12 de noviembre de 2013

La política del Kerensky* colombiano y la evidencia de impasse en el proceso


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EDITORIAL NOV 2013
La política del Kerensky* colombiano y la evidencia de impasse en el proceso
Ultima Modificacion: 2013-11-12 13:54:28
Los nuevos acuerdos de paz con las FARC en La Habana

Los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, en La Habana, Cuba, llegaron a un nuevo acuerdo que concede a los guerrilleros participación política a través de la creación de circunscripciones electorales transitorias, para que representen en el Congreso a las zonas de violencia (las cuales coinciden con los enclaves de las FARC), disponiendo que se negocie un estatuto para la oposición. (1)

Sin embargo, no se trata de ningún avance en términos concretos como insinúa la propaganda mediática, pues los líderes de las FARC no tendrán derecho de ejercer funciones públicas ni cargos de representación popular, por ser culpables de delitos de lesa humanidad, de crímenes de guerra y de genocidio (2).

Obstáculos insalvables para la guerrilla

De hecho, este acuerdo calla deliberadamente estos obstáculos jurídicos, que no es posible transponer. En efecto, pesan sobre los dirigentes guerrillero-terroristas graves crímenes perpetrados, tipificados en el Estatuto de Roma  en 16 modalidades de crímenes de guerra, 12 modos de crímenes de lesa humanidad y 5 tipos de genocidio.

Los guerrilleros pretenden, sin reconocer sus crímenes, que se dicte una ley de punto final, para gozar de  impunidad total, rechazando de plano las ofertas de una “justicia transicional”, pese a que ésta reduciría fuertemente las penas a que sus miembros podrían ser condenados.

Sin embargo, tales pretensiones no tienen valor jurídico alguno, porque la Corte Constitucional, máxima autoridad constitucional, y la Corte Penal Internacional, a través de la Fiscal  Fatou Bensouda, ya se pronunciaron en contra.

Es, pues, un debate jurídico concluido. Siendo así, cualquier juez de Colombia, o inclusive de cualquier país del mundo, podría aplicar una “excepción de convencionalidad” por desconocer los compromisos internacionales que impiden la impunidad.

Terribles experiencias para no repetir

Por lo demás, ya los colombianos tuvimos la experiencia de una paz sin justicia firmada en 1986 entre el M19 y el presidente Belisario Betancur, por el cual muchas víctimas de la guerrilla vieron a sus atacantes libres y decidiendo los destinos del país  en cargos públicos; de donde algunas de ellas resolvieron, dada la impunidad, lograr justicia por sus propias manos, haciendo desaparecer a numerosos integrantes del partido UP, de guerrilleros supuestamente pacificados.

Sólo se habría podido evitar esas venganzas ilegales si se hubiese llegado a una paz con justicia; imponiendo una paz ficticia, la indignación de las víctimas y de sus familiares se volvió incontenible. Por eso, pretender dar impunidad a los guerrilleros, lejos de conducir a la paz, abrirá camino a nuevos estallidos de violencia.

La pretensión de alternar las dos formas de lucha, política y armada, es inviable e ilegal

Sin embargo, las FARC prolongan las conversaciones buscando acuerdos favorables para alcanzar su meta de combinar dos formas de lucha: la política y la armada. De inicio ya acordaron, en el primer punto de la agenda (3), que el Gobierno incentivará las “Zonas de Reserva Campesinas”, con régimen de gran autonomía, las cuales serán ideales refugios para la guerrilla, donde además ésta esclavizaría a los campesinos.

Los guerrilleros quieren lograr gratuitamente cargos de representación popular, para infiltrarse en las instituciones y poder diseñar las políticas públicas, juntando el poder de la ley a la potencia de las armas, lo cual viola las normas más elementales del Derecho.

Santos, el nuevo Kerensky* colombiano, y su arma de transbordo ideológico inadvertido

Preocupan, eso sí, las falsas expectativas de paz, que no logran engañar por entero a la opinión nacional, pues ésta ve en las negociaciones una capitulación del país ante el comunismo, amenazando con arrastrar a Colombia al eje chavista,  pese a haber resistido a él largamente y con valentía. Pero tal entereza puede ser minada gradualmente a través de un curso lento e incierto  de las negociaciones, impulsadas con insistencia por el nuevo Kerensky colombiano, dispuesto a todas las concesiones: el Presidente Santos.

