23 de noviembre de 2010

Ha sido detectada en la zona de Irun y preocupa porque es capaz de acabar con colmenas enteras
23.11.10 - 03:10  
DIARIO VASCO

FELIX IBARGUTXI | ZALDIBI A .
LA CIFRA
2005
es el año en el que fue detectada esta avispa por primera vez en Europa. Fue en Aquitania. Al parecer, habría llegado al puerto de Burdeos desde Asia por vía marítima en un container.
La avispa invasora
Descripción: Mide 30 milímetros de largo y es tres veces más voluminosa que la abeja europea ('Apis mellifera'). Tiene el dorso o lomo negro, mientras la avispa grande europea ('Vespa crabro') lo tiene amarillento.
Nidos: Nidifica en los árboles, a cuatro o seis metros de altura.
La temida avispa asiática ('Vespa velutina'), la que ataca a la abeja y es capaz de diezmar las colmenas, ha cruzado ya el Bidasoa. La asociación de apicultores (Gipuzkoako Erlezainen Elkartea) convocó ayer a los medios de comunicación en su sede de Zaldibia, para lanzar el mensaje de que «ya la tenemos entre nosotros, se expandirá rápidamente y debemos aprender a controlarla».
Los apicultores han avistado los primeros ejemplares de 'Vespa velutina' este verano en Irun, Hondarribia y Oiartzun. En la comparecencia de ayer estaba presente uno de los testigos, el apicultor irunés José Ramón Olaondo, que tiene sus colmenas en Behobia.
Este insecto ya había sido detectado por primera vez en Europa en la región francesa de Aquitania. Sospechan que llegó vía puerto de Burdeos, dentro de un container. Y hoy en día se ha expandido hasta 32 departamentos, «a una velocidad impresionante», según dijo ayer el veterinario de la asociación de apicultores, Egoitz Galartza.
«Será imposible erradicarla de entre nosotros. La duda que tenemos es si será capaz de adaptarse, de aclimatarse a ambientes más secos, a los de el sur de Gipuzkoa», dijo el veterinario.
Se sabe con certeza que es la 'Vespa velutina', pues se enviaron unos ejemplares a la sección de entomología de Neiker. Tiene una longitud de 30 milímetros, y las reinas pueden ser incluso mayores. Su corpulencia es tres veces mayor que la de la abeja europea.
Entre nosotros han existido dos especies de avispas: la más común, la pequeña y y de tonos muy amarillos ('Paravespula vulgaris', en euskera 'Liztamea'), y la de tamaño grande, similar a la asiática, pero mucho menos agresiva con las abejas. Esa avispa grande 'nuestra' se llama 'Vespa crabro'.
Entre la 'Vespa crabro' y la indeseable 'Vespa velutina' hay una gran diferencia en cuanto al color. Una es de lomo amarillento-anaranjado, la otra de lomo negro. Otra diferencia reside en las patas: la europea tiene patas negruzcas, la asiática patas amarillentas.
La abeja asiática tiene su origen y su hábitat natural en China, el norte de la India, parte de Indochina y parte de Indonesia.
El alimento principal de este tipo de avispa es la abeja. Le corta la cabeza y luego la devora. Al final del otoño, cuando las abejas se retiran, se atreve hasta a entrar en la colmena. Cuatro avispas serían capaces en un par de semanas de acabar con toda una colmena.
¿Cómo se puede controlar al insecto invasor? Por ahora no existe la fórmula ideal, la de trampa de feromona, que atraería solo a esta especie. Así pues, según dijo ayer el veterinario Galartza, se pueden usar trampas genéricas de siropes o de cerveza, que acabarían también con otros insectos; o bien recoger todos los nidos que se avisten.
La 'Vespa velutina' nidifica en los árboles a gran altura, a cuatro o seis metros. Por regla general, los apicultores no disponen de medios para trabajar en esas condiciones. La asociación de apicultores dijo ayer que está dispuesta a colaborar con las autoridades, tanto administrativas como científicas, y citó al Gobierno Vasco, la Diputación Foral y el instituto Neiker.
Los apicultores comentaron que se trata de un problema que afecta a toda la sociedad, pues cuando las abejas no realizan su labor de polinización se resiente todo el medio ambiente.
En Francia se han constatado ataques diurnos de estas avispas, que viven en nidos de papel con forma de balón construidos en las copas de los árboles, entre los meses de junio y diciembre.
Los ejemplares invasores, que pueden constituir colonias de hasta 1.500 individuos, esperan ante las colmenas de las abejas melíferas la llegada de las obreras, que llegan cargadas de polen. Las capturan y las llevan a sus propios nidos, donde son devoradas.
Las fuentes de Neiker han concretado que, al ser nueva en el ecosistema de la península ibérica, nuestras abejas carecen de defensas contra ella, al contrario de las asiáticas ('Apis cerana'), que se defienden mediante un ingenioso sistema, ya que rodean a la invasora en grupos numerosos formando una bola y generan por acumulación una temperatura superior a los 45 grados centígrados. Al parecer, las abejas francesas ya han aprendido esta táctica.