17 de febrero de 2011
España ya no considera "prioritario" el diálogo con Caruana sobre Gibraltar
Jiménez se reúne hoy en Londres con su homólogo británico Hague
MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 17/02/2011
EL PAIS
La reanudación de los trabajos del Foro de Diálogo Tripartito, el proceso lanzado en 2004 por el ministro Miguel Ángel Moratinos para desbloquear el contencioso de Gibraltar, "no es una prioridad", según fuentes próximas a la responsable de la diplomacia española, Trinidad Jiménez. La ministra hará hoy su primer viaje oficial a Londres -donde se reunirá con su homólogo William Hague- convencida de que España tiene poco que ganar con una fórmula que permite al primer ministro gibraltareño, Peter Caruana, sentarse en pie de igualdad con los Gobiernos español y británico sin ofrecer prácticamente nada a cambio. El Foro Tripartito debía haberse reunido en Madrid, al máximo nivel, en otoño pasado, pero aún no hay previsión siquiera de cuándo lo hará. El pasado 13 de octubre, Caruana suspendió unilateralmente las reuniones preparatorias de la cita ministerial alegando supuestas incursiones de la Guardia Civil en aguas que el Peñón reivindica como propias y España no reconoce.
El foro tripartito sobre el Peñón lleva tres meses de retraso y aún no tiene fecha
De los seis campos de cooperación acordados durante la polémica visita que Moratinos hizo a Gibraltar en julio pasado, se han producido avances en tres: fiscal; educativo y cultural; y visados. En cambio, están atascados los restantes: cooperación policial, judicial y aduanera; medio ambiente; y comunicaciones y seguridad marítima. Se da la circunstancia de que los tres primeros son los que más benefician a Gibraltar; mientras que los tres últimos son los que más interesan a España. Profundizar la cooperación en los capítulos más fáciles y dejar de lado los otros sería un mal negocio, según los expertos.
El hecho de que Gibraltar celebre elecciones este año hace además improbable que Caruana acepte un acuerdo que podría utilizar la oposición; sobre todo, tras haber agitado la disputa sobre las aguas para alimentar el nacionalismo local.
En esas circunstancias, Jiménez no tiene prisa en invitar a Caruana a Madrid y prefiere poner el acento en el diálogo directo con el Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar. Un empeño aun más difícil, pues las discusiones sobre la soberanía, previstas en la declaración de Bruselas (1984), naufragaron en 2002 y no han vuelto a reanudarse.
Londres condiciona cualquier pacto sobre el futuro de la colonia al visto bueno de sus habitantes, mientras Madrid sostiene que la soberanía es competencia exclusiva de los dos Estados y que el Foro Tripartito solo puede abordar la cooperación del Peñón con su entorno.
Más fácil será que Jiménez y Hague se pongan de acuerdo en otros puntos de su agenda, como la situación en Oriente Próximo -que ambos han visitado recientemente-, las perspectivas que se abren en el norte de África tras las revoluciones de Túnez y Egipto, o la detención de diplomáticos europeos por las fuerzas de seguridad iraníes.