12 de abril de 2008

Zapatero pide la colaboracion singular del PP ...


ABC - 12/04/08

Zapatero pide la «colaboración singular» del PP y Rajoy le reclama pactos de Estado



JOSÉ LUIS LORENTE. MADRID.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, entierran la bronca y la crispación y abrieron una nueva etapa de consenso en los grandes asuntos de Estado. Sin olvidar la desconfianza mutua que ha caracterizado sus relaciones de los últimos años, Zapatero y Rajoy dan pasos para propiciar el acercamiento. El Pleno que el Congreso celebró ayer les sirvió para hacerse guiños, ya que ambos son conscientes de que están obligados a entenderse. La diferencia es que Zapatero pide la «colaboración singular» del PP y Rajoy le reclama «pactos de Estado».
El líder socialista abre la legislatura con el menor número de apoyos de la democracia. La Cámara Baja le otorgó su confianza en segunda vuelta sólo con los votos de su grupo: 169 diputados -los del PSOE- votaron a favor; 158 en contra -PP, ERC y UPyD- y 23 abstenciones -CiU, PNV, IU-ICV, BNG, CC y NaBai-. Nadie en el Congreso varió el sentido del voto de hacía 48 horas.
Sin mayoría «suficiente»
Durante su discurso, Zapatero reconoció lo obvio: que dispone de una «mayoría clara» de 169 escaños y que ha recibido de los ciudadanos el mandato de construir sobre ella -y sobre su programa político- el futuro Gobierno de España. Pero, a partir de ahí, vino un toque de realismo. «No es una mayoría suficiente. Buscaré siempre el respaldo de otros grupos. Tengo el deseo y el compromiso de procurar el acuerdo con todos en cuestiones en las que, por su contenido y entidad, nuestra democracia gana siempre con la puesta en común de ideas y voluntades, y pierde siempre con la confrontación partidista. Cuestiones que llaman a la inclusión de todos, pero requieren la colaboración singular de la primera fuerza de la oposición».
Con ello, el presidente del Gobierno recién investido dejaba claro que el PP -el grupo de la oposición con mayor número de escaños de la democracia- es su interlocutor preferente. «A ellos (a los populares) me dirijo en primer lugar, para trazar y apoyar una estrategia de lucha antiterrorista compartida por todos para vencer a ETA; para acordar una pronta renovación de los órganos constitucionales; para preparar la Presidencia española de la Unión Europea de 2010; y para consensuar las bases de la reforma de la Administración de Justicia». Toda una declaración intenciones en la que brillaron por su ausencia asuntos de la máxima importancia para España, como la política sobre el reparto del agua, la educación, la violencia de género y la inmigración.
Rajoy: «Necesidad nacional»
Por su parte, el líder de la oposición recogió el guante de diálogo lanzado por Zapatero como nunca antes lo había hecho. Rajoy considera de «necesidad nacional» que los dos grandes partidos alcancen pactos de Estado en la lucha antiterrorista, el modelo de Estado, la política exterior y de defensa y sistema de protección social. Tras prometer que trabajará para dar una respuesta clara e inmediata a esos asuntos, señaló ante la Cámara: «No sólo estamos dispuestos a los grandes pactos, sino que pedimos que se hagan».
Pese a todo, Rajoy tuvo también tiempo para la crítica hacia el nuevo Gobierno socialista. Según el líder de la oposición, las medidas propuestas por Zapatero en su primer discurso de investidura son «insuficientes». «No sirven y no generan ni credibilidad ni confianza», argumentó el presidente del PP. Por ello, instó al nuevo Ejecutivo a que «se tome en serio» la situación económica y a que plantee pronto reformas estructurales. En este sentido, recordó los últimos datos económicos, como la subida un 0,9 por ciento de la inflación en el mes de marzo y las previsiones de crecimiento de la economía española hechas públicas por el FMI, que lo sitúa en el 1,8 por ciento para 2008.
Rajoy mostró su preocupación por la economía ante los problemas «serios» de competitividad, endeudamiento de las familias y las empresas y «crisis de liquidez». En su opinión, España «no está bien preparada» para afrontar la situación, «porque se necesitan 9.000 millones de euros mensuales para mantener el crecimiento, y eso no es algo que esté al alcance de nuestras posibilidades».
La confusión reinante
Durante su intervención ante el Pleno del Congreso, el líder de la oposición volvió a reiterar su preocupación por el reparto del agua, cuyo debate en el Congreso sólo ha aumentado «la confusión reinante». En su opinión, lo que sucede en Barcelona y otros ayuntamientos de España «es una injusticia y, en algunas ocasiones, hasta puede parecer una burla». A su juicio, España «sufre» las consecuencias de que Zapatero «liquidara» el grueso del Plan Hidrológico Nacional.
Rajoy también cuestionó el discurso del presidente del Gobierno en materia de inmigración, seguridad ciudadana y Justicia. En este punto, se refirió al asesinato en Alovera (Guadalajara) de una mujer y su actual pareja a manos de su ex marido.