21 de febrero de 2011

Escalada de tensión entre Líbano e Israel, que se preparan para una posible guerra
ABC
DANIEL IRIARTE / ESTAMBUL
Día 21/02/2011 - 14.18h

DANIEL IRIARTE
Las legaciones diplomáticas de Israel en Turquía permanecen en estado de alerta por temor a un atentado del grupo armado chií Hizbolá. Desde el pasado viernes, tanto la embajada en Ankara como el consulado en Estambul trabajan bajo mínimos, si bien no han sido clausuradas de forma oficial.
Esto obedece a la escalada de tensión entre Israel y Líbano, donde Hizbolá, que cuenta con el apoyo de Irán y Siria, es tanto una milicia como un partido político. El pasado día 11, la Oficina Antiterrorista israelí alertó de un probable plan contra ciudadanos israelíes en los aniversarios por las muertes de Imad Mughniya y Abbas Musawi, ambas ocurridas a mediados de febrero.
Mughniya, uno de los primeros jefes de inteligencia de Hizbolá, fue asesinado con un coche bomba en Damasco el 13 de febrero de 2008, una acción de la que el grupo culpa al Mossad israelí. Se le consideraba el presunto responsable del atentado contra el cuartel de los marines estadounidenses en Beirut en 1983, en el que murieron 241 soldados norteamericanos. Por ello, es frecuente culpar a Hizbolá de este ataque, aunque el grupo no existía aún como tal.
Abbas Musawi, por su parte, fue el anterior líder de la organización, predecesor del actual, Hassan Nasrallah. Helicópteros israelíes le eliminaron junto con su familia durante un viaje en coche por el sur de Líbano, el 16 de febrero de 1992.
Vengar la sangre de los mártires
Hizbolá nunca ha renunciado a “vengar la sangre de estos mártires”, y según la inteligencia israelí podría intentarlo ahora. Las autoridades de Israel han alertado de los lugares en los que existe un elevado riesgo de secuestro o atentado contra sus ciudadanos, incluyendo Egipto, Turquía, Azerbayán, Georgia, Armenia, Costa de Marfil, Mauritania y Venezuela.
Mientras tanto, el ejército israelí afila sus armas: se suceden las maniobras de simulación bélica en los Altos del Golán y el norte de Israel, mientras que, el pasado martes, el ministro de defensa Ehud Barak lanzó un mensaje a los militares de su país indicándoles que “tal vez tendrían que volver a entrar en Líbano” para combatir a Hizbolá. La respuesta del líder del grupo, Nasrallah, no se hizo esperar: “Tal vez seréis llamados a liberar Galilea [en territorio israelí]”, dijo a sus partidarios al día siguiente, en un mitin de homenaje a los “Mártires de la Resistencia” en Beirut.
Este incremento de la tensión entre Israel y el autodenominado “Eje de la Resistencia” (Hizbolá, Hamás, Irán y Siria) viene produciéndose desde antes del verano. Según Sahar Attrache, analista libanesa del Grupo Internacional de Crisis, la guerra “es considerada inevitable” por todas las partes, pero, paradójicamente, lo que la ha impedido hasta ahora es “la conciencia de que las consecuencias serían mucho más devastadoras que en las guerras anteriores”.

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