1 de noviembre de 2013

Empoderamiento femenino por la paz

Mujeres

Este espacio nace para contar los cambios que está aportando la mujer a un mundo en transformación, para detectar desigualdades y para albergar debates bajo esta premisa clave: una sociedad desarrollada y libre no puede funcionar si no permite idénticas oportunidades a la mitad de la población.
Hombres y mujeres sois bienvenidos.

Empoderamiento femenino por la paz

Por:  01 de noviembre de 2013
Cascosazules
Por PHUMZILE MLAMBO-NGCUKA, directora ejecutiva de ONU Mujeres 
Cuando estalla una guerra, a menudo las mujeres son las primeras en sufrir la dura brutalidad y las últimas a ser llamadas para participar en las mesas de negociación de la paz. Una resolución aprobada el pasado 18 de octubre por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nos avanza más hacia la plena participación de las mujeres como líderes para la paz y la seguridad.
Por unanimidad, el Consejo ha aprobado una resolución que establece medidas más firmes para permitir que las mujeres participen en la resolución de conflictos y la recuperación, y atribuye la responsabilidad al Consejo de Seguridad, las Naciones Unidas, las organizaciones regionales y los Estados miembros, para que derriben obstáculos, creen el espacio necesario y consigan que las mujeres tengan un lugar en la mesa de negociación.
Si bien es cierto que cada vez hay más mujeres en la política y en el liderazgo empresarial, muy pocas de ellas asumen papeles predominantes en las conversaciones de paz formales, a pesar de la importante función que desempeñan en la reconciliación comunitaria. Las negociaciones de paz y todas las instituciones relacionadas con la resolución de conflictos siguen siendo ámbitos principalmente masculinos.
Desde el final de la Guerra Fría, las mujeres sólo han representado el 4% de las y los signatarios en los acuerdos de paz, menos del 3% de las y los mediadores de conversaciones de paz, y menos del 10% de las personas sentadas en una mesa para negociar en nombre de una de las partes en conflicto.
Sin embargo, las decisiones sobre cuestiones como el reparto del poder, la gestión de los recursos naturales, los sistemas electorales, la restitución de la tierra y la propiedad, el desarme, la justicia y las reparaciones, pueden tener un profundo efecto en las vidas de las mujeres y las perspectivas de una paz duradera. Estas decisiones pueden repercutir en la participación política de las mujeres, la seguridad económica y física, y en la manera en que se perciben y se persiguen los crímenes de guerra contra las mujeres.
En muchos procesos de resolución de conflictos actuales —como, por ejemplo, los de la República Árabe Siria, la República Democrática del Congo o Somalia— ha habido pocas oportunidades para que las mujeres se involucraran directamente. ONU Mujeres espera que esta nueva resolución del Consejo de Seguridad cree oportunidades para la participación directa de las mujeres, estableciendo prioridades para la recuperación en sus países.
Es difícil encontrar una inversión mejor para conseguir una paz duradera que la implicación de las mujeres. Ellas sirven de enlace entre las conversaciones y las vidas de las personas afectadas por los conflictos. Ellas ayudan a generar una aceptación amplia de la sociedad respecto a la paz. Por ello, ONU Mujeres invierte en la constitución de coaliciones de mujeres para influir en las negociaciones.
El año pasado en Malí, por ejemplo, después de que las mujeres se convirtiesen en objetivos recurrentes cuando grupos extremistas se hicieron con la parte norte del país, causando violaciones y la retirada de mujeres de cargos públicos, se dijo a las mujeres que se apartasen del espacio público. Los hombres huían de los ataques y del reclutamiento forzado en las fuerzas rebeldes mientras las mujeres se quedaban a cargo de los hogares sin medios para buscar agua o comida, o sin poder salir al exterior en busca de ayuda.
Esta historia no es excepcional. Tampoco lo es lo que pasó a continuación. Las mujeres de Malí pidieron su inclusión en los esfuerzos de resolución del conflicto que se iniciaron inmediatamente en el país vecino, Burkina Faso. Como respuesta, ONU Mujeres empezó a organizar grandes reuniones de mujeres de la sociedad civil y líderes gubernamentales de todo el país para establecer sus propias prioridades para la paz y exigir un lugar en la mesa de negociación.
ONU Mujeres coordinó los vuelos de cuatro mujeres líderes de la paz para que participasen en las conversaciones de Ouagadougou. Aunque no tenían invitación, lograron intervenir en las conversaciones y advertir sobre los ataques contra las mujeres y niñas y la difícil situación a la que se enfrentan en los campamentos de refugiados y las ciudades ocupadas por las fuerzas armadas. Asimismo, pidieron su inclusión en los esfuerzos para poner fin a la lucha, de manera que sus necesidades quedasen cubiertas y se protegiesen sus derechos humanos.
La resolución 2122 del Consejo de Seguridad describe medidas específicas para proteger los derechos de las mujeres, incluido su derecho a la salud sexual y reproductiva. Además, detalla iniciativas para que las delegaciones participantes en conversaciones de paz, líderes nacionales tras el conflicto, personal encargado del mantenimiento de la paz, mediadoras y mediadores, ministras y ministros de asuntos exteriores y su personal, pongan en marcha los compromisos adoptados en la resolución 1325 del Consejo de Seguridad aprobada hace 13 años, la primera que insta a implicar a las mujeres en la resolución de conflictos.
Esto es importante porque a veces basta una mujer para marcar la diferencia. No fue hasta que hubo más mujeres en los tribunales penales internacionales que se experimentó un aumento significativo en imputaciones en las que la violencia sexual constaba como crimen de guerra. Y el nombramiento de las Naciones Unidas de una líder enviada —Mary Robinson, enviada especial para la Región de los Grandes Lagos— ha aportado un nuevo enfoque a la mediación. En sus primeros meses de oficio, ha organizado una gran conferencia de mujeres líderes de toda la región en Buyumbura como orientación en su trabajo y de cara al futuro.
Con la resolución de octubre, el Consejo de Seguridad reconoce algo muy importante: que la desigualdad por motivos de género, al igual que la pobreza, es una injusticia que aviva el conflicto y socava la paz, y que la igualdad de género y la plena participación de las mujeres son fundamentales para lograr la paz y la seguridad internacional.

Foto: una unidad de mujeres de India, cascos azules en Liberia en 2007. Por ISSOUF SANOGO/AFP/Getty Images

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