29 de noviembre de 2010
ELECCIONES CATALANAS
Artur Mas conquista Cataluña sobre los escombros del Gobierno tripartito
CiU podrá gobernar en solitario pero necesitará apoyos para legislar.- El PSC obtiene los peores resultados de su historia y el PP suma una cifra récord de diputados
MIQUEL NOGUER - Barcelona - 28/11/2010
EL PAIS
Artur Mas, junto a su mujer, celebra la victoria electoral de CiU, con 62 diputados, en las elecciones catalanas.- GETTY IMAGES
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Los catalanes dieron ayer carpetazo al gobierno tripartito de la izquierda que ha gobernado la Generalitat los últimos siete años y dieron una victoria clara a Artur Mas, líder de Convergència i Unió, para que sustituya al socialista José Montilla al frente de esta institución. El dirigente nacionalista logra su objetivo al tercer intento, pero no podrá gobernar con las manos libres. CiU requerirá de apoyos de estas, populares o independentistas para legislar.
La crisis económica global y otra crisis política más local, motivada por el recorte del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional, han pasado una abultada factura al gobierno de José Montilla, mal valorado por los electores también por sus desacuerdos internos. Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya pierden votos y escaños. En el caso del PSC ayer obtuvo el peor resultado de su historia en unas autonómicas. Montilla admitió su derrota sin paliativos, felicitó a Artur Mas y anunció que se abre "un proceso de cambios" en el PSC comenzando por su propio liderazgo. No repetirá como candidato a la primera secretaría del partido en el próximo congreso, que si no se adelanta se celebrará en 2012. Con ello intentará pilotar su propia sucesión y, sobretodo, mantener el mando del partido con vistas a las elecciones municipales de mayo, vitales para el PSC porque puede perder su gran baluarte, el ayuntamiento de Barcelona.
Artur Mas, sin necesidad de alcanzar la mayoría absoluta, ha logrado algo que nunca consiguió Jordi Pujol: obtener más del doble de escaños que su inmediato contrincante, el PSC. Con 62 diputados y a solo ocho de la mayoría absoluta no tendrá grandes problemas para lograr la investidura, pero sí requerirá de mano izquierda para formar mayorías parlamentarias para legislar. Ayer mismo tendió puentes con la oposición prometiendo "humildad" y pidiendo apoyo "a todo el mundo" para luchar contra la crisis.
El castigo contra el tripartito ha afectado también de forma muy especial a Esquerra Republicana, que pierde más de la mitad de sus diputados. También la condición de tercer partido de la cámara, que se la arrebata el Partido Popular. El liderazgo del Joan Puigcercós queda seriamente tocado, pero ayer mismo descartó dimitir. Los partidos nacionalistas o soberanistas siguen sumando mayoría absoluta en el Parlamento catalán y registran un aumento de apoyos.
Además de Convergència i Unió el principal beneficiario de la situación es el Partido Popular, que consigue los mejores resultados de su historia en unas autonómicas catalanas y que puede ser decisivo para que Artur Mas pueda llevar adelante algunas de sus principales medidas. Las ganas de echar al tripartito y de apoyar a Mariano Rajoy, que planteó las autonómicas catalanas como unas primarias para las generales de 2012, han podido más que las duras políticas de los populares hacia Cataluña los últimos años.
Iniciativa per Catalunya, el único de los socios del tripartito que ha reivindicado sin ambages la obra de gobierno, también cede ante la derecha. Los ecosocialistas de Joan Herrera perdieron dos de los 12 diputados que tenían hasta ahora. Pese a la mayoría de CiU, el Parlamento queda más fragmentado que nunca con representación de hasta siete partidos. Ciutadans, centrado en combatir a discriminación positiva del catalán, mantiene la representación que obtuvo en 2006, con tres diputados.
La novedad es Solidaritat Catalana per la Independència (SI), el partido fundado hace pocos meses por el ex presidente del Barça, Joan Laporta. SI tendrá cuatro diputados en la cámara autónoma. A un paso de lograr representación se quedó la xenófoba Plataforma per Catalunya.
La jornada ha arrancado al ralentí, con apenas colas en los colegios electorales y una participación que los interventores situados en los centros de votación estiman inferior a las de las últimas elecciones autonómicas de 2006. Las formaciones políticas y los candidatos de todos los partidos, que han acudido a votar este mediodía, han lanzado mensajes para animar la participación ciudadana.
La menor participación se ha traducido esta mañana en un ambiente electoral apenas tiñe las calles. "Aún es temprano para sacar conclusiones, pero parece todavía más tranquilo que otros años", ha explicado a regañadientes María, veterana interventora de un partido político que lleva más de una década pasando la jornada electoral en el mismo colegio del centro de Barcelona.
El ambiente se está limitando a los propios colegios, salpicados de electores que comentan sus expectativas de cara a los resultados que se conocerán esta noche. "Ya tengo el cava y gambas en la nevera para celebrar cuando ganemos", se preparaba Ramon, de 67 años. "Ahora, si al final no ganamos... lanzaré la botella sin abrir". Javier, su compañero de 62 años, preveía que, gane quien gane, la participación será la más baja de la historia. "Porque no aprenden. Ya vieron que en 2006 dejó de votar mucha gente y han seguido haciendo lo mismo, o peor. Espero que la abstención gane estas elecciones". Para ese cometido, Javier ha acompañado a su amigo, pero se ha negado a votar. "Ya no votaré más, los otros años siempre me he acabado arrepintiendo", ha protestado.
Lo mismo deben de pensar muchos jóvenes, el principal grupo que se abstuvo en las elecciones de 2006 y grandes ausentes a lo largo de esta mañana. Hasta en los colegios más abarrotados del centro de Barcelona ha resultado difícil toparse con personas menores de 30 años.
Mireia, de 26, ha sido la excepción del colegio Sagrat Cor del Eixample de Barcelona. "Lo imaginaba, la mayoría de mis amigos ni vendrán a votar", ha avisado. Con todo, es habitual que los jóvenes acudan a votar por la tarde. "Esto es como el fútbol, aquí hasta que cierren los colegios puede pasar de todo", ha confiado Ricard, interventor de un partido político en un colegio electoral casi desértico. Había los miembros de las mesas, el resto de interventores y un anciano que colecciona papeletas electorales. Fuera, un joven bordeaba la entrada al recinto con la mirada perdida. De paso. "¿Eran hoy las elecciones?", se ha sorprendido entre risas. "Quizá luego vaya a votar, ya lo decidiré después de comer", se ha excusado.
FERRAN BALSELLS