La asociación mental del intercambio de parejas ligada a personas maduras o a relaciones duraderas que precisan de "algún estímulo o acicate externo" para revitalizar su unión sexual se ha quedado anticuada. Esa imagen ya ha saltado por los aires. Según sexólogos, regentes de locales ideados para este tipo de encuentros íntimos y páginas web que facilitan las uniones, e l mundo de los "swingers" (el concepto anglosajón con el que se designan los intercambios de parejas, por extensión, y a las parejas que lo practican, en concreto) está cambiando y su popularidad se ha disparado entre los jóvenes, hasta el punto de que el promedio de edad de quienes lo practican ha bajado en nada menos que una década. Un estudio del portal Romancesecreto.com, creado por el canadiense Alexander Marquardt y que explora España para convertirla en su "primer mercado internacional" de intercambio de parejas, estima que una de cada cuatro parejas q ue se inscribieron en esta página de contactos tiene entre 18 y 30 años.
Uno de los portales de proyección en el mundo online del intercambio de parejas
"Habitualmente se relacionan los swingers con gente que supera los 40 años", pero el fenómeno se ha disparado en los últimos años, puesto que "las personas comienzan antes a mantener relaciones sexuales y quieren experimentar siendo más jóvenes". El portavoz de la asociación Círculo Privado, un club de swingers, que así habla ha constatado cómo
"cada vez es más común ver a chicos de 20 años en los clubes. Esto antes no pasaba", corrobora.
La
precocidad en las relaciones sexuales es la explicación que dan unos. El psicólogo y sexólogo
Esteban Cañamares, apunta otra clave en una conversación con
ABC:
la promiscuidad. En realidad, la menor edad de quienes descubren estos gustos sexuales obedece, a su juicio, "en la trivialización del sexo y de las relaciones humanas. Para ellos es un juego,
no intercambian parejas, sino cromos". Es decir, no ven a su "amor o su ser querido con otro, sino a su compañero de cama", nada más, una práctica que se incribiría dentro del "voyeurismo".
Un componente mecánico detrás del intercambio
"Intercambio al chico con el que quedo, a mi ligue -profundiza el expecialista en tratamiento de problemas de pareja y sexuales- pero nadie que esté enamorado de su mujer o su novio consiente verle con otro o con otra".
"Se trata de algo mecánico", apuntilla.
Para dar alas a esa mecanicidad las tecnologías modernas han pasado a ocupar un lugar capital. El uso de internet permite conocer y entrar (a través de una inscripción en un portal de este tipo o de un local) con total facilidad en el mundo de los "swingers". Según el presidente de Romancesecreto.com, "hasta ahora este mundo parecía exclusivo de parejas con problemas que buscaban alicientes en sus relaciones. Ahora
da gusto ver que los prejuicios van desapareciendo". Así opina Marquardt tras examinar los perfiles de los casi 40.000 usuarios inscritos en España en su site en apenas medio año de vida y que crece a un ritmo de 250 nuevas personas cada día.
De esas estadísticas se desprende que los hombres buscan más un intercambio de parejas que las mujeres (un 65% de los usuarios son hombres, el 17% son mujeres, y un 17% son parejas liberales que desean que entre en su círculo una tercera persona u otra pareja).
Seis de cada diez hombres que quieren un intercambio tiene pareja, un porcentaje que se rebaja en las féminas hasta el 40%.
Mejor una mujer en el triángulo
El 80% de los hombres inscritos persigue mantener un coito heterosexual, el 7% homosexual y, para un 12% de los usuarios, el propósito es una relación simultánea de tres o más persnonas. En el caso de ellas, la mitad quiere un encuentro sexual con una persona del otro género, pero el porcentaje asciende considerablemente entre quienes quieren una relación de lesbianismo (cuatro de cada diez usuarias) y una de cada diez quiere una aventura múltiple, con otras dos personas como mínimo.
¿Y las parejas que se inscriben con la intención de acostarse con la chica o el chico de otra pareja consolidada? Siete de cada diez de estos "swingers" buscan otra pareja liberal, como se autodefinen ellos. Y la mayoría prefiere que, en caso de trío, sea una mujer la que entre en el triángulo.