2 de junio de 2011

Las cinco plagas que invaden Sol

Las cinco plagas que invaden Sol

Falta de higiene, basura, inseguridad por el cableado eléctrico, emisión de gases de los generadores, mendicidad y delincuencia

ABC - Día 02/06/2011
ANGEL DE ANTONIO 
Basura acumulada
ANGEL DE ANTONIO 
Las insatalaciones eléctricas se basan en cables empalmados
ANGEL DE ANTONIO 
Otro de los puntos donde más basura se acumula
ANGEL DE ANTONIO 
La elaboración de alimentos se hace en cocinas improvisadas
ANGEL DE ANTONIO 
El vandalismo ha sido la tónica durante las dos semanas
imagen anteriorimagen siguiente
1 de 5
La situación es insostenible en la Puerta del Sol. Los propios acampados lo saben y en la última semana no se han cansado de repetirlo con la intención de que definitivamente se levante toda la infraestructura. Pero la mayoría, o los más radicales, no les dejan. Es lo que se refleja con los intentos de imponer cordura que tratan de abrirse paso en cada asamblea y que quedan tumbados por los fanáticos de la protesta.
Ayer, en la asamblea que tuvo lugar para la «reestructuración» de la zona, aquellos que componen el movimiento pusieron la lupa en una larga lista de aspectos que requieren de una retirada a tiempo. Entre ellos: la falta de higiene; la basura acumulada; el tratamiento de aguas; la ventilación; la inseguridad por el cableado eléctrico y la emisión de gases de los generadores eléctricos; ir en contra de la «moral cívica», o lo que es lo mismo, molestar a los comerciantes; los problemas con los indigentes acampados, y la propia defensa y seguridad de los que allí pernoctan por los delincuentes que se dan cita bajo las jaimas.
El miércoles de madrugada, a las 5.30 de la mañana, cuando todavía una decena de acampados debatían de política, un amigo de lo ajeno aprovechaba para robar la cartera a uno de ellos. La jugada le salió mal al delincuente. La víctima se percató y se dirigió hacia el ladrón, de origen marroquí, abroncándole por la bajeza. El aludido se encaró con el mismo negando la acusación. Al ver que el tono se calentaba y para evitar un mal mayor, acudieron el resto de compañeros que se reunían con el afectado para apaciguar los ánimos. No es el único hurto o intento de robo que ha ocurrido en el lugar, como bien informaban durante estos días «los indignados».

Rubalcaba advierte

El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había apostado por la paciencia y la prudencia ante el Movimiento 15-M; sin embargo, ayer, marcó un punto de inflexión en una entrevista radiofónica. «No puede ser que unos ciudadanos acaben con los derechos de otros ejerciendo los suyos», arguyó en alusión a las dificultades que están atravesando los empresarios comerciantes afectados por la acampada.
De ese modo y por esta razón, el responsable de Interior advirtió a los «indignados» de Madrid que no podrán quedarse mucho más tiempo allí. Los comerciantes de la zona acogían con alegría el aviso de Rubalcaba, pero se mostraban incrédulos ante una posible intervención de las Fuerzas del Orden a corto plazo. «¡Si vamos camino de veinte días! Al final, o nos liamos nosotros a palos con ellos o se lía entre ellos mismos», opinaba uno de los dueños de los quioscos.

Acampados divididos

Aunque los desencantados con el sistema consensuaron este martes en la asamblea general «reestructurar» el campamento, pocas modificaciones realizaron ayer. La infraestructura continuaba impasible, e incluso alguno se afanaba en levantar un nuevo puesto. Eso sí, durante la tarde algún comerciante se hacía ilusiones cuando vio cómo los acampados desmontaban parte del campamento para limpiar con cubos de agua parte de la plaza. Sin embargo, algunos carteles indicaban que se trataba de una limpieza y no de un desmantelamiento.
Los problemas se multiplican también entre ellos. Mientras que la comisión de infraestructura se esmeraba en explicar que lo más coherente sería ir retirando paulatinamente la infraestructura, la legal —que propone eliminarlo por completo— aseguró que no había prácticamente abogados para poder afrontar un posible desalojo. Las fuerzas flaquean, por eso «infraestructura» plantea construir una carpa permanente donde ubicar las comisiones, que deberán fusionarse para caber en el recinto —algo que provoca tensión—.
A todo esto se suman problemas técnicos graves para su mantenimiento. La solidaridad tiene un límite, y muchos de los que han ayudado estos días con generadores eléctricos, altavoces, megáfonos, etc. únicamente les seguirían dejando dichos sistemas de sonido con la condición de que reestructuren su chiringuito.
Los piques entre comisiones son evidentes, máxime ahora que «los de las tiendas de campaña» se han organizado como comisión independiente con derecho a votar en asamblea. Recién llegados al juego asambleario se permitieron poner en duda incluso la legitimidad de las decisiones que se toman cada día en la asamblea general llegando a afirmar que cualquier decisión era «revisable y revocable».
Ayer, durante la celebración de la asamblea que reúne a todas las comisiones, una portavoz de seguridad gritó a viva voz: «¡Estamos a punto de la escisión haciendo lo mismo que criticamos de políticos!». Y otra, tratando de convencer a los presentes expresó: «Tenemos que distinguir entre los que vienen de camping —refiriéndose claramente a los de las tiendas de campaña—y los que trabajamos para que este movimiento siga adelante». Cada día intentan mostrar la unión del movimiento, pero la realidad es que la división y la lucha parecen estar más dentro que fuera del campamento.

No hay comentarios: