3 de noviembre de 2010
Día 03/11/2010 - 12.17h
La desaparición de la prensa es una de las cuestiones que suelen aparecer en la mayoría de los encuentros periodísticos y sobre él se viene escribiendo desde hace ya muchos años. Como en todos los debates, existen posturas más o menos pesimistas en torno al futuro de la prensa. En la línea de quienes ven clara la muerte de los periódicos impresos encontramos un reciente estudio que sitúa en 2040 la extinción de la prensa tradicional. El informe, elaborado por Ross Dawson, especialista en este tipo de cuestiones, tiene dos apartados: una infografía sobre los países donde irá desapareciendo paulatinamente la prensa y un ideario con las razones que explican este proceso de extinción.
En el primer capítulo, el estudio ve a los periódicos de Estados Unidoscomo las primeras víctimas del proceso. Les seguirán los de Reino Unido, Islandia, Canadá y Noruega. En el caso de la prensa española, según la investigación, ésta desaparecerá en el año 2024, junto a la de Nueva Zelanda, República Checa y Taiwán. Los más rezagados son los periódicos de Sudamérica, África y el sur de Asia, entre otros motivos porque éstas ahora están atravesando por uno de sus mejores momentos.
Sobre las causas que explican por qué se extinguirán los periódicos impresos, Dawson señala:
1. El incremento del uso y de la función que se le atribuye a los teléfonos móviles;
2. Relacionado con lo anterior, el aumento del consumo de tabletas y e-readers;
3. Los cambios en los costes de producción e impresión de los periódicos;
4. Se observa otras tendencias en la inversión publicitaria (las estadísticas apuntan a un traslado de la inversión a otros medios, especialmente internet);
5. Desarrollo de plataformas abiertas;
6. La adopción de nuevos mecanismos de monetización;
7. El desarrollo del papel digital
Para la realización de este estudio se han tomado en cuenta varios elementos como la penetración de los medios digitales, la situación demográfica de cada país, la política que desarrollan los gobiernos hacia la prensa, los programas de alfabetización con los que se cuenta, el comportamiento del consumidor, especialmente, su disposición a pagar por las noticias, el estado actual de la industria de los medios y la situación económica de cada país y su nivel de adopción tecnológica.