23 de junio de 2012

El ruido de un café promueve la creatividad


El ruido de un café promueve la creatividad

Así lo asegura un estudio del Journal of Consumer Reseach

ABC - Día 21/06/2012 - 22.10h
Pues va a resultar que no estoy tan loco como les parece a mis compañeros. Me miran como alma que lleva el diablo cuando a la hora de escribir o, por lo menos, pergeñar alguna información me pongo la música (educadamente, con auriculares, claro) a todo trapo.Ocho horas al día y así todos los días.
Siempre les he dicho que era para concentrarme y no me creían. Y ahora ha venido un grupo de científicos dirigidos por un profesor llamado Ravi Mehta a darme la razón en un estudio publicado por Journal of Consumer Researchque recoge www.theatlantic.com
No es exactamente que a uno le visiten más y mejor las musas y se le dispare la creatividad en un escenario como la playa Omaha en Normandía... pero casi.
El estudio asegura que un ambiente silencioso (50 decibelios) promueve menos la creatividad que un ambiente moderadamente ruidoso (70 decibelios), que es aproximadamente el ruido que uno se encuentra en un café. Será un café inglés, o de Boston, porque en el bar de la esquina (aunque gente sabia como Vargas Llosa lo consiguió en Madrid al lado del Retirocon «La ciudad y los perros», en la tasca «El Jute»), entre bocatas de calamares y al fondo hay sitio no parece que uno vaya a ponerse línea a línea, palabra a palabra, con «La Iliada».

Nada nuevo en el café

En cualquier caso, tampoco es nada nuevo. Los cronistas medievales a menudo escribían entre espadazos y trompadas, y Jenofonte llevaba en una mano recado de escribir y en la otra la lanza. O qué decir de Baudelaire que si iba al bistró en busca de las flores del mal, aunque uno crea que más que ruido ambiental lo que buscaba el poeta era una lagrimita de absenta.
Eso sí, el informe también asegura que a partir de los 85 decibelios (con la radial y el martillo neumático hemos topado) la cosa empieza a ser dolorosa. Es decir que un ruido de fondo moderado aventa y aviva nuestra imaginación. Cabe preguntarse sin por ruido moderado de café los estudiosos entenderán esto.

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