11 de febrero de 2011

ABC
Se la entregaron al lugarteniente de Josu Ternera para sus contactos durante la negociación de 2006
D. MARTÍNEZ/ N.VILLANUEVA
Día 11/02/2011
EFE
El ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo, en una imagen de archivo
La tarjeta prepago de uno de los dos teléfonos que llevaba Juan Carlos Yurrebaso Atutxa, representante de ETA, junto a «Josu Ternera», en las negociaciones de 2006, fue utilizada con anterioridad por el entonces director general de la Policía, el socialista Víctor García Hidalgo, en la actualidad imputado en el caso del «chivatazo». El tráfico de llamadas realizado desde ese número figuraría en los nueve folios de la comisión rogatoria francesa que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha declarado secretos. Este documento incluiría también el acta que realizó ETA de la «reunión negociadora» a la asistió José Manuel Gómez Benítez, vocal del Consejo General del Poder Judicial, como mediador del Gobierno de Zapatero. El informe, intervenido al etarraFrancisco Javier López Peña, «Thierry», recoge que el catedrático de Derecho Penal esgrimió el «chivatazo» al dueño del bar Faisán,Joseba Elosua, como prueba del compromiso del Ejecutivo con el llamado «proceso de paz».
El 29 de marzo de 2007, Juan Carlos Yurrebaso fue detenido en un control rutinario en Perigueux (Francia) cuando se dirigía a Suiza a mantener otra reunión con mediadores del Gobierno. Se discutía entonces la presencia de ANV en las elecciones municipales de 2007. Esta «cumbre» entre representantes de ETA y del Ejecutivo se celebró pese a que el Gobierno dio su palabra de que había enterrado el proceso negociador a raíz del atentado de la T-4, en el fueron asesinados dos inmigrantes ecuatorianos.
Cuando fue detenido, Yurrebaso, además de decir que era uno los representantes de ETA en las conversaciones con el Gobierno —la banda rompió su tregua-trampa en junio de 2007—, presentó como credencial y salvoconducto varios números de teléfono; uno de ellos correspondía al prefecto Christian Lambert, próximo a Nicolas Sarkozy, y otro al socialista Víctor García Hidalgo.
Pero este no fue el único eslabón que uniría al ex director general de la Policía con el lugarteniente de «Josu Ternera». Yurrebaso llevaba un móvil con una tarjeta prepago que, comprada en el País Vasco, había sido utilizada con anterioridad por García Hidalgo. En efecto, «una chapuza en toda regla», afirman las fuentes consultadas.
Llamadas al PSE
La tarjeta en cuestión formaba parte de un lote de tarjetas prepago —por aquellas fechas se podían comprar sin aportar la identidad— que fueron adquiridas ex profeso para el proceso de negociación. Al ser revisado el tráfico de llamadas, la sorpresa fue mayúscula al ver que muchas de ellas fueron realizadas a sedes del PSE; al presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren; a policías; al por entonces jefe de seguridad del PSOE, y a otros particulares.
Ante lo extraño que resultaba que Yurrebaso tuviera tan activo contacto telefónico en España —la tarjeta se la facilitaron en una de las mesas de negociación para sus contactos con García Hidalgo— se ampliaron las investigaciones. Fue entonces cuando se descubrió la «gran chapuza»: la tarjeta del etarra-negociador ya había sido utilizada por el director general de la Policía, pese a que la adquirió para usarla solo dentro de su función de fontanero del «proceso de paz». De esta forma se pudo comprobar que las llamadas a las sedes socialistas, a Eguiguren y al jefe del seguridad del PSOE las había realizado el ahora imputado en el «caso Faisán».
Mientras, la AVT ha pedido al juez Pablo Ruz que llame a declarar al comisario Carlos G. encargado de la operación contra la red de extorsión y, después, de la investigación del «chivatazo» que obligó a posponerla un mes. Esta asociación, personada como acusación popular en la causa, considera que la declaración, el martes, del comisario José C., su entonces superior jerárquico, ha aportado «nuevos elementos» que justifican que se le vuelva a citar como testigo. Durante su declaración ante el juez Ruz, José C. aseguró que Germán quiso borrar la conversación que revelaba la existencia del «soplo»: la mantenida entre Joseba Elosúa y su yerno en el coche del primero cuando ambos se dirigían a Francia para entrevistarse con el etarra Cau Aldanur.
No se descarta un careo
No era la primera vez que José C. ponía en tela de juicio el comportamiento de su subordinado, algo que este policía también cuestionó en el primer informe sobre el «chivatazo», del que él mismo fue autor, al decir que Germán era «reticente» a practicar las detenciones por la tregua. La AVT no descarta pedir un careo entre ambos policías.
La «sombra» de «Josu Ternera»
Juan Carlos Yurrebaso Atutxa personaliza la historia de ETA, prácticamente, de principio a fin. Estuvo en los años en los que la banda apostó de manera irreversible por la «lucha armada», despreció los beneficios de la amnistía general, continuó en los «años de plomo» y, tras tener protagonismo en el fiasco del «proceso de paz», asiste ahora a los estertores de la banda. De los 55 años que tiene, casi 39 los ha pasado en ETA, y se jubilará sin haber conseguido nada.
Yurrebaso entró en la banda en 1972, adolescente, y tras llevar a cabo labores de propaganda integró el «comando» «Txabi Etxebarrieta», en homenaje al primer asesino de la organización criminal. Tras huir a Francia, en 1980 se desplazó, junto a otros etarras dirigidos por «Ternera», a Yemen del Sur. Allí, en un campo de adiestramiento del Frente de Liberación Popular de Palestina, recibió un cursillo sobre el manejo de armas y explosivos que se prolongó durante mes y medio. A su regreso, fue interceptado en el aeropuerto de Amsterdam con pasaporte falso, por lo que las autoridades holandesas lo expulsaron a España, donde fue detenido. En 1991 quedó en libertad, circunstancia que aprovechó para reincorporarse a ETA. Supuso el reencuentro con «Ternera», a quien acompañó durante el «proceso de paz» hasta su detención. En septiembre pasado quedó en libertad provisional por enfermedad.