22 de noviembre de 2010

REPORTAJE
Multado después de fusilado
Un libro destapa las terribles historias de la represión franquista en Guadalajara
NATALIA JUNQUERA - Madrid - 22/11/2010
EL PAIS


Milicianos capturan al comandante Rafael Ortiz de Zárate.- AGA

"A mi padre lo fusilaron el 20 de junio de 1939 y después le pusieron una multa de 14.000 pesetas [84 euros] por responsabilidades políticas. Como no las teníamos, nos embargaron. Vinieron a casa y se lo llevaron todo. Con la colcha de novia de mi madre hicieron un palio para el cura; rasgaron los colchones por si teníamos dinero. Nos dejaron en la calle. Yo tenía nueve años, pero no se me olvidará en la vida", cuenta Emilia Cañadas, que ahora suma 82. La de su padre, Antonio, alcalde de Guadalajara al inicio de la Guerra Civil, es solo una de las terribles historias recogidas en La represión franquista en Guadalajara (Ediciones Silente). Sus autores, Pedro y Xulio García Bilbao y Carlos Paramio Roca, querían rellenar un hueco en el mapa de la represión en el que Guadalajara aparecía como zona gris, sin datos. El resultado es un abrumador volumen de 635 páginas, de las que 490 corresponden al listado de 6.230 represaliados (fusilados, encarcelados, expoliados, perseguidos) allí por el franquismo.

El libro no olvida los desmanes de los "elementos de izquierda" en los primeros días de la sublevación militar, como el asesinato del comandante Rafael Ortiz de Zárate, el primer oficial fusilado por los milicianos. También cuenta, entre otras, la historia de Vicente Relaño, secretario general del PCE en Guadalajara, quien denunció y expulsó del partido a los responsables de una checa, salvó a ocho personas de derechas y fue asesinado en 1943 pese a los avales que todos ellos habían redactado en su favor. O la de Francisco Gómez García, presidente de la Casa del Pueblo, que sustituyó al presidente de UGT asesinado por falangistas el 13 de julio de 1936: salvó al alcalde derechista Gerardo Sánchez de las milicias del POUM, y pese a ello también fue fusilado en 1941.
El volumen recoge testimonios estremecedores -"vi a una amiga mía que tendría entonces 16 o 17 años llevando uno de sus pies en la mano y andando a la pata coja. Se había quitado la blusa para taparse el muñón del pie"- y cifras que hablan por sí solas: 822 ejecutados entre 1939 y 1944, la mayoría entre los 25 y 33 años y campesinos (66,67%).
Son las historias de las víctimas republicanas en la provincia, cuyo relato y recuento no se había hecho hasta ahora, a diferencia de las franquistas, que ya en 1944 aparecían en el estudio Víctimas asesinadas en la provincia de Guadalajara durante la dominación roja.