28 de febrero de 2011

El rechazo a la violencia terrorista en los estatutos de Sortu divide a ETA
El silencio ante la nueva marca refleja la falta de unanimidad en la banda - La izquierda 'abertzale' cree que el abandono de las armas es irreversible
LUIS R. AIZPEOLEA - Madrid - 28/02/2011
EL PAIS


El pasado 7 de febrero, la izquierda abertzale presentó los estatutos de su nuevo partido, Sortu, con el que pretende concurrir a las elecciones del 22 de mayo . En ellos rechazaba expresamente la violencia terrorista de ETA. Tres semanas después, la banda no ha dado aún su opinión sobre este paso histórico de los radicales vascos, que hasta ayer apoyaban la estrategia terrorista.
·         El precepto de la división

Josu Ternera es favorable a un final definitivo, pero los 'comandos' se resisten
ETA emitió su último comunicado el 10 de enero pasado para anunciar la tregua permanente, general y verificable. "No es previsible un pronunciamiento a corto plazo de ETA. ETA sabía que la izquierda abertzale iba a rechazar la violencia, pero desconocía el alcance de ese rechazo, tal y como venía redactado en los estatutos. Ahora están asimilando su contenido", señalan fuentes nacionalistas.
El tiempo transcurrido ha permitido confirmar que la decisión de la banda no fue unánime y que el apartado final del comunicado, el más amenazador, fue el resultado de un trueque entre quienes están por el abandono definitivo de las armas y quienes aún no lo han asimilado, destinado a lograr el respaldo de estos últimos. Ese apartado final señalaba: "ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una verdadera situación democrática en Euskal Herria". La mayoría de los partidos interpretaron este párrafo final como un nuevo intento de la banda para interferir en el nuevo proceso, en el que la izquierda abertzale pretende llevar las riendas, como confirmaría un mes después con la presentación de los estatutos.
Entre los miembros de ETA favorables a un final definitivo, los expertos antiterroristas vuelven a situar a Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, que protagonizó las conversaciones previas del proceso de paz de 2006 y se retiró poco antes de su fracaso. Entre los segundos, los que aún no han asimilado el fin, señalan a los vinculados a los comandos operativos de la banda, hoy en día muy debilitados.
Esta situación la ha constatado el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, cuando hace unos días admitió que no estaba del todo conjurado el riesgo de escisión en ETA. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, matizó más en una entrevista a Reuters en la que aseguró que se podía descartar que quedara un reducto final de ETA.
Los autodenominados facilitadores, que asesoran a la izquierda abertzale, precisan que, en caso de escisión, esta sería marginal y "todo se reduciría a un mero problema de seguridad que puede resolver la policía". Invocan el surgimiento del IRA auténtico, que fue neutralizada por el propio IRA.
La izquierda abertzale, sin embargo, mantiene la confianza en que ETA se mantendrá unida y seguirá la pauta que está marcando su anterior brazo político, aunque sin disolverse por el momento. El papel de la banda, según la izquierda abertzale, no es otro que abordar con el Gobierno el futuro de los presos, así como el desarme, lo mismo que hizo el IRA en Irlanda del Norte. Hasta entonces no se disolverá.
La seguridad de la izquierda abertzale sobre su camino de rechazo a la violencia etarra es tal que fuentes próximas a la nueva marca de Batasuna admiten que, previsiblemente, antes del pronunciamiento de los tribunales darán aún más pasos en sus exigencias a ETA para que cese definitivamente la violencia.
De hecho, la izquierda abertzale hizo una lectura más positiva del comunicado de la banda del 10 de enero que la mayoría de los partidos, destacando el párrafo donde se afirma que "corresponde a los agentes políticos y sociales alcanzar acuerdos", y que "todas las partes deben comprometerse a respetar los acuerdos alcanzados". "ETA los respetará", señalan los líderes abertzales.
Los impulsores de Sortu descartan que su ilegalización por los tribunales sea utilizada por la banda como coartada para romper la tregua. "Si se mantiene la situación de ilegalización, nosotros no esperamos de ETA más reacción que la crítica política por una actuación antidemocrática, en consonancia con lo que será a buen seguro la opinión mayoritaria de la sociedad vasca", señala en un documento la izquierda abertzale.
Otro apartado de este documento abunda en la misma cuestión: "Una organización que se somete a la verificación del alto el fuego, con esa decisión se coloca muy por encima de circunstancias políticas como la del mantenimiento de la ilegalización". "Cuando [ETA] ha tomado la decisión [de declarar la tregua], la izquierda abertzale es ilegal y todos los pronunciamientos del Gobierno son contrarios a facilitar la legalización", precisa.
Pero en el supuesto de que la banda rompiera esta tregua, como hizo en 1989, 1999 y 2007, la izquierda abertzale, pese a creerlo improbable, también fija su posición. Según ese informe, se pronunciaría por rechazar esa decisión: "Considera que la estrategia independentista ha de desarrollarse por vías exclusivamente políticas; considera incompatible la lucha armada con dicha estrategia y que hay que superar definitivamente el ciclo político militar".
El precepto de la división
La organización terrorista ETA no se ha pronunciado sobre los estatutos con los que Sortu, la nueva marca de la izquierda abertzale, pretende salvar los obstáculos legales para estar presente en las elecciones municipales y forales del próximo 22 de mayo.
El artículo 3, que divide a la banda, dice así:
- Contra la tutela de los que practiquen la violencia. El nuevo partido se opondrá a cualquier subordinación, condicionamiento o tutela externas que pretendan convertirla en una organización vicarial de quienes practiquen la violencia.
- Incluye a ETA. El nuevo partido desarrollará su actividad desde el rechazo de la violencia (...) que, abiertamente y sin ambages, incluye a ETA, en cuanto sujeto activo de conductas que vulneran derechos y libertades fundamentales de las personas.
- Rechazo al terrorismo. Rechazo firme e inequívoco de todo acto de violencia y terrorismo y de sus autores.

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