntico nivel que Portugal en abril de 2011. Sin embargo, a Irlanda le bastó tocar el 8,1% (noviembre de 2010) para pedir ayuda internacional.
La deuda española se sitúa ya a un paso de lo que Moody's considera activos especulativos, es decir, aquellos que suponen un riesgo tan elevado que solo deben ser considerados por inversores dispuestos a asumirlo, y por eso se les exige más rentabilidad, según una regla básica del mercado (a más riesgo más rentabilidad, y viceversa).
El mercado de deuda ha acusado también el nerviosismo previo a lasubasta del Tesoro italiano que hoy ha colocado 4.500 millones de euros en bonos a tres años, siete y ocho años, el máximo previsto, aunque ha tenido que pagar unos intereses superiores. Por los 3.000 millones en bonos a tres años, un 5,3% (un 3,91% en la subasta del pasado mayo); por los 627 millones con vencimiento en 2019 un 6,1%; y un 6,13% le costarán los 873 millones que expiran en 2020.
En el mercado secundario, el bono italiano a 10 años ha tocado el 6,34%, máximo desde enero, para luego ceder al 6,25%. Ayer, el Tesoro italiano colocó letras a un año al 3,972%, 1,63 puntos porcentuales más que en la emisión anterior, del pasado mayo.
La Bolsa también ha reaccionado a la degradación de la deuda española con una apertura a la baja del 0,5%, pero durante buena parte de la mañana ha mantenido una mínima oscilación respecto a su cierre de ayer, entre un mínimo de 6.558,6 y un máximo de 6.664,2 puntos. Poco antes de las 15.00 se situaba en 6.655,6 puntos, con un avance del 0,61%.
Todas las Bolsa europeas acusan la tensión en el mercado de deuda con moderadas pérdidas. Londres cede un 0,81%, París un 0,62%, Fráncfort un 0,89% y Milán un 0,33%.
La deficiente gestión de las negociaciones con Europa por parte del Gobierno español, la incertidumbre sobre las condiciones, plazos, cantidades que recibirá cada entidad, si la ayuda se canalizará en forma de capital o de préstamos y la confusión ante su impacto en las cuentas públicas (el Gobierno insiste en que no tendrá efecto alguno en el déficit) no están contribuyendo a despejar la tensión sobre la deuda española.
Ayer, Bruselas arrojó algo de luz -poniendo en evidencia al Ejecutivo español- al indicar que el impacto del rescate bancario en el déficit parece que será inevitable y así lo certificó Eurostat, la agencia estadística europea, al precisar que los intereses del préstamo afectarán a ese parámetro y que, posiblemente, también lo acaben haciendo las inyecciones de fondos que reciban las entidades bancarias.
Y todo ello, en vísperas de una cita crucial para el futuro del euro: las elecciones que se celebrarán el próximo domingo en Grecia, convertidas en un plebiscito sobre la permanencia del país en la eurozona.
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