Andaba recopilando información sobre cómo los niños de la guerra españoles recluidos en las colonias reflejaban en sus dibujos la radio, la prensa y el cine cuando se le ocurrió la idea de proponer el uso de los dibujos para que los niños latinoamericanos que han sufrido situaciones de violencia lograran superar su recuerdo. Presentó un proyecto basado en el uso de dibujos al concurso del programa Graduate XXI del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y ganó la última edición. Es el primer español que logra este premio. Jorge Gallardo tiene 33 años, que le han cundido.
Hemos quedado a comer en Poncelet Cheesebar, un local de Madrid en el que huele a queso que alimenta desde que se cruza el umbral de la puerta. Lo ha escogido Jorge, “un apasionado de este manjar”. Al poco de sentarnos habla con convicción de su proyecto: “Consiste en que los chicos que han sufrido situaciones de violencia dibujen su experiencia negativa, lo que luego ayuda a los orientadores a analizar sus casos, y a la vez pinten su experiencia positiva en el colegio, lo que les refuerza. Además, estas últimas se colgarán todas en un blog en el que podrán intercambiar sus experiencias diversos centros educativos”.
Poncelet Cheesebar. Madrid
- Selección de quesos delmaître: 15,80 euros.
- Ensalada de burrata: 14,10.
- Rissoto de setas: 14,40.
- Agua: 3,55.
- Dos copas de vino: 6.
Total: 53,85 euros.
Pero hay algo en él que no cuadra. Resulta que es experto en comunicación audiovisual y subdirector del programa de televisiónEspejo Público (Antena 3), y además, profesor asociado de esta materia en la Universidad Camilo José Cela. ¿Cómo es que se le ocurrió presentarse a un concurso relacionado con el desarrollo? “En un principio me interesé por la deserción escolar analizando la introducción de la tecnología en los colegios de Europa y las enormes diferencias entre el norte y el sur; es un tema que me interesa y, de hecho, en la universidad estoy en un programa piloto en el que los alumnos estudian en clase con iPad, subvencionado al 50% por el centro”. Empieza a encajar. Lo que pasó es que unió el tema de la deserción con la experiencia de los dibujos y así se le ocurrió la idea que presentó al BID.
A Jorge Gallardo inquietudes no le faltan. Es de Málaga, hijo de dos profesores de instituto (otra clave para entender su interés por la situación de los escolares) y muy buen estudiante. “La meritocracia no se tiene nada en cuenta en este país”, se queja. “Aunque quizás con la crisis las compañías se estén dando cuenta de que con los enchufados, con la gente que consigue un trabajo solo por sus contactos, ya no se saca adelante una empresa. Para eso hace falta gente con talento y experiencia”. Fue premio fin de carrera en 2002, cuando se licenció en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga. “En España, las empresas no se interesan por saber quiénes son los mejores alumnos, los que tienen talento. No me ha servido para nada ser buen estudiante”.
Bueno, ¿para nada, para nada? Su ejemplo parece el del que sabe sacar partido al talento. “Conseguí mi primer trabajo mandando currículos. Y me cogieron por el expediente. Pero en la CNN, en Estados Unidos”.
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