15 de abril de 2008

Alarma y preocupación por la pérdida de peso de Educación en el nuevo Ministerio

ABC - 15/04/08

Alarma y preocupación por la pérdida de peso de Educación en el nuevo Ministerio

M. ASENJO. MADRID
La estructura del nuevo Gobierno de Rodríguez Zapatero ha sacudido los cimientos del mundo educativo. La segregación del Ministerio de Educación, sustrayendo la enseñanza universitaria de sus competencias, y la absorción de las políticas sociales ha recibido duros calificativos. Para unos la medida es un «disparate», otros la ven «un poco extraña» y en opinión de muchos «carece de sentido y es inexplicable», máxime cuando se están desarrollando leyes orgánicas tan importantes como la de Educación (LOE) y la de Universidades (LOU). Y por si fuera poco, la salida de la Universidad de la égida del Ministerio de Educación se produce en pleno proceso de modificación de los estudios a las exigencias del Espacio Europeo para afrontar la convergencia.
Padres, profesores, alumnos y patronales de centros de enseñanza se muestran, cuando menos, «preocupados» ante el eventual desplazamiento del peso de las cuestiones relacionadas con la enseñanza hacia otras como las asistenciales, «no menos importantes -dicen- pero propias de otros ámbitos de la Administración». Así, la Confederación católica de padres afirma que la disgregación «no tiene mucho sentido» y sostiene que Asuntos Sociales merecía un Ministerio propio.
«Fragmentar el sistema»
El sindicato independiente de profesores ANPE, uno de los más representativos del sector, entiende que el Ministerio de Educación «pierde solidez» con el traspaso de la Universidad al nuevo Departamento de Ciencia e Innovación, así como por la incorporación de políticas sociales a la cartera de Mercedes Cabrera.
El presidente de ANPE, Nicolás Fernández Guisado, estima que la distinción entre enseñanzas superiores y no universitarias «fragmenta el sistema educativo y puede afectar al diseño de la carrera docente y a la formación profesional». Asimismo, para esta organización, la educación tiene «entidad suficiente» para protagonizar la política de Ministerio «sin necesidad de atraer a las políticas sociales».
Por su parte, FETE-UGT también se muestra crítica «con la segregación que se ha hecho con la Universidad, ya que rompe con la planificación educativa en su conjunto».
Este sindicato se muestra también sorprendido por «la unión de las políticas sociales en el área de gestión de educación», ya que ésta «es un derecho que se ejerce, desde los cero años, a lo largo de toda la vida con un carácter eminentemente educativo», tal como reconoce la LOE.
La Central Sindical Independiente CSI-CSIF desea a la ministra «toda suerte de éxitos» ante la «complicada gestión» que deberá realizar.
Comisiones Obreras (CC.OO.) advierte de que «en la sociedad del conocimiento no se puede olvidar que tan importante como crearlo es transmitirlo» y anuncia que «velará especialmente para evitar que la apuesta por la innovación y el desarrollo de la LOU se hagan en detrimento de la calidad de la docencia o de la financiación de la investigación científica».
Los representantes de la escuela privada y concertada tampoco encuentran razones poderosas para la separación de la enseñanza universitaria y no universitaria. El secretario general de las escuelas católicas (FERE-CECA), Manuel de Castro, califica la decisión de «disparate» y de muy perjudicial para educación, a la que «asuntos sociales van a restar una parte muy importante».
La secretaria general de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Isabel Bazo, ve «un poco extraña» la decisión, «de una pobreza extrema, que refleja la tendencia a que la dimensión nacional de la educación desaparezca».
Asumir el Espacio Europeo
La Universidad siente los efectos del nuevo modelo. Carlos Berzosa, rector de la Complutense, indica que la creación de un Ministerio que vincula la Universidad con la investigación «puede ser positivo». Sin embargo, añade como un «elemento preocupante» el riesgo de que «se nos intente desligar de la educación y vincular demasiada con el mundo empresarial». Llama la atención sobre el reto del Espacio Europeo y la necesidad de «poner mucho énfasis al elegir a quienes se ocupe de esta cuestión».
El profesorado universitario también se pregunta quién va a negociar el Estatuto del Personal Docente e Investigador, articular y desarrollar una política de coordinación entre el Estado y las comunidades autónomas, desarrollar el mapa de titulaciones en el maco del EEES o la financiación de la educación superior para cumplir con los objetivos electorales del PSOE.
La Asociación «Estudiantes en Movimiento», caracterizada por sus críticas al proceso de Bolonia, califica la desmembración del Ministerio como la confirmación de la «progresiva degradación del carácter académico de la educación superior pública».