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Dos apuñalamientos entre jóvenes extremistas en Madrid preceden a la conmemoración de la muerte de Franco
El primer hito de esta escalada de violencia tuvo lugar en la madrugada del 7 de noviembre, un joven fue apuñalado en la parada de metro deLegazpi, el mismo lugar donde en 2007, también en noviembre, murió asesinado el militante de ultraizquierda Carlos Palomino, convertido desde entonces en mártir por excelencia de los grupos de izquierda antisistema. El despliegue policial tras el altercado, permitió detener a uno de los participantes en él, un menor de edad. En días sucesivos se produjeron otras tres detenciones, entre ellas la del presunto autor material de la puñalada.
La reconstrucción policial de los hechos reproduce el patrón habitual de este tipo de incidentes, uno más en la guerra subterránea que libran en Madrid ultras de una y otra tendencia hace ya años. Según la Policía, la trifulca comenzó cuando en los andenes de la estación se encontraron dos «grupos antisistema». Y claro, se lio.
La llama ha prendido un año más y desde diferentes páginas web se le sigue echando gasolina. En Valdemoro, la localidad donde se produjo el segundo apuñalamiento, el movimiento de ultraderecha Alianza Nacional convocó una concentración en solidaridad con el joven apuñalado. La Guardia Civil los vigiló de cerca e identificó a prácticamente todos los asistentes. En estas fechas, no se puede bajar la guardia.