8 de noviembre de 2010
Calor en la basílica, frialdad en las calles
El Papa realiza un rápido recorrido por las calles de Barcelona con más gente que a la ida, pero sin aglomeraciones
CRISTINA DELGADO /CLARA BLANCHAR - Barcelona - 07/11/2010
EL PAIS
El Papa ha regresado ya al Palacio del Arzobispado de Barcelona para el almuerzo con 150 cardenales y obispos. En el recorrido de vuelta las calles de Barcelona estaban más llenas que a la ida, aunque sin grandes aglomeraciones. La gente se ha concentrado sobre todo al inicio, en la calle Marina, y al final, frente a la Catedral. Pero el espectáculo ha sido televisivo. Casi tres horas de ceremonia retransmitida con unas 32 cámaras que no han perdido detalle de la liturgia mientras mostraban espectaculares vistas del interior del templo diseñado por Gaudí. Por la calle se veían muchas familias con niños, pero la mayoría de gente ha optado por ver el acto desde su casa dado el importante dispositivo de seguridad en las calles y, sobretodo, en los alrededores de la Sagrada Familia.
La ceremonia ha durado una hora más de lo previsto ya que el acto de dedicación de la basílica ha sido larga y lenta. El acto ha tenido tres partes. Primero se ha celebrado una misa, en la que el Papa ha ha leído una homilía reinvidicativa de la familia tradicional. En la parte central se ha procedido a la dedicación del templo y, por último, se ha celebrado la eucaristia. Al final, el Papa ha salido a la tribuna situada en la fachada del Nacimiento en donde ha rezado el Ángelus.
Tras saludar a un grupo de seminaristas y recibir de mano del presidente de la Generalitat, José Montilla, algunos presentes, el Papa ha iniciado el recorrido de vuelta en el Papamóvil. Está previsto que tras el almuerzo, con cordero como plato principal, Benedicto XVI vuelva a salir para visitar el Nen Déu (un centro dependiente de la Iglesia que atiende a personas con graves discapacidades físicas y pisíquicas) y desde allí, partirá directo al aeropuerto de El Prat, desde donde saldrá su avión a las 18.30. En total, el Papa, 28 años después de la última visita de un Pontífice a la capital catalana, habrá pasado 22 horas en Barcelona. Llegó ayer desde Santiago de Compostela pasadas las nueve de la noche y se dirigió directamente al Palacio del Arzobispo en donde ha dormido.
Esta mañana, hacia las nueve, Benedicto XVI ha viajado en el Papamóvil acompañado de su secretario personal y del Cardenal Lluís Martínez Sistach. Ha recorrido 3,5 kilómetros por la ciudad a mayor velocidad de la esperada a través de Vía Laietana y las calles Pau Claris, Diputació y Marina escoltado por los Mossos d'Esquadra con uniforme de gala. El despliegue policial ha sido impresionante, con un agente cada cuatro metros y en cada lado de la calle, formando una serpentina de cazadoras fluorescentes. El paso del papamóvil, que ha salido con 11 minutos de retraso, ha sido un visto y no visto. Algunas de las familias que han madrugado para ver al Papa lamentaban la rapidez de la comitiva y se han marchado a casa a desayunar y ver la ceremonia en la tele tranquilamente.
El ambiente durante el recorrido ha sido más bien frío, con apenas dos hileras de público a los lados de la calle, aunque el Papa sí ha sido recibido con fervor a su salida del palacio arzobispal. A la vuelta las calles estaban bastante más llenas, especialmente al inicio y al final. En la plaza Monumental, han seguido la misa en la plaza cerca de 8.000 fieles, un poco más de la mitad de la ocupación, informa Lluís Pellicer.