29 de julio de 2009

El 40% de los portugueses apoya una unión política con España

ELPAIS.COM

El 40% de los portugueses apoya una unión política con España

La mitad de los portugueses encuestados se muestra de acuerdo en que la enseñanza del español debe ser obligatoria en primaria y secundaria

FERNANDO PEINADO | Madrid 28/07/2009

La unión política entre España y Portugal es una idea que divide a los portugueses y causa indiferencia en España. El 39,9% de los ciudadanos del país vecino es partidario de integrarse con España en una federación, mientras que la mayoría de los españoles expresan su desinterés cuando se les plantea la propuesta, según una encuesta de la Universidad de Salamanca que fue presentada este martes en la sede de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid. El 30,3% de los españoles apoyaría la creación de una unión ibérica.

El Barómetro de Opinión Hispano-Luso (BOHL), dirigido por el Centro de Análisis Sociales de la Universidad de Salamanca, es el primer estudio conocido sobre lo que piensan los ciudadanos a uno y otro lado de la frontera sobre sus vecinos. Al no existir un sondeo similar con carácter periódico es difícil saber con precisión si la propuesta de federación política gana o pierde adeptos, aunque existe el precedente de la encuesta que publicó en 2006 el semanario lisboeta Sol por la que el 28% de los portugueses estaría dispuesto "a formar un solo país con España".

El sondeo publicado este martes muestra que los portugueses ponen aun menos cortapisas al aprendizaje del español en sus escuelas. El 50% considera que su enseñanza debe ser obligatoria en primaria y secundaria. El consenso es aún mayor si se plantea el estudio del español como lengua optativa, reforma que encuentra la aprobación del 85,1% de los encuestados. Por el contrario, la propuesta del estudio obligatorio del portugués en las escuelas españolas fue rechazada por el 76,2% de los españoles entrevistados.

Los portugueses también se muestran mucho más partidarios de incrementar la cooperación política entre ambos países. Propuestas de gran calado como un sistema fiscal conjunto o la supresión de todas las restricciones a la movilidad y asentamiento de profesionales, trabajadores y empresas reciben el apoyo del 59% y del 72% respectivamente, mientras que sólo el 37,1% y el 63,2% de los españoles es favorableme a estas reformas. Incluso una iniciativa con alto valor simbólico como es la presentación de candidaturas conjuntas para eventos internacionales como campeonatos de fútbol, juegos olímpicos y ferias de muestras, encuentra el apoyo de tres de cada cuatro portugueses. Por el contrario, uno de cada dos españoles está a favor. Lo cierto es que la candidatura ibérica para organizar el mundial de fútbol de 2018 es un proyecto en marcha que debe ser resuelto por la FIFA en diciembre de 2010.

La unión política entre España y Portugal es un asunto polémico que aparece con intermitencia en el debate político luso, pero al que la mayoría de los españoles permanece ajeno. Es la motivación económica la causa del mayor interés del país vecino, como quedó probado en el sondeo del diario Sol. En aquella ocasión el 97% respondió que Portugal se desarrollaría más si se uniera a España. Sin embargo, el BOHL revela que el 34,1% de los encuestados portugueses rechaza esta opción.

"Los portugueses tienen una relación de amor-odio con respecto a España , algo similar a lo que nos pasa a los españoles con los franceses", según el responsable del estudio, Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca, quien establece el paralelismo con base en la posición geográfica y el diferente grado de desarrollo económico.

España y Portugal tienen una historia paralela pero distante. Portugal se convirtió en un reino autónomo de la Corona de Castilla en 1143 y posteriormente, con la excepción de los sesenta años en que Portugal pasó a formar parte de la Monarquía Española (1580-1640), ambos países han seguido rumbos distintos. Mientras que Portugal ha tenido tradicionalmente como referencia exterior a Inglaterra, España puso sus miras en el vecino francés.

El iberismo, una corriente política promovida por burgueses e intelectuales peninsulares en el siglo XIX, y que abogaba por la unión política peninsular no encontró continuidad histórica. "La federación ibérica es una idea que actualmente sigue sin ser considerada seriamente ni a uno ni a otro lado de la frontera y sigue pareciendo una propuesta pretendidamente ingeniosa pero destinada a impresionar".

La hipotética unión de España y Portugal resultaría en el país con mayor extensión de la Unión Europea y el quinto en población con más de 57 millones de habitantes, por detrás de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. La suma del Producto Interior Bruto a precios corrientes de los dos países ibéricos daría como resultado la quinta economía de la Unión Europea.

La encuesta, que se llevó a cabo entre abril y mayo mediante entrevistas telefónicas a 876 personas, muestra que no hay ningún asunto de fricción en las relaciones entre España y Portugal y la mayoría de los ciudadanos de ambos países considera que las relaciones bilaterales son buenas o muy buenas. Es destacable el hecho de que mientras que el 51% de los españoles condisera que las relaciones se han mantenido más o menos igual en los últimos años, los portugueses crean en su mayor parte (53,9%) que han mejorado.

El problema principal para los portugueses lo representa el aprovechamiento del agua de los ríos compartidos, que es considerado muy problemático por el 25,3% de los entrevistados, aunque en la sociedad lusa domina la disparidad de opiniones sobre este asunto. La mayor preocupación de los españoles la constituye, sin embargo, el uso del territorio del país vecino como refugio de terroristas y delincuentes. El 51,3% lo considera en alguna medida problemático. Por ello la gran mayoría de la sociedad española reclama un aumento de la cooperación policial, militar y judicial.

Los españoles conceden especial importancia a la comunicación por carretera y ferrocarril (20,7%), aunque según los responsables del sondeo "se trata de una preocupación que probablemente coincidiría con la demanda que existe para mejorar las comunicaciones con cualquier otro punto del territorio peninsular".