El efecto es que los colombianos nos vamos habituando a ver el secretariado de las FARC cómodamente instalado en la Habana, lejos del peligro de ser abatido por las fuerzas militares que lo venían arrinconando en las selvas de nuestro país; a ver una prensa sedienta de declaraciones bombásticas de los guerrilleros para darles una tribuna política que hasta hoy no poseían, mientras se repiten hasta el delirio las palabras “paz” y “diálogo”, que no son sino un engaño. No obstante, mediante la insistencia, el eco de la prensa y el apoyo de organismos internacionales, se busca producir un aparente consenso nacional para imponer la pretendida refundación del país con  base en los postulados marxistas, bajo la tutela de Cuba y Venezuela.

Peor aún, alarma y causa profundo desconcierto ver a los más importantes Prelados colombianos impulsando y avalando el  Acuerdo, sin dar atención a las fuertes objeciones jurídicas de la Corte Constitucional, de la Corte Penal Internacional y del Procurador General, las cuales señalan que es legalmente inviable y que en la práctica, si se impone, tendrá efectos altamente nefastos.

Intimidaciones rusas

A esa  guerra psicológica que gradualmente va volviendo a Colombia un país rehén de la guerrilla,  se suma las recientes violaciones de nuestro espacio aéreo, realizadas a inicios de Noviembre, por dos bombarderos Tupolev-160 de bandera rusa, en el curso de vuelos entre Nicaragua y Venezuela (4). Aeronaves éstas que pueden llevar carga nuclear y que son consideradas de los aviones rusos más avanzados.

En el marco del conflicto que Colombia tiene con Nicaragua por la posesión de vastas extensiones de mar y del archipiélago de San Andrés y Providencia, esta amenaza rusa es un claro intento de intimidarnos e imponernos una política entreguista ante las crecientes exigencias nicaragüenses, las cuales a su vez buscan lesionar nuestra soberanía.

En suma, una guerrilla virtualmente derrotada en el campo de batalla de las selvas colombianas, puede terminar  victoriosa por medio de artificios psicológicos y políticos. Todo, porque altas personalidades se niegan a ver que guerrilleros, castristas y socialistas bolivarianos son modalidades diversas, pero articuladas, de la conquista comunista.

Conclusión

Colombia se encuentra, una vez más, en la necesidad de resistir a la guerra psicológica, reconociendo que los obstáculos arriba mencionados obligan a echar por la borda los acuerdos en La Habana, propiciados por la política entreguista del Presidente Santos.

Para esto precisamos la protección de la Santísima Virgen, para que nos conceda astucia, fortaleza de ánimo y firmeza para ejercer nuestros derechos y principios, de modo que nos permitan enfrentar las terribles amenazas que se ciernen sobre la Patria.

Luis Fernando Escobar
Director del Centro Cultural CruzadaEscobar.lf@gmail.com



Notas de pie de página

(*) Alexander Feodorovich Kerensky, político izquierdista ruso, miembro del gobierno provisional burgués surgido en marzo de 1917 tras la abdicación del Zar Nicolás II, primer ministro en julio de ese año. Por medio de sucesivas concesiones a los bolcheviques, preparó el terreno para qué éstos tomasen el poder en el golpe de octubre de ese año. Falleció exiliado en Nueva York en 1970. 

Tres años antes, en 1967, se publicó en varios países de América y Europa el best-seller Frei el Kerensky Chileno, del director de la TFP brasileña Fabio Vidigal Xavier da Silveira, denunciando que el gobierno democristiano de Eduardo Frei entregaría Chile al comunismo tal como Kerensky en Rusia, lo que efectivamente sucedió en octubre de 1970, con la elección del comunista S. Allende gracias al apoyo de la Democracia Cristiana.

(1)    Comunicado Conjunto tras acuerdo de participación política: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-13163052.html

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