11 de noviembre de 2010
La guerra contra la Cruz abierta en Extremadura confunde a los padres del colegio Ortega y Gasset
ABC
C. J. VINAGRE / MÉRIDA
Día 11/11/2010
Para los 448 niños del colegio público Ortega y Gasset de Almendralejo ayer no fue un día más. Fue distinto porque lo pasaron rodeados de periodistas. Y para los padres resultó ser una catarata de sentimientos. Los que más, de estupor y rechazo por la decisión de la Junta de retirar símbolos religiosos de dos aulas y las zonas comunes del centro y la prohibición de que los alumnos asistan o participen en actos litúrgicos en horario lectivo. Los que menos, de comprensión y aceptación sin polemizar de una medida que en realidad se ajusta la normativa.
La Asociación de Madres y Padres (AMPA) ha convocado para esta tarde una reunión que se prevé ser tan informativa como reivindicativa. «Lo primero que tiene que explicarnos el centro es la decisión. Yo me he enterado esta mañana por el periódico», comentaba indignada Filo Fresno, madre de dos alumnos que, «por supuesto, estudian Religión». Así, con este añadido, se posicionaba antes de preguntarle sobre qué piensa del asunto.
«No puede ser que una minoría se imponga a lo que quiere la mayoría», enfatizó mientras otra madre, a menos de un metro, decía a voz en grito: «Esto hay que hablarlo porque no sé en qué molestan los crucifijos».
«Algo habrá que hacer»
«¿Y ahora qué pasa con la fiesta de Navidad? ¿Nos la van a prohibir? ¿Y el Nacimiento? ¿No lo podemos poner?», se preguntaba en el patio una madre que se presentó como abogada. «Creo que la sentencia se podrá cambiar», advertía, aunque, en realidad, no hay sentencia porque, como avanzó ayer ABC, el Tribunal Superior de Justicia no se ha llegado a pronunciar. Educación, antes de esperar el veredicto, decidió aceptar la petición de los demandantes. «Bueno, con sentencia o sin ella, algo habrá que hacer, como recoger firmas, digo yo», concluía esta madre.
¿La unanimidad es absoluta entre los padres del colegio? No. «Hay padres que están a favor de que se supriman los símbolos religiosos», admite Lola Galán, presidenta de la AMPA. «Pero son los menos», añade enseguida».
Mientras, el alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, católico confeso, apuntó que «este asunto hay que tratarlo con naturalidad, con madurez, con algo de pasión, sí porque tampoco es malo, pero sin sacarlo de quicio. La gente no se asusta por esto, pero si tienes radicales religiosos claro que se asustan